—No creo que cuando la tenías cabalgándote y gimiendo tu nombre te acordaras de mí.
Se alejó de él y le dio la espalda.
—San, nunca me dejaste explicarte por qué hice eso. Tenía una explicación, pero nunca quisiste escucharla, solo te fuiste —se excusó Bam.
—¿Y qué pretendías, Bam? ¿Que me quedara? ¿En serio? ¿Después de verlos terminar de follar en nuestra cama?
¡Por favor!
Los recuerdos volvían, esos que tanto se esforzaba por mantener escondidos. El dolor en su pecho y corazón lo envolvía de nuevo, como si todo el esfuerzo por superarlo hubiera sido en vano.
Fue difícil ocultarlos, y ahora salían como si nada. Sentía sus ojos arder, su corazón palpitar de dolor. En aquel tiempo lo amó. Lo amó como nunca había amado, y verlo con otra persona le rompió el alma.
—San, por favor... —Bam se acercó, y la espalda de San chocó contra su pecho. San suspiró.
Estaba tan vulnerable. Le dolía el corazón.
Había salido de la universidad temprano. El profesor de biología no asistió, y total, esa clase no era de sus preferidas.
Llamó a Bam un par de veces, pero no respondió, así que dejó de insistir.
Aprovecharía para comprar algunos postres y celebrar su aniversario.
Entró a una cafetería cerca del apartamento. Era famosa por sus deliciosos postres. Los compró y volvió a casa.
Al llegar, notó dos pares de zapatos junto a la puerta. Unos eran de Bam, y los otros, de una mujer. Pensó que tal vez su madre había venido de visita, así que no le dio importancia. Dejó los postres en la mesa cuando un ruido lo sobresaltó.
—¿Mamá? Te dije que me avisaras cuando vinieras. ¿Por qué no llamaste?
—¿Mamá?... ¿Bam? Si están haciendo una broma, ya es suficiente.
Se encaminó hacia la habitación. Escuchó gemidos salir de ella y se asomó sigilosamente.
—Mmm, Bam... creo que escuché a-algo...
—Él no vendrá hasta la tarde. Tranquila...
Bam apretaba las caderas de otra mujer mientras la penetraba. No formuló palabra. Lo vio terminar dentro de alguien que no era él.
Abrió la puerta despacio y se quedó allí, parado, mirando la escena sin ninguna expresión.
—San... San, ¿qué haces aquí? ¡Puedo explicarlo! Esto no es lo que piensas... —dijo Bam, arrodillado en la cama, con las manos en el rostro y una expresión de terror. Ella se cubría con la sábana, igual de sorprendida.
—¡San, por favor! —No lo dejó terminar.
—Es nuestro cuarto aniversario, Bam. ¿Y tú? Follando con otra persona... No creo que tenga que decirte lo que pasará después de esto. Ya lo debes saber.
Sin decir nada más, tomó sus cosas. Bam gritaba su nombre, intentaba explicarse, pero San no pudo escucharlo más.
—San.
Su voz lo sacó de sus pensamientos.
Lo abrazó. Su respiración quedó en su cuello, aspirando el aroma de su piel, apretando su cintura.
—Solo escucha lo que quiero decirte, por favor.
San solo había ido allí para escucharlo y marcharse. No sabía cómo habían terminado hablando de su maldito pasado.
—Quiero irme, Bam —dijo separándose de él—. Quiero irme y no quiero estar cer...
Sus palabras fueron silenciadas por los labios de Bam.
San intentó zafarse, pero Bam aumentó su fuerza. Se sintió pequeño.
—¿No quieres? —dijo Bam con un tono molesto—. Harás lo que te digo, San. Vas a joder conmigo.
Su voz de mando...
San quería matarlo. Quería que lo dejara en paz. Pero Bam siempre fue más fuerte. Siempre lo dominó como quiso, usando su poder, su presencia, su voz, y lastimándolo en el proceso.
San sollozó. De tanta lucha en vano, se dejó llevar...
—Deja de llorar —dijo molesto mientras besaba su cuello.
San no podía hacer nada más. Era un muñeco de trapo. Sus fuerzas se fueron.
Estaban desnudos.
—Eres malditamente hermoso, San —sus manos tocaban su cuerpo sin permiso, mientras San evitaba mirarlo.
Bam besó su clavícula, bajó lentamente, lamiendo cada parte. Ya estaba dentro de él, moviéndose con lentitud, gruñendo de placer por el orgasmo que se acercaba.
San no lo miró. Cerró los ojos, suplicando que todo terminara pronto.
Despertó. Miró el reloj.
Las 11 de la mañana.
Se vistió con rapidez. Quería irse. Bajó hacia la puerta, pero una voz lo detuvo. Sus piernas temblaron.
Ahí estaba Bam, sentado en la mesa, desayunando sin preocupación.
San no se atrevió a moverse. Se quedó paralizado.
—Buenos días —sonrió Bam.
San no respondió. Entonces Bam levantó la mirada.
—Buenos días, San.
Otra vez no...
La piel de San se erizó. Sintió miedo.
—Buenos días, Bam —respondió finalmente.
—Siéntate y come —dijo con seriedad mientras devoraba su plato.
San obedeció. Su mente no dejaba de procesar lo ocurrido. El dolor volvió.
—Iré al grano —la voz de Bam lo sacó de sus pensamientos. Seguramente había notado el miedo y el dolor en él—. Es sobre tu padre.
—¿Mi padre?
—San, tu padre está vivo y es una persona muy poderosa.
—¿De qué estás hablando, Bam? Mi padre murió. Lo sabes. —Rió sin gracia.
—San —dijo con seriedad.
San lo miró, y se calló.
—Tu padre está vivo. Y es parte de la mafia Yakuza.
—¿Qué carajos dices, Bam? —Pasó las manos por su rostro con frustración—. ¡Estás loco!
—San, mañana irá al bar. Lo conocerás. Me encargaré de eso.
—Bam, ¡mi padre murió hace años! ¡Lo vi muerto! ¡Lo enterré junto con mi madre! No me hagas una maldita broma o juro que...
La mirada de Bam se endureció.
—San, él no era tu verdadero padre.
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¿Un Traidor Como Tú?
Fanfiction-Hay cosas que hablar wooyoung.-su tono era serio.-voy a quitar esa marca. LA HISTORIA ES ALGO CORTA Y NO TIENE MUCHA ESPECIFICACIÓN EN EL DRAMA. FUE MI PRIMER HISTORIA Y PUEDE QUE HAYAN ERRORES. Ship: sanwoo, y seongjoong. ‼️Esta historia es total...
