Capítulo 4. Ella

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- Mi leal súbdito, dígame porque su hijo Aaskur esta registrado como varón en la prueba - preguntó con sutileza la Matriarca

La palabra 'leal' sonó irónica cuando la pronunció, sentí a alguien detrás de mí, tomandome de la parte de atrás del cuello, que me hizo hincarme.

- ¡Tsk! - bufé por lo bajo - Matriarca, ¿A qué debo su solicitud? - dije esto último con ironía lo admito, pero el futuro de mi hija era incierto y yo no hablaría hasta que me dijeran de ella

- Es curioso sabe, estaba revisando los registros - tomó el libro y sentí como la sangre abandonaba mi cuerpo al escucharla pronunciar - su esposa Mebuki fallecida en el parto...

No pude evitarlo y apreté mis nudillos hasta que vi que estaban blancos, la memoria de mi esposa... Todo lo que vivimos...

Continuó leyendo - Aquí indica que su bebé igual... - cerró el libro y abrió uno un poco más delgado y de color azul - Aquí dice que usted tiene un ayudante... Pero ¡Qué extraño! Su ayudante no está registrado como empleado, sino como adoptado

Recordé ese día con el juez, se suponía que los papeles del nacimiento de mi bebé fueron reducidos a ceniza, *¿Cómo los habrá obtenido? *, por lo cual registre a mi hija como un familiar lejano para que nadie sospechara, todo esto fue respaldado por uno de los pocos amigos que tenía, Inoichi.

- ¡Que interesante! Aunque no tuvo hijos, decidió adoptar a este familiar quien no tiene ningún registro previo, sino hasta los 5, reconocido legalmente por usted, con una trayectoria laboral de 8 años - cada palabra de su boca sonaba muy sutil pero directa - y cuénteme... ¿Qué parentezco tienen? - levantó su mirada del libro

Continuaba en silencio, un paso en falso y me daría a notar que estaba aterrado por lo que estaba descubriendo, no sólo mi hija peligraba, sino además todos mis amigos.

- Ya veo que es cercano... Conocí a su encantadora familia adoptiva- la mire directamente a los ojos, aguardando sus siguientes palabras - Aaskur, ¿Me equivoco?

Se que era inútil quedarme callado a estas alturas, pero con que podía defenderme, había muchas vidas en juego, y la de mi hija era la principal.

- Sabe, hice una promesa... Se que usted sabía que ella era la mate de uno de mis alfas... No sé si admirar su astucia o castigar su impertinencia - frunci el ceño cuando ella mencionó esto último.

No lo tolere más y hable - Lo sabía - ella me miró con sorpresa para después cambiarla a una mirada de ira - Es por ello que la oculte, su alfa no podía quitarme el único recuerdo de mi esposa, no se que tan inestable son los L O B O S

No vi venir aquella bofetada, pero se que la había ofendido, se que debí haber manejado mejor mis palabras pero, me da una inmensa rabia saber que lo que intenté prevenir fue inevitable, pero ella... Ella lo era todo para mí...

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Perdí la compostura, pero el hecho de que aquel súbdito se hubiera atrevido y este desafiandome, no me dejaba otra alternativa.

- De modo que fue consciente de todo esto, es una pena, porque esto es traición hacia el reino - lo mire seriamente - ¿QUÉ CLASE DE MOUNSTRO IMPIDE EL AMOR A SU HIJA? - grité exaltada

Él se recuperó al contestarme - ¿Y QUÉ CLASE DE MOUNSTRO CONDENA A UNA NIÑA A UN AMOR IMPUESTO?

Analicé sus palabras, sin evitarlo empatice con su pensamiento; después de todo yo también temí a mi vínculo en su momento, aunque los humanos no tenían un vínculo eterno como nosotros, si era similar, pues el haberla ocultado mostraba cuanto la atesoraba.

Was you... (rewrite) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora