¿De vuelta a la fábrica?

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— No me lo puede creer.  Dijo Bonnie.

— ¡Dame otra vez la grabadora, es mía, y quiero oír la grabación otra vez!  Respondió Chica.

Ajá. Las dos jovenes rubias, habían grabado el audio desde la puerta, todos los gemidos, todas las frases, todos los suspiros... Todo lo que hicieron en el baño, había quedado dentro de aquella grabadora de sonido. Bonnie la estaba escuchando, y además de un sonrojo bastante notable, consiguió un tic en el ojo. ¡Eran unas pervertidas! Tenían cara de inocentes, pero... ¡Vaya que no lo son!

Toy Bonnie, que ya había perdido todo el maquillaje y todo lo que le hacía parecer Candy, solo se mantenía sujeto al brazo de su pareja, también rojo. Ahora no tenía la excusa del maquillaje, era su propio rostro, sus propias mejillas. Y sí, seguía llevando el vestido... ¡Pero era porque no tenía otra ropa allí! 

— ¡Bueno, tómalo! ¡Pero aprende a respetar la intimidad de los demás!  El pelimorado se la devolvió. Estaba muy feliz por el reencuentro con su novio, y no quería tener la charla sobre el acoso a la intimidad

— Y bien...  Toy Chica miró a BonBon. Dio unas palmadas acompañadas de unos saltitos. Como si de una fangirl se tratase. — Tal y como me lo esperaba... ¡El plan funcionó! ¡Estoy tan contenta!  Tomó las manos de Chica, que por cierto, estaba ocupada volviendo a escuchar por séptima vez la misma grabación, la distrajo para dar un par de vueltas en el sitio con ella. 

Bah, esas dos eran tal para cual.

En ese momento llegaron Toy Freddy y Mangle por detrás de ellos. Mangle se tiró sobre BonBon, para abrazarlo por detrás sin aviso, estirando sus brazos para pasarlos por encima de sus hombros y rodeándole así. Toy Freddy solo los miró cruzándose de brazos.

— ¡BonBon! ¿Estás bien? ¡Tardabas tanto que ya pensábamos que algún señor viejo te había raptado por lucir como una chica tan bonita! — Dijo frotando su maquillada mejilla con la de él.

— No digas esas cosas... Suena perturbador...  Toy Bonnie se empalideció ante aquel pensamiento. 

Estaba con Bonnie de nuevo, no tenía que preocuparse, él le protegería si aquello llegase a pasar, como siempre lo había hecho.

Mangle olisqueó un poco a Toy Bonnie. Después un poco a Bonnie, que estaba al lado muy cerca de él. 

— ¿Hicieron travesuras?  Preguntó. Aunque más bien parecía ser una afirmación. 

— ¿Q-Qué?  Reaccionó el peliazul.

— ¿C-Cómo?  Fue la reacción en cadena de Bonnie.

— ¡Que buen olfato!  Exclamaron casi al unísono ambas rubias.

— Arg...  Bufó el único oso allí presente.

Ambos conejos tartamudearon. Ahora todos allí sabían que en el baño, habían tenido más que un simple cariño.

— ¿A qué olemos...?  Se atrevió a preguntar Toy Bonnie con muy vergüenza.

— Oh, a nada en especial... Simplemente, ambos habéis mezclado vuestros olores corporales, y desprendéis el mismo aroma... Solo deduzco que ha sido por alguna travesura de las vuestras... ¿Cómo si no os mezclaríais tanto, eh?  Soltó una risa muy extraña.

Vale, Mangle se unía también al lado perverso como Chica y Toy Chica.

Bonnie solo quiso evadir el tema, apartó a Mangle de su BonBon, para abrazarlo él mismo.

Había extrañado tantísimo aquella calidez que se formaba cuando ambos se abrazaban.

Vinieron Freddy y Foxy atraídos por el ruido que estaban formando aquel grupo. 

— ¡Foxy senpai!  Mangle se abalanzó ahora hacia su senpai. Lo abrazó con tentáculos incluidos, Freddy solo soltó una risita algo extraña... Se estaba acostumbrando poco a poco a esos ataques inesperados de Mangle y su cableado tentaculoso.

Dejando a esos dos, Toy Freddy lanzó una mirada de desprecio a Freddy, y este de igual manera.

Todos los presentes se quedaron congelados.

Se temían que una pelea entre esos dos se avecinaba...

Pero no fue así, ambos sonrieron amablemente.

— Oh, cuanto tiempo, Freddy.

— Sí, un año más o menos, no has cambiado nada.

— Oh, oh... ¡Tú tampoco! Bueno, estás algo más arreglado que cuando nos vimos por última vez.

— Oh sí... Aquel año solíamos discutir... Pero eso ha quedado en el pasado.

— Claro, sin rencores. 

Se dieron la mano, en señal de saludo y disculpa mutua.

— ¡Vaya! ¡Parece que se han hecho amigos...!  Dijo Chica.

Pero poco duró.

Se veía como las manos que se estaban dando, estaban siendo apretadas por los dos castaños.

— ¡Estás apretando! ¡Me lastimas!

— ¡Tú estás apretando más! ¡Te lastimo porque tú me lastimas!

Y así, otra de las antiguas peleas comenzó.

No iban a cambiar.

Todo aquello... producía una nostalgia indescriptible. 

Incluso llamaron la atención de Golden Freddy, aquel oso de dorados cabellos se asomó por el lugar preguntando por el escándalo. Casi parecían una familia... Discusiones, cariños, bromas...

Una familia que se había reunido después de tanto tiempo.

Era tarde, y no se habían dado ni cuenta, nadie quedaba ya en la pizzería, y por las ventanas, se notaba que había oscurecido bastante...

Era de noche, y el guardia de seguridad no tardaría en aparecer como cada madrugada.

— ¡Oh! ¡Ya que estáis aquí! Iremos a visitar hoy todos juntos a Mike.  Sugerió Chica. 

Seguramente eso no le haría ni la más mínima gracia al vigilante. Pero así eran ellos.

Un sonido de escuchó, alguien había entrado, y Chica los guio por el pasillo para ir a ver a Mike entrar.

Pero no era Mike al que se encontraron.

Era al creador.

El mismo que los había creado, a todos ellos, y que había dejado salir a las versiones Toy por un día para que diesen un descanso de sus pruebas.

Ese hombre... Debía estar allí para recogerlos otra vez. Para separarlos otra vez.

— ¿M-Master... Balbuceó Toy Bonnie.

[FNAF] Fidelidad [Bonnie x Toy Bonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora