¿Los traerás de regreso, o no?

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- No.

- ¡Es lo mínimo que puedes hacer!

- ¿Por qué debería? No es problema mío, y por cierto, sal de aquí inmediatamente.

Era una conversación nada más y nada menos que de la joven rubia y el guardia de seguridad. ¡Sí! ¡Había logrado infiltrarse en la oficina! Eso sí, que el malhumorado Mike Schmidt escuchase sus ruegos no era nada de sencillo.

- Deberías ayudar, Mike. - Oh, el de orejas de oso no tardó en aparecer por la misma puerta, que estaba desatendida. Mike gruñó más si era posible... ¿Por qué todos esos sacos de tornillos se habían puesto en común para joderle tanto?

La más baja de la sala miraba ahora al mayor intentando convencer al contrario. ¿Por qué?

Todo era un plan que ellos habían ideado:

Que Mike trajese de vuelta a los modelos Toy.

¡Él era el único que podía salir del establecimiento por el día sin sospecha ninguna! Ellos lo tenían mucho más difícil, por no decir imposible.

Chica cayó en la cuenta de que Foxy no se encontraba ahí, cuando él mismo dijo que iría para convencer a Mike, aunque tuviese que hacer uso de su garfio. ¿Entonces dónde se encontraba? Se le ocurrió la idea de que podría estar consolando a Bonnie en el escenario, pues ese pelimorado se había mantenido solo allí desde lo ocurrido. Sigilosamente fue a buscarles dejando a Freddy solo con Mike, pensaba que tan solo bastaba con el famoso Fazbear para lograr cambiar su opinión.

- Deja de ser tan pesado y lárgate, me pagan para manteneros vigilados, yo no he firmado nada sobre una aventura encubierta rescatando viejos robots apestosos. - Ladró sin pensarlo dos veces. Furioso, harto.

- Pero necesitamos tu ayuda, eres el único que realmente puede escucharnos.

- Oh, que honor... - Dijo con sarcasmo. - No creo que se trate de algo bueno eso, es una lástima que el contrato no incluyese tratamientos psicológicos, pues después de todo esto, los necesitaré.

Freddy rodó sus ojos, apoyando su artificial espalda sobre la pared repleta de dibujos infantiles de la oficina de seguridad.

- Creía que lo entendías.

- ¿Entender el qué?

- El dolor de perder a alguien que de verdad amas.

El guardia se silenció. Aquello lo había dejado sin palabras ni argumentos.

Freddy había dado en el blanco. Sonrió con disimulo, para mirarlo con completa seriedad.

- Bonnie se siente así ahora.

- ¿Qué quieres que le haga yo? No todos son finales felices, señor Fazbear.

- Por lo menos, por lo que veo, has comprendido más o menos la situación en la que se encuentra él... ¿No es así?

Mike no dijo nada más, miró al suelo algo aturdido. En esa posición ni siquiera se podían ver sus ojos, sus orbes celestes que...

- ¡Yarr! ¡Mike tienes que colaborar! ¡Vengo para hacerte razonar!

La voz del zorro resonó, el cual entró aprovechando que la puerta estaba abierta. ¡Una de las pocas veces en las que estaba abierta, era un nuevo logro!

Chica iba detrás del pelirrojo, sonriente. Mientras que Freddy solo suspiró cruzándose de brazos, pues según él, esa entrada tan épica había sobrado.

- ¿Dónde estabas? - Preguntó Freddy alzando una de sus cejas.

- Pues estaba ayudando a Bonnie a recuperarse de su desafortunado bajón. ¡Las monedas de chocolate de mi tesoro pirata siempre han sido muy efectivas! ¡Estará alegre por un buen rato! Solo mientras que... - Miró a Mike. - ... conseguimos que Mike traiga de vuelta a los Toy.

Mike no decía nada. Parecía tener su mente en otra dimensión.

Aquellos seres continuaron dando una charla sobre el mismo tema hasta que la campana de las 6 A.M se escuchó. Mike se levantó y los echó de allí. Para dirigirse a la salida, deteniéndose para mirar el aún oscuro pasillo de la pizzería. Mientras cada uno de los integrantes del restaurante, pensaban sí habían logrado convencerlo... o no.

Un día nuevo es anunciado por la misma campana de siempre.

- Y eso es lo que me han pedido... De verdad no sé que hacer.

- . . .

- Además... ¿Qué han hecho ellos por mí? Nada, quitando el hecho de que me han destrozado la vida, nada más.

- . . .

- Ya veo.

Una conversación monótona entre la voz de un ser humano y el pitido de una máquina del medidor cardíaco. Soltó una risa suave sin más, sabía que no podía tener respuesta alguna, pero se sentía mucho más tranquilo confesándose ante aquel testigo mudo, él único que siempre le había escuchado a él. Tenía la fe que una parte, aún podía oírle.

- ¿Cómo he llegado hasta este punto? ¿Estaré loco? Simplemente no puedo quedarme de brazos cruzados, algo me obliga a ayudar a esos juguetes estúpidos.

Se levantó de la silla en la que estaba sentado, al lado de aquella camilla de hospital. Tomando su chaqueta de vuelta y colocándosela, mirando a la silueta tumbada entre aquella sábanas blancas.

- Creo que voy a aliviar mi consciencia con esto, no lo hago por esos robots solamente. - Se dirigió a la puerta de la habitación, sonriendo casi imperceptible. - Te veré mañana en otra visita como siempre, Jeremy.

Cerró la puerta, con el único propósito de salir del hospital.

Una vez en la calle, marcó en su teléfono el número de su jefe. Él seguramente tenía el número del creador de aquellos personajes, o por lo menos su dirección, solo necesitaba su contacto.

No iba a volver temprano a casa ese día, tenía más trabajo por hacer.

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❥ ¡PERDÓN POR TARDAR TANTÍSIMO EN ACTUALIZAR!

He estado muy ocupada, y encima los exámenes sofocantes... ¡Puff! ¡Pero no me he olvidado de mis historias, claro que no!

Como podrán ver en este capítulo no hay mucho Bonnie x BonBon, pues quería que vieran los sucesos con otros puntos de vista. ¡PERO EL BONNIE X BONBON NUNCA MUERE! ¡MUAHAHAHA! Al menos... aquí no.(?)

Otro punto a tratar es que aquí Jeremy está en coma. Sí, he cogido esa teoría, y más o menos el Mike de acá está basado en el Mike del FanFic de mi partner @AkiraSan44 que es Jeremike y zukulemtoh.

¡Gracias por leer! ¡Y espero poder actualizar a partir de ahora más prontito!

[FNAF] Fidelidad [Bonnie x Toy Bonnie]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora