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Miraba con algo de miedo la pantalla frente a él, sintiéndose ansioso ante tal largo silencio, y es que, el Coreano había quedado sin habla, sentía sus ojos arder igual que su garganta, pero se negaba a dejar que el líquido cayera de sus ojos.

¿Cómo le explicaba a Christopher que era lo mejor de su vida, y que de igual manera, esperaba pasar el resto de su vida junto a él? No quería largarse a llorar en un momento como ese, eran lágrimas de emoción, pero de todas formas se rehusaba a hacerlo.

— Está bien si no quieres, o que pienses que no es el momento para este paso... — Dejó el anillo en el escritorio, arreglando su gorro con ambas manos. — Lo entenderé, amor.

— No... — Murmuró, sintiendo el nudo en su garganta, rio levemente. — Es decir, sólo me tomaste desprevenido, no esperaba esto. — Sonrió, viendo el rostro rojo de su novio. — No importa de qué manera hubieras hecho esta pregunta, estoy seguro que me hubiera emocionado tanto como lo estoy ahora. — Volvió a reír, asintiendo con su cabeza. — Hagámoslo, sí, vamos a casarnos.

Ambos sonrieron ante la pantalla, queriendo estar juntos para poder rodear el cuerpo contrario, necesitando un abrazo de su parte en un momento como ese. Ninguno podía más con su felicidad, estaban enamorados, y aquel compromiso sólo era una nueva muestra del gran amor que se tenían.

Jeongin no tardó mucho en llamar la atención de su familia ante lo ruidoso que estaba siendo, tanto con sus risas como con sus chillidos inconscientes que soltaba al hablar de cómo quería que fuera su matrimonio, por lo que su hermano no tardó en llegar a su habitación a preguntar qué le pasaba, sin embargo, ni el Coreano, ni el Australiano esperaban tal grito que pegó el mayor; siendo la razón por la que sus padres llegaron en menos de tres segundos con sus hijos.

— ¡Jeongin va a casarse, mamá! — Gritó el chico mientras abrazaba a su mayor.

— ¿Qué? ¿Cómo que vas a casarte? — Preguntó el hombre mayor, haciendo que el rostro de su hijo enrojeciera aún más. — ¿Por qué no nos habías contado?

— Porque se lo acabo de pedir. — Habló Christopher, llamando la atención de todos. — Lo siento, sé que no es la mejor manera, se supone que esperaría a que Jeongin volviera, pero simplemente no me pude resistir. — Dijo con una sonrisa en su rostro. — Lo amo demasiado como para esperar. — Conectó sus ojos con los de su novio, ambos sonriendo como adolecentes enamorados.

— Tú... Pequeño hombrecito impaciente. — habló finalmente la madre. — Estoy muy feliz por ustedes, de verdad, estoy segura que su amor será eterno. — La mujer sonreía con lágrimas en los ojos. — Gracias por hacer tan feliz a mi hijo, Christopher, jamás estaré lo suficientemente agradecida por todo lo que has hecho por él.

— Mamá... — Murmuró el menor, tapando su rostro con una mano.

— Sabemos que vas a ser feliz junto a Christopher. — Habló su padre mirando a su hijo. — Y eres un buen hombre, Bang, sé que él también te hace muy feliz. — Dijo mirando esta vez al castaño en la pantalla. — Estoy muy feliz de ver lo mucho que han crecido estando juntos. — El hombre mayor mantenía una sonrisa temblorosa en sus labios, igualmente emocionado que su esposa.

— Ustedes realmente están destinados... — Murmuró él hermano de Jeongin, sonriendo ante su hermano y su cuñado.

Ambos chicos se miraron, sonriendo con miradas complices, ¿Realmente estaban destinados a estar juntos? Tal vez sí, se conocían desde hace mucho tiempo antes de ser novios, siempre hubo una conexión entre ellos, esa misma que los llevó a la larga relación que llevaban. Ninguno de los dos podía imaginar un futuro sin el otro, un futuro en el que ser pareja no era una realidad, y no querían imaginarlo tampoco.

Querían jamás ponerle un final a su inmenso amor.

The rest of my life ♡︎ [ChanIn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora