Cicatriz Noxiana | JayVik

3. Manos

—¿Entonces creíste que una simple disculpa borraría todos tus malos tratos de las últimas semanas?—Caitlyn estaba de pie en el umbral de su puerta, con los brazos cruzados y una actitud que le sugería no decir nada más.

—... por favor?—Jayce le sonrió de oreja a oreja, aunque más intimidado de lo que espero.

Caitlyn miro tras él, "Viktor", el misterioso científico compañero de Jayce estaba ocultándose, apoyándose en su bastón y mirando los rosales del jardín en un mal intento de no involucrarse en la pelea.

—Bien, pero la próxima vez no pienso tolerar tus arranques—cedió ella y risas disimuladas se escucharon tras la puerta. Vi y su padre se mostraron en cuanto Caitlyn cedió dejo el paso libre.

—Pasen muchachos, estábamos por cenar—invitó su padre con una sonrisa. Jayce lo observo de reojo, era increíble la fortaleza que mostraban los Kiramman al recibirlos a pesar de su perdida.

La cena comenzó pronto tal cual había mencionado el médico, Vi ayudo con la mesa mientras Caitlyn se enfrascaba en una charla con Jayce sobre los objetivos que deberían tomar. Zaun había tomado su independencia por la fuerza, convirtiendo a Piltover y el distrito suburbano en ciudades separadas "legalmente", sin embargo, mucha gente de los suburbios todavía intentaba entrar a Piltover en búsqueda de recursos, y, aunque lo negaran, varios de los negocios importantes en la zona alta se basan en comercios de dudosa moral en Zaun, era imposible que se dividieran de manera tan abrupta siendo tarea de los vigilantes controlar las trifulcas de aquellos que estaban a favor, los que estaban en contra, y los que simplemente aprovechaban el caos para beneficiarse.

Viktor escuchaba todo eso mientras fingía escribir ideas en su libreta de notas.

—Y bien chico delgado, ¿Cuál es tu historia?—Viktor volteo a su lado, se había enfrascado tanto escuchando a Jayce y Caitlyn discutir que no se dio cuenta cuando el padre de Caitlyn desapareció para adentrarse en la cocina y la "zaunita" se sentó junto a él.

—No tengo una historía que contar—el hermetismo hizo reír a la muchacha.

—Así que sí eres de allá abajo—Viktor retrocedió en su silla por la afirmación, no muchas personas lo reconocían, mucho menos aseguraban cosas como esa a la ligera.

—¿Puedo saber que me delato?—le preguntó dejando la charla ajena de lado.

—Aparte de tu amigo allí sentado—Vi contestó, señalando a Jayce con un tenedor, pero Viktor no le quito la mirada de encima, haciéndola suspirar—los que son como nosotros nunca tienen "una historia" que contar, no sin par de tragos al menos—admitió con una sombra de nostalgia cubriendo su rostro.

En ese momento, Viktor y Vi se miraron a los ojos, se reconocieron, el mundo podrido y doloroso al cual aún pertenecían, les había obsequiado, junto con múltiples cicatrices el instinto de reconocer "a los suyos".

—¿Interrumpo algo interesante?— de pronto, Jayce paso un brazo alrededor de Viktor, invitándose a la conversación.

—No—Vi levanto los hombros y abandono el tema.

—Nada en realidad—Viktor la imitó.

Ambos actuaban como si no hubiera pasado nada, algo que logro sacar una mueca disgustada de parte de la anfitriona de la casa junto con una ceja levantada de parte del concejal. Después de eso, la cena llego junto con un montón de charlas acerca de política y agendas, transcurriendo lentamente hasta el anochecer.

—Su cuarto está arriba Jayce, asumo que para usted es solo por esta noche—Dijo el señor Kiramman despidiéndose, solo después de que Vi y Caitlyn hicieran lo mismo para dar otra ronda nocturna a la ciudad.