𝐌 𝐎 𝐍 𝐒 𝐓 𝐄 𝐑 𝐇 𝐈 𝐆 𝐇 | ❝ ¿Qué consecuencia puede traer la aparición de un normie en el mundo de los monstruos? ¿Y si la escuela a la que asistirá resulta ser un sitio donde la cantidad de humanos es tan reducida para que se cuente con l...
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ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴄᴜᴀᴛʀᴏ
______________ observa el atardecer mientras espera que el director grite los resultados de la primera actividad. Sus caderas duelen, y después de un baño de agua helada (no planeada debido a que las cabañas carecen de calentadores) añora recostarse a dormir.
── ¡ Increíble, después de décadas de derrotas consecutivas, Monster High toma la delantera ! ──exclamó, burlándose con incredulidad; no podía creerlo sinceramente.
Eso solo aumentó el odio de las otras escuelas hacia Monster High, sus heridos orgullos les exigían una venganza rápida pero satisfactoria.
── Bien, ya saben como funciona, pueden retirarse a descansar, mientras tanto, los demás tendrán que limpiar y arreglar la cabaña donde jugaron a las escondidas hasta el amanecer ──. Terrible, suerte para los demás, éxito no porque el éxito es nuestro, pensaba el chico, imaginando que poseía unos lentes de sol de chico cool.
Caminaron de regreso, cada paso agotaba más al menor, y esto se notaba, pues se detenía a ratos para recuperar el aire y sus energías. Abel desviaba la mirada, y lo esperaba para no dejarlo atrás en el solitario sendero.
── _______________ ──murmuró el albino, caminando en dirección opuesta a sus compañeros para acercarse al menor.
── Puedes adelantarte, no te preocupes, solo quiero descansAR ! ──soltó un chillido agudo cuando Abel colocó un brazo sobre espalda y otro bajo sus rodillas, para levantarlo del suelo con delicadeza.
Lo pegó a su pecho y le sonrió mostrando sus dientes, indicando que estaba feliz de ayudar.
── Puedes descansar en mis brazos ──afirmó, pero miró a otro lado con una ligera timidez. ── A - Ayudaste mucho hoy, por eso te ayudo.
______________ soltó unas risitas roncas, y rodeó su cuello con sus brazos, para luego restregar su cabeza contra su pecho.
── Gracias Abel ──dijo, para luego sonreírle de más.
Aquel sintió nervios, y aunque caminara hacia el frente, su cabeza no volteó a esa dirección, de otro modo, se encontraría con la mirada traviesa de su chico. Estaba lo suficientemente avergonzado para tener los ojos fijos en los árboles a lado del camino.
── Mmm ──asintió en respuesta, percibiendo que sus mejillas aumentaban de temperatura.
── Por cierto, tengo una foto tuya sin tu abrigo ──avisó, acariciando el dichoso abrigo de peluche blanquecino. ── No tiene nada que ver, pero tenía que confesarlo.
