Cristal
Luego de una semana encerrada en casa, llorando en las noches, sin poder dormir y ocupando todo el tiempo en pensar en una sola cosa: Una traición. Proveniente de: Mi ex novio, Erick. Había decidido pasar por un club esta noche y poder liberarme unas horas de ese inmenso dolor.
Ya en el club, me abro paso entre la multitud de personas qué hay en el club, pasó al centro de la pista de baile y empiezo a moverme. Quizás no soy yo, es el alcohol, yo soy una tímida. Seguro ando haciendo el ridículo, pero lo ignoro y decidido disfrutar de la música y olvidar todo lo demás, como haber besado a Erick un día después que me rompiera el corazón, pero también reuní fuerzas y lo alejé de mi.
A medida que bailo siento que alguien muy alto está detrás de mi, me giro y es nada más y nada menos que aquel desconocido que me había dicho que se llamaba, Sthepen, pero yo no creía nada de ningún hombre, podría ser su nombre otro, así que no me creería cualquier palabrita solo porque proviene de un buen atractivo físico. Ya jamás.
<<No es digno de que lo pienses siquiera, ya déjale.>> me recuerdo mientras el chico me sonríe y me coge por las caderas y me pregunta al oído:
—¿Será que un fans de tus historias puede bailar contigo?
–Si, bueno... tendrías que guiarme.— respondo pero en realidad el efecto de la borrachera ya anda respondiendo por si sola, no yo. Soy tímida, a pesar de las pequeñas historias que llevan ese +18 y que dejan a muchos sorprendidos, soy tímida.
—Eres muy guapa.— dice, me da la vuelta y corta el espacio entre nosotros.
Siento como se pega a mi espalda y cierro los ojos, intentando imaginarme que soy otra persona. Una mujer de 22 años, capaz de dejar ir al hombre que una vez le llamó el amor de mi vida, una que aunque nunca lo admitió en voz alto, sí estuvo enamorada, una, que sobre todo, le contó sus problemas a un desconocido en un puente, una que bailaba con el mismo, que casualidad. ¿O, no lo es?
El ritmo de la segunda canción era más lento, más sensual, y mis caderas se mueven más despacio. Nos giramos quedando cara a cara, una sonrisa pícara aparece en su rostro, la misma que apareció esa noche que me llevo a mi casa, qué atractiva.
El sostiene mi mano y la lleva a mi boca, me acaricia la piel. Sus ojos encuentras los míos y de repente unas manos me halan, apartándome de él.
Es otro chico que también quiere llevarme a bailar, pero lo empujo porque solo me interesa el delgado chico que me ha tomado por las caderas y suavemente hemos bailado, al ritmo de la música, él es Stephen. Pero todo se descontroló, Stephen se abalanzó hacia el chico que me había tomado como si yo fuese su objeto, le tomó por el cuello y lo golpeó unas veces hasta que le dejó magullado en el suelo, lo miré horrorizada, luego salió disparado por la puerta y le seguí.
—¡Hey!— grité tras él.— ¿que ha pasado?
Él se giró hacia mi, estaba agitado por la furia, no le conocía bien pero era clara la expresión en su rostro, estábamos apartados y la música ya no se escuchaba.
—¿No haz visto?— soltó desordenando su cabello con ambas manos.— Te ha tocado las nalgas, ¡quería aprovecharse de ti!
Quedé pasmada ante su reacción, estaba... ¿celoso? ¿Realmente celaba a una desconocida? Que cosa.
—Hay mucha gente allí, no he sentido nada.—dije entre rizas nerviosas sin saber muy bien el motivo.
ESTÁS LEYENDO
Cariño, esto no es amor [+18]
RomanceDespués de una ruptura, quise abrazar la soledad pero unos brazos me envolvieron antes, uno de lo que jamás me alejé. Fue producto de una noche, de unas risas provocadas por un chico cualquiera, alcohol o quizás... solo quizás alguna chispa de emoci...