San no dejaba de preguntarse de qué carajo hablaba Bam. Su padre estaba muerto; lo había visto morir y lo enterró junto a su madre.
No podía creer que su madre le hubiese mentido. Ni siquiera creía que fuera capaz de hacerlo. Y si lo hizo...
¿Por qué?
Tenía tantas dudas rondando su cabeza, y esa noche necesitaba respuestas.
Mientras se duchaba, los recuerdos de su noche con Bam volvían una y otra vez a su mente. Las imágenes se repetían, incluso las de Bam con otra persona.
Su cabeza era un completo caos.
El corazón le dolía. De su garganta salió un gruñido cargado de frustración.
Se sentía molesto.
¿Cómo es que un alfa no pudo defenderse contra otro?
Se avergonzaba de sí mismo.
Faltaba media hora para que comenzara su turno y ya había llegado al bar. Fue a la parte de atrás a fumar un poco mientras pasaba el tiempo.
—Carajo, doy vergüenza —se menospreció en voz baja.
En ese momento, vio a Bam acercarse.
¿Lo que faltaba, no?
Su cuerpo se tensó.
—¿Qué quieres, Bam? ¿No te fue suficiente lo de anoche? —intentó sonar duro, sin miedo. No quería dar lástima.
—Está aquí —fue lo único que dijo Bam, mirándolo fijamente.
—¿De qué caraj…? —San se mordió la lengua en cuanto entendió a qué se refería.
—Bam, te juro por Dios que si esto es una broma, voy a cortarte las putas pelotas, ¿lo entiendes?
—Choi San —dijo seco—, no me obligues a usar la voz de mando contigo.
San tiró lo que quedaba de su cigarro, lo pisó y entró al bar.
Abrió la puerta del salón donde se encontraba el desconocido y se sentó frente a él. Bam lo siguió, sentándose a su lado.
—San, Bam… gracias por recibirme —dijo el hombre con tranquilidad.
Por alguna razón, el olor que emanaba de aquel extraño le hizo sentir algo parecido a protección.
—Es un placer, señor. Solo me gustaría que esta duda se resuelva cuanto antes —habló Bam.
San no opinó. Solo iba a escuchar la estupidez que ese hombre tenía que decir… y luego se iría.
—San, ¿cómo has estado?
San lo miró con incredulidad.
—¿Cómo estoy? Bueno, aquí sentado siendo parte de esta gran farsa —dijo seco.
El hombre no reaccionó a su tono y simplemente comenzó a hablar.
—Te explicaré todo. Solo quiero que me escuches, y después decides qué quieres hacer. Ni siquiera tu madre sabe que estoy aquí.
Claro, porque está muerta.
Ni eso sabe este hombre…
—Bien —fue lo único que San respondió.
—Cuando estudiaba en la universidad, conocí a tu madre. Ella trabajaba en una cafetería cerca del campus y de las habitaciones de hospedaje. Siempre que terminaba clases, mis amigos y yo íbamos allí a pasar el rato… pero la verdad es que yo iba por ella.
Me enamoré de tu madre desde el primer momento en que la vi. Era realmente hermosa.
Pasé un tiempo buscando la forma de acercarme, pero era muy estúpido entonces, así que le pedí a un amigo que le diera mi número.
Qué idiota fui… —sonrió con melancolía.
—Bastante idiota, diría yo —espetó San.
—San —le llamó Bam con la voz seria.
—Es cierto, Bam. Lo fui.
—¿Ya ves? —San señaló al hombre con sarcasmo y miró a Bam—
—San, cállate y escucha —dijo Bam, frotándose las sienes con frustración.
—Bien —respondió San, riendo sin gracia mientras negaba con la cabeza—. Continúe con su interesante y falsa historia.
—Luego de eso, mi amigo vino y me entregó una nota de parte de tu madre:
"Es lindo que te hayas interesado en mí, pero prefiero que me lo digas formalmente y no tu amigo."
—Tu madre era tan única… me volvía loco.
Después de eso fui a hablar con ella, le pedí su número formalmente, y ella me lo dio con gusto.
Salimos unos meses. Esos meses se convirtieron en años… hasta que me dio la noticia de que te estaba esperando.
Fue el momento más feliz de nuestras vidas.
Te vi nacer. Te parecías tanto a ella… y aún lo haces.
Mientras hablaba de su madre, San comenzó a creer que quizá sí la conocía.
Se sintió afligido. La extrañaba. Estaba muerta.
—Nos casamos. Solo nosotros dos sabíamos de nuestra unión. Ni nuestros padres sabían del matrimonio, ni de que habíamos tenido un hijo.
—¿Por qué no lo dijiste? —lo interrumpió San.
El hombre guardó silencio por un momento. San podía notar tristeza en sus ojos.
—Mi padre era el líder de la mafia. No quería que yo, su hijo, tuviera distracciones. Quería que, tras su muerte, me hiciera cargo de su estúpida organización. Había construido el imperio criminal más grande de Corea.
Intentamos mantenernos alejados de él, pero sus hombres casi nos descubren. Aun así, logramos seguir adelante hasta que me gradué y empecé a trabajar.
Mi padre estaba furioso de que trabajara como sirviente en un restaurante. Cada vez que conseguía un empleo, él se encargaba de sabotearlo.
No me quedó otra opción que unirme a él. Necesitaba mantener a mi familia, y con lo que hacía mi padre, me era imposible tener un trabajo estable.
Tu madre se enojó. Me dijo que podía trabajar, que haría lo que fuera… pero no la dejé. Quería que te criara como merecías, que estuviera siempre contigo, y no una niñera desconocida.
Mi trabajo era demasiado peligroso. Si las cosas se salían de control, podrían matarlos a ustedes.
Estuve meses escondiéndolos de mi padre, pero tu madre ya no podía más… y me lo hizo saber de la peor forma posible.
—¿De qué forma hablas? —preguntó San, intrigado.
—Tu madre… se acostó con el mismo amigo en el que confié para darle mi número.
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¿Un Traidor Como Tú?
Fanfiction-Hay cosas que hablar wooyoung.-su tono era serio.-voy a quitar esa marca. LA HISTORIA ES ALGO CORTA Y NO TIENE MUCHA ESPECIFICACIÓN EN EL DRAMA. FUE MI PRIMER HISTORIA Y PUEDE QUE HAYAN ERRORES. Ship: sanwoo, y seongjoong. ‼️Esta historia es total...
