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POV KARINA

¿Realmente esto estaba sucediendo? ¿Estoy con Minjeong? Bueno, técnicamente aún no, pero nos gustamos... Nos queremos. Cuando estoy con ella y me mira os juro por Dios que sería capaz de parar el mundo si ella me lo pidiera. No me importa si pensáis que soy exagerada, que estoy desvariando... Quizá se trata de lo enamorada que me siento en estos instantes o de las ganas que tenía de que esto sucediera, sea lo que sea estoy feliz. Estoy plenamente contenta y feliz.

Me encontraba en la cocina, estaba en casa de Minjeong como habíamos quedado. Nos fuimos juntas a la salida del instituto y ahora mismo me encontraba terminando de poner la mesa. Su madre nos había dejado la comida preparada antes de irse a trabajar lo cual estábamos solas. Me senté en la silla de la parte derecha de la mesa, dejando libre un asiento enfrente para Minjeong, que estaba en el baño.

–Perdón por tardar, no es momento para decir esto pero es que llevaba mesándome desde esta mañana -añadió Minjeong entre risas.

–Pues mira que has estado un rato largo en el baño eh... -dije sugerente mientras me levantaba de la silla y me ponía a su altura.

Agaché vergonzosamente el rostro con una sonrisa de lado, Minjeong se dio cuenta y se acercó a mí hasta quedar a centímetros. Pasó su brazo alrededor de mis hombros y se pegó aún más a mí. En ese momento empecé a sentir lo que solían decir en las películas; las mariposas. Que se te acerque tu crush y tartamudees, que no sepas que decir o como actuar. Así me sentía cuando tenía a Minjeong cerca. Su mano subió hacia mi mejilla y empezó a acariciarla muy lentamente, yo solo me limité a sentir 300 tornados en mi estómago.

–Estaba haciendo cosas más importantes, no me preocupaba de si me hacía pis o no -dijo con una leve sonrisa mientras me miraba a los ojos.

–¿Y que estabas haciendo, si se puede saber? -arqueé una ceja en modo divertido.

–Esto.

Minjeong se inclinó hacia mí y me dio un suave beso en los labios, no pude evitar sonreír durante el beso. De a poco pasé mis brazos alrededor de su cuello si seguí besándola, esta vez más dulcemente. Sentí como Minjeong me rodeaba la cintura con sus brazos y me pegaba aún más a ella. Estuvimos así unos 2 minutos hasta que Minjeong decidió separarse para hablar.

–Se va a enfriar la comida -dijo entre besos y risas ya que yo no la soltaba.

–Tienes razón, ¿deberíamos parar, verdad? -pregunté sin soltarle de mi agarre. Mis ojos vagaban de sus ojos hasta sus labios, y así vuelta a empezar.

Noté como Minjeong hacia lo mismo. Ese instante se hizo eterno, las miradas no cesaban, el tiempo no pasaba. Solo estábamos ella, yo y esa comida que ninguna de las dos teníamos la intención de comer.

Minjeong me dió una pequeña sonrisa pícara, la cual me hizo reír. Después de que la risa cesara volvimos a mirarnos sin aún haber obtenido respuesta a mi pregunta. Pero antes de que yo pudiera volver a pronunciar palabra, habló.

–A la mierda -sentenció, y nada más pronunciar esas palabras me sujetó de la cadera impulsándome hacia arriba, que de acto reflejo rodeé su cintura con mis piernas.

Empezamos a besarnos pero esta vez ferozmente, no como antes. Era un beso subido de tono, un beso que podía desnudarte sin quererlo. No sabía de donde sacaba tanta fuerza Minjeong como para sujetarme con la mano izquierda y al mismo tiempo pasar su mano derecha por mi cabeza, acercándome más a ella. Solo sé que no podía dejar de besarla y de sentir estampidas de mariposas dentro de mi, pero ya no solo mariposas sino toda una jungla de insectos, animales o criaturas mitológicas. Jamás llegué a imaginar que iba a necesitar tanto un beso como ahora.

***

POV MINJEONG

Tener a Karina así, hablándome de manera, recordandome constantemente que nuestra relación se ha vuelto algo reciproco, que ella me quiere tanto como yo a ella, me perdía.

Se supone que ibamos a comer lo que nos habia preparado mi madre, se supone que nos daríamos un par de besos y ya. Lo que no se suponía es que acabaría con Karina sobre mí mientras la beso con todas mis ganas, pero eh, no seré yo quien se queje.

Con ella encima rodeandome la cintura con sus piernas, intenté andar un par de metros hasta dirigirme al sofá que estaba a un par de metros. Muy despacio y entre muchos besos lo conseguí. Karina me empezó a dejar un rastro de besos desde el cuello, subiendo por la barbilla hasta llegar de nuevo a mis labios. No sé que tenía ni que había hecho conmigo pero me he vuelto adicta a ella.

Ya me encontraba en el sofá, solo que ahora con tenía a Karina sentada sobre mí. Me atreví y comencé a quitarle la chaqueta que llevaba poco a poco, ella correspondió ya que terminó de sacársela sola mientras seguía besandome. Acercó sus manos a mí para colocarlas a cada lado de mi rostro y profundizar aún más el beso, si es que se podía. La escena se estaba empezando a tornarse caliente y aunque estuviésemos solas no sé si estaba preparada para que esta fuera nuestra primera vez, y mucho menos en un sofá. Y yo creo que Karina pensaba lo mismo.

Entre besos decidí separarme y hablar.

–Dios, Rina, me va a dar algo -dije entre jadeos por la falta de aire. Karina me dio un pequeño beso y respondió.

–A mí también, deberíamos parar... Si tu quieres.

–Si. O sea no quiero, pero va a ser lo mejor o no vamos a poder parar -dije un poco nerviosa por si se malentendía.

–Ya... Aunque a este paso no tenía intenciones de hacerlo -Karina me guiñó el ojo y rió haciendo que yo riera detrás.

–Me encantaría que fuera algo especial... Algo que recordáramos y que quedara entre tú y yo.

Karina me miró con una sonrisa que hacia mucho que no veía. Sus ojos expresaban ternura y transmitían demasiado amor. Su mano subió hasta mi rostro y me acarició muy despacio. Noté como suspiraba.

–No sabes cuánto te quiero.

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