Jeon Jungkook, hijo único del rey de Busan, es un omega de carácter fuerte, valiente y un poco dócil. Cuando él cumpla los 18 años será coronado rey sin importar que no sea alfa pero en su camino conoce a dos alfas que le pondrán su mundo de cabeza...
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Y ahí estaba él, observando desde su balcón como el pequeño Omega de ojos grandes se subía a la carroza junto al alfa mayor. Quiso detenernos pero le había pedido a sus amigos que cerraran la puerta de su habitación para que eso no pasara, Jungkook había tomado una decisión y él tenía que respetarla aunque eso significará romper una vez más su ya tan herido corazón.
-¿Puedo pasar? Si no quieres lo entenderé.-Fueron las palabras que escuchó acompañado de un suave golpeteo en la madera.
-Por supuesto pero tendrías que ir con el Guardia Hwang, le pedí de favor que cerrara la puerta.-Contestó en un leve susurro que casi pasa desapercibido.
-Esta bien, ya regreso cariño.-Respondió esa suave voz que lograba darle un poco de calma en medio de tanto dolor.
Tan sólo pasaron unos segundos cuando el sonido de unas llaves se hizo presente junto al rechinar de la puerta siendo abierta.
-Oh mi bebé, realmente amas a ese pequeño Omega.
-¿Cómo no hacerlo, madre? Él es lo que estuve soñando cuando era tan sólo un niño, es mi todo y lo he perdido.
-Tú le ofreciste todo lo que tienes bajo tu poder incluyendo tu corazón, lo supiste esperar por años pero él no se dió cuenta de eso. Ya no le llores más.
-No es tan fácil.-Mencionó apoyando su cabeza en el barandal del balcón.-Yo realmente tenía la esperanza de que él abriera los ojos y viera el amor que le tengo, fue doloroso escucharlo hablar sobre como mantenía relaciones con alguien más ¿¡Acaso no vió el cómo me afectaban sus palabras!? ¿¡No escuchó el cómo mi corazón se rompía!?
-¿Y porque no te alejaste en ese mismo momento?
-Le prometí estar con él.-Suspiró.-Pero llegó el momento de soltarlo, con sus acciones me demostró que está mejor sin mi.
-Eres alguien asombroso hijo, nadie merece tu versión enamorada.
-¿Sabes? Siempre me imaginé como serían nuestros hijos. Lo miraba a él corriendo detrás de un pequeño niño ó preparando galletas para una linda niña, para nuestra princesa.
-Por lo que sé él no quiere tener hijos, ¿No es así?
-No, cada que podía me lo repetía.
-¿Alguna vez él te preguntó qué querías?
-Sí, fue hace como dos años. Le dije que yo quería, quiero.-Se corrigió.-Formar una familia, tener 5 hijos.
-Supongo que él se asustó.
-Por el contrario, sólo suspiró y dijo que era normal entre alfas ese tipo de pensamientos.
-Esperemos que ese alfa sea como tú y pueda respetar su opinión.
-Si...
-¿Qué sucede si él decide regresar? ¿Lo permitirías?
-Solamente si me regresa cada mirada, cada suspiro y cada pensamiento en donde él estuvo presente. Sólo así permitiré que regrese a mi lado pero eso si, no voy a olvidar la manera en la que me alejó.
