Cristal
—Se me hace tarde Stephen.— reclamé.
—¿Para qué? Pensé que podíamos pasar el día juntos.— elevó una de sus pobladas cejas.—y admito que ese gesto me gustó.
—Ya, es que no te lo he dicho.— respiré ruidosamente y continué.— trabajo en Burger king, llevo 20 minuto tarde.
—Sé donde es, voy a llevarte.
Su paz me fastidiaba. ¿Ya conocen a esa persona que aunque el mundo se derrumbe aún encima de ellos, se mantiene en calma? Este es Stephen.
Por suerte, un señor nos brindó ayuda y pudimos llenar de aire una de las gomas que se habían pinchado y obtener el combustible que también se había acabado, y a decir verdad, le agradecí a Dios, tuve el mejor sexo de mi vida, y lo recordaba, al fin de cuentas creo que ni tan ebria estaba.
¡Cristal, eres una puta! ¿Así superas a tu ex?
Cállate, él es peor. Respondí a mi conciencia.
Luego de despedirme de Stephen y pasarnos los números de teléfono, quedé en mi trabajo y comencé mi labor, haciéndome de cuentas que por tercera vez había llegado tarde y con mal aspecto, aunque por parte de la supervisora ya había recibido una mirada de reproche, pero claro, hacerme la inocente era siempre mi papel.
—¡Parece que alguien se a reconciliado! ¿eh?— el tono juguetón de Valeria me hizo sonreír, era una atrevida pero buena amiga.
—Te equivocas linda.— respondí.
—Pues esto que tienes acá...— tocó el centro de mi pecho e inmediatamente miré allí.— me parece que es semen y está seco.— explotó en risas y salí disparada al baño, limpié mi pecho y aún más abajo, luego salí con las mejillas rojas por vergüenza.
—No fue con Erick, ¿Bien?— hable antes que ella me exigiera detalles.
—¿Entonces?—Se cruzó de brazos a esperar una respuesta sin que mintiera.
—Eres una entrometida.— la aparté de mi camino y fui atender un cliente que me había hecho una seña con los dedos para que le atendiese yo.
—Vas a decírmelo, si o si.— escuché tras de mí y respiré resignada.
Valeria se había ganado todo mi cariño y confianza, era de aquellas que jamás se conformaban, querían saberlo todo. Y esto, tenía que decírselo o no iba a dejarme en paz, ¿y ya saben que prefiero mi paz mental? Si.
—Deseo el servicio dos, y, una coca-cola por favor.— dijo el chico, educadamente.
Sentía la mirada del castaño clavada en mi espalda en cuanto salí a preparar su servicio, y la verdad ya estaba acostumbrada a sentirme acosada todo el tiempo.
Luego de unos cinco minutos, llevé la bandeja que contenía alitas de pollo y su coca-cola, el me pidió que me quedara en la mesa y le acompañe pero no comí nada de lo que me ofreció, solo fui amable por que era la principal exigencia en el trabajo y más si se trataba de personas adineradas como este cliente.
—Eres la más linda aquí.— dijo limpiando sus labios con la servilleta.— de seguro tus clientes son más que las otras tres chicas.
—Aquí todas somos lindas, y la que no lo es físicamente, conócela y sabrás que el físico de tres lo ligas y no da una como ella, puedo asegurártelo.—dije firme.
No era de quedarme callada. No era de esas que se les hacía un nudo el la garganta cuando frente a ellas tenía un cliente adinerado, ¿por qué? Si al fin de cuentas somos todos iguales, y el dinero realmente es mierda cuando en la cabeza tienes dos cucarachas bailando ballet.
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Cariño, esto no es amor [+18]
RomanceDespués de una ruptura, quise abrazar la soledad pero unos brazos me envolvieron antes, uno de lo que jamás me alejé. Fue producto de una noche, de unas risas provocadas por un chico cualquiera, alcohol o quizás... solo quizás alguna chispa de emoci...