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—¡¿Cómo que no puedes encontrarlo?!, ¡Esto es serio! –Rugió el de estrellas doradas observando como su "Jefe" rebuscada por todos lados en su oficina, pero sin éxito—.

—¿Crees acaso que fue mi intención dejarlo fuera?, debió caerse del auto cuando estábamos huyendo de los Paparazzi de USA. –Gruñó comenzando a estresarse ya que no encontrarlo pronto, él mismo podía estar en peligro y de llegar a enterarse los altos mandos humanos, lo sancionarían—.

—No me mencionen como si tuviera la culpa, debiste meter a esa cosa en tu maletín –El castaño resopló mientras redactaba un mensaje hacia su equipo de seguridad que seguía en el edificio de la junta resguardando a sus demás compañeros hasta que se fueran todos— Ahora tendremos que buscarlo por toda la maldita ciudad.

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Casi del otro lado de la ciudad, una joven pelirroja caminaba con prisa cargando algunas bolsas de su compra mensual, ya había recibido su paga así que iba con una gran sonrisa saludando a quienes se topaba en su edificio hasta llegar a su departamento en el quinto nivel. Tenía la costumbre de saludar al aire cada que abría la puerta aunque viviera sola desde hace ya algunos años, pero no le importaba mucho pues estaba conforme con su vida tranquila y su trabajo, por lo que tras quitarse los zapatos caminó a la cocina dispuesta a acomodar sus cosas donde correspondían.

Hasta que un movimiento inusual la hizo ponerse alerta, rezaba porque algún tipo de rata rabiosa no se hubiese metido a su bolsa o toda la calle escucharía su grito aterrorizado, así que tomó una sartén y con ella movió la bolsa lo suficiente para que todas las cosas cayeran.. de entre ellas una masa celeste relativamente pequeña que luego volvió a moverse dando unos saltitos mirándola.

¡¿Mirándola?!

—¡¿Qué es ésta cosa con ojos?! –Chilló la de ojos grises con pánico sosteniendo la sartén con más fuerza dispuesta a darle un golpe a esa cosa posiblemente salida de Chernobyl—.

Pero cuando quiso aplastarlo la bolita cerró los ojos con fuerza totalmente asustado como ella, por lo que con extrema duda bajó el utensilio de cocina y se acercó lentamente hasta volver a quedar en frente de esa bolita, la cual tenía un dibujo blanco que se le hacía conocido. Al no sentir el golpe la pequeña cosa extraña abrió uno de sus ojos para mirarla con alivio, a lo que la humana sintió un poco de repelús hasta que la criatura pareció volverse más amigable y ....ronroneó con una expresión de tranquilidad bastante tierna.

—Bueno.. supongo que no vas a matarme o infectarme de alguna cosa radioactiva.. –Se inclinó murmurándole, observando curiosa como esa bolita del tamaño de su mano se asemejaba mucho a una especie de gato raro por la personalidad—.

No tardó mucho en tomarlo entre sus manos para verlo más de cerca, ahora que ya no le temía le parecía realmente curioso y tierno, como un Furby pero menos aterrador. Volvió a sorprenderse cuando al devolverlo al mesón este de alguna forma dejó ver una boca pequeña y se tragó la mitad de una manzana, la joven parpadeó algo perpleja pero luego soltó una risa.

—Que interesante eres, pequeña cosa extraña, ¿Tienes algún nombre? –Inclinada le dio un par de caricias a la criatura celeste que nuevamente ronroneó feliz de la sensación agradable que le daba el tacto ajeno– Que bonito, me recuerdas a mi gata de la infancia.

Luego de aquello volvió a su tarea inicial de guardar la comida que había comprado, dejando la mitad de la manzana por si la masita esa tenía hambre al rato. Una vez todo estuvo ordenado se dispuso a caminar al sofá notando como era seguida, a lo que sonrió nuevamente y lo ayudó a subir a uno de los cojines de su lado en donde lo vio acomodarse tranquilamente, ella encendió la televisión pasando de programas hasta acabar en una de las películas de Gremlins.

—Por favor dime que no te multiplicarás si te cae agua o que no te volverás loco si comes después de la media noche –La de hebras rojizas giró a mirarlo alzando una ceja, a lo que la bolita celeste saltó hacia ella acomodándose a dormir en su pecho– Lo tomaré como un no..

Era viernes así que no había problema si se quedaba a dormir en el sofá, por lo que se acomodó jalando una manta extendida en el respaldar y se cubrió con esta para una pequeña siesta de la tarde.

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La organización de la Paz tuvo un sentimiento de peligro y luego un escalofrío que recorrió parte de su rostro hasta dejar una extraña sensación reconfortante que le hizo mover ligeramente las alas, a lo que su rostro enrojeció debido a lo raro que había sido eso. Debía encontrar a su Ball antes de que le sucediera algo malo pues ambos compartían sentimientos y sensaciones por lo que si este llegaba ser herido de alguna manera él lo sentiría, era sumamente peligroso que siguiera andando por ahí expuesto a los riesgos de la metrópoli.. sin contar que obviamente muchos harían lo que sea para acabar con él.

Las organizaciones como él nacían con un pequeño "Ball" que normalmente usaban para estar en dos lugares a la vez y oír lo que debían aunque el cuerpo principal estuviese ocupado en otra cosa, lamentablemente perdió el suyo mientras corría de la prensa que los hostigaba luego de las declaraciones de la potencia Americana.

Through our eyes [ONU x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora