Emily se estaba cambiando de ropa en el vestuario de la oficina de turismo, cuando entró Didi. Nada más cruzar la puerta, empezó el interrogatorio.
- Bueno, háblame del chico que vino a buscarte el otro día. Es tu jefe ¿verdad? ¿Estás saliendo con él? Es muy guapo. –
Emily sonrió mientras negaba con la cabeza.
-No salgo con él, es mi jefe. -
De repente, se oyó la voz de Camille, que justo en ese momento entró en el vestuario.
- ¿Y cómo es que te vino a buscar para ir a cenar? -
Emily levantó la vista y suspiró. Camille y Didi esperaban la respuesta sonriendo burlonamente.
- Porque teníamos que hablar de un mueble que estamos diseñando y él quería comentarme unas ideas que tiene. Nada más. –
Emily aprovechó que ya se había puesto el uniforme, un polo y un pantalón a juego, para huir del interrogatorio. Avanzó hacia el mostrador ignorando las bromas de sus amigas, que siguieron hablando del tema. Estaba a punto de levantar la persiana de la oficina para dejar pasar al primer turista cuando entró Maiqi, que acababa de llegar.Emily corrió a preguntarle por su examen. Maiqi sonrió feliz.
- Me ha ido muy bien, no me creo que haya sido el último. -
- Bueno, entonces ¡tenemos que celebrarlo! - dijo rápidamente Camille.
- ¡Pero si aún no tengo la nota! - protestó Maiqi
- ¿Crees que vas a suspender?
Maiqi negó con la cabeza, sonriendo.
– Pues eso – le contestó Didi - Maiqi, esta noche, te pones el vestido más corto y los tacones más altos que tengas. ¡Vamos a celebrar que has acabado la carrera!Como era viernes, fueron a una discoteca y se pasaron horas bailando. En un momento de la noche, Didi desapareció con un chico que había conocido esa noche.
- ¡No me esperéis despiertas! - gritó mientras se iba.
Camille, que estaba bastante borracha, le gritó a su vez algo que, por suerte para ella, nadie entendió bien.
Finalmente, Maiqi y Emily se la llevaron a casa en un taxi.Emily abrió la puerta del apartamento mientras sujetaba con una mano a Camille contra la pared, para que no se cayera. Carlo, al ver la escena, se acercó corriendo y cogió a Camille en brazos, la llevó a su cuarto y la tumbó en la cama. No era la primera vez que Carlo veía entrar a su compañera de piso bebida, pero era la primera vez que ella le decía cosas inconexas sobre Didi, Carlo y ella, y todo eso mientras le abrazaba e intentaba besarle. Carlo fue separándola cada vez, divertido por lo que Camille decía y hacía.
Salió de la habitación, pero al cabo de un rato volvió a entrar para ver cómo estaba y encontró a Camille completamente dormida.Por la mañana, en la otra punta de la ciudad, Didi se vistió lo más discretamente que pudo y salió rápidamente de la habitación. Cerró la puerta del apartamento con cuidado y ya en la calle, miró en todas direcciones para intentar situarse. Había llegado en un taxi con el chico que había conocido la noche anterior y no recordaba dónde se habían bajado. No reconoció las calles, así que encendió Google Maps.
– Genial – dijo en voz alta - estoy súper lejos de casa. –
Suspiró enfadada y paró a un taxi que venía en su dirección.Didi vivía con sus padres. Se llevaba bien con ellos pero aún así, era un poco deprimente seguir en casa a su edad. Ya hacía dos años que había acabado la carrera pero aún no tenía suficiente dinero para independizarse. A veces se sentía atrapada. Un año atrás, cuando las cosas iban bien con Max, habían decidido montar una startapp. El proyecto era sólido y Max y ella hacían buena pareja en todo, también en los negocios. Didi había estudiado ADE y él, derecho, y entre los dos habían decidido crear una app que ayudaba a los estudiantes de derecho a preparar los largos exámenes de la carrera. Poco a poco iban teniendo éxito. Ella se encargaba de dirigir y administrar el proyecto, y Max de crear el contenido. Todo iba perfecto hasta que él conoció a alguien y decidió dejar a Didi. Así, de un día para otro.
Lo malo es que seguían vinculados en el trabajo. Seguían reuniéndose, hablando y llamándose casi todos los días. Y para Didi, en lugar de hacerse todo más fácil con el tiempo, se volvía más difícil. Porque le veía contento y eso le hacía daño. No soportaba que él fuera feliz sin ella. No después de haber estado juntos tanto tiempo. Él fue el primero que le dijo que la quería. Fue el primero en todo y ahora, ella ya no significaba nada para él.
Didi volvió a notar un nudo en el estómago, igual que siempre que pensaba en Max. Por suerte, sonó el teléfono. Se quedó mirando la pantalla. Era Carlo.
- Uf, ahora no - pensó. Y lo dejó sonar.
Por la tarde, Didi llegó media tarde al la oficina de turismo. Había hecho una siesta de 20 minutos y al sonar el despertador, estaba tan profundamente dormida que no lo había oído. Suerte que su madre estaba en casa y la había despertado.
- Perdón - se disculpó con sus amigas - se me ha hecho tarde, no podía levantarme de la siesta. Esta noche no he dormido. Anoche estuvo bien ¿verdad?-
Emily sonrió recordando la noche.
- Sí, fue divertido. Camille acabó fatal, la tuvimos que meter en la cama -
Didi rió y preguntó dónde estaba.
- No vendrá a trabajar – le contestó Maiqi – me ha enviado un mensaje, se encuentra muy mal.
A las nueve, por primera vez en muchos días, no fueron a tomar algo. Todas estaban cansadas y habían dormido poco.
Maiqi fue a la parada del autobús. Cuando llegó, se subió y se sentó en un asiento junto a la ventana. Estaba distraída mirando hacia los pasajeros cuando se fijó en un chico que acababa de subir. Llevaba unos auriculares puestos y se quedó de pie, sujetándose en una de las barras del autobús. Maiqi se lo quedó mirando. Era alto y delgado, con el pelo un poco largo. Le gustó su forma de vestir. Entonces, él se giró un poco y sus miradas se cruzaron por un segundo. Rápidamente, Maiqi desvió la mirada. Fue solo un instante, pero le pareció que él había abierto un poco los ojos al verla, como si la conociera. Al cabo de un segundo, Maiqi volvió a mirar hacia él. El chico estaba viniendo hacia ella y se sentó a su lado. Maiqi se esforzó en hacerse la distraída, nerviosa. Se quedó un rato mirando por la ventana. Finalmente, muy lentamente, miró hacia su compañero de asiento, que estaba leyendo un libro de manga. Era el chico del otro día.Él levantó los ojos del libro y la miró. Era guapo, de facciones grandes. Le sonrió y Maiqi le devolvió la sonrisa muy brevemente, girando rápidamente la cara hacia la ventana.
Esa semana volvió a verlo tres veces más en el autobús. Él siempre la saludaba con una sonrisa si se encontraban. No hablaban, pero si el asiento junto a Maiqi estaba libre, él se sentaba a su lado.
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4 amigas
Romance"No sabes cuánto tiempo hacía que soñaba con tenerte aquí" le susurró Carlo. Didi cerró los ojos y suspiró. Nunca era una buena idea acostarse con el compañero de piso de una amiga pero ya era tarde. "Camille va a matarme", pensó. Esta es la histori...