Didi entró en la cocina. Su madre estaba leyendo el periódico y Didi le dio un beso en la mejilla. Se tomó un café, un bocadillo pequeño de jamón y se despidió. Su madre se la quedó mirando mientras se iba.
- ¿Ya te vas? -
- Sí, tengo trabajo. Me voy al despacho, pero vendré a comer.
Didi cogió un paquete pequeño de galletas, se las guardó en el bolso y salió a la calle.Entró en el local de coworking donde tenía alquilado un espació y empezó a trabajar. Las cifras de descarga de la app que había creado con Max eran buenas. Si el ritmo seguía así, empezarían a ganar dinero pronto. Aunque de momento, casi no cubrían ni los gastos.
Al cabo de un rato llegó Max. Hacía días que Didi no le veía. Desde que habían roto, evitaban verse cara a cara. No es que lo hubieran hablado pero intentaban no coincidir físicamente, aunque hablaban a menudo por WhatsApp o Teams. Así se hacía menos duro para los dos. Para Max, la situación era incómoda, le sabía mal haber hecho daño a Didi, verla tan triste le daba mucha pena. Y para Didi, bueno, para Didi, todo lo que tenía que ver con Max ahora era un drama.
Estuvieron trabajando varias horas en silencio, solo interrumpido por alguna conversación corta relacionada con el proyecto de la app y cuando llegó la hora de comer, Didi empezó a recoger sus cosas. Apagó el portátil y lo guardó en la mochila. Intentó no mirar a Max y hacerse la indiferente pero tenía ganas de preguntarle mil cosas, entre ellas, quién era la chica por la que la había dejado, cómo les iba (esperaba que muy mal) y si a veces la echaba de menos.
Por suerte para Didi, en ese momento, sonó su móvil. Lo dejó sonar mientras salía de la habitación y se despedía de Max con una sonrisa fugaz y un gesto de cabeza.
- Hola Carlo – contestó, ya en la portería.
La voz de Carlo, con su inconfundible acento italiano, sonó al otro lado del teléfono.
- Ciao Bella, ¿qué haces esta noche? ¿quieres ir a cenar? -
Didi suspiró.
- No, Carlo, mejor que no, me va mal. Además, no creo que sea una buena idea. Lo de la otra noche fue un error - le dijo, y se despidió lo más rápido que pudo.A Didi le había sabido mal que Camille se enfadara por su culpa. En el fondo, ella sabía que a Camille le gustaba Carlo, pero no se le ocurrió que le gustara tanto. La noche en que Didi se acostó con él, se dejó llevar, no pensó demasiado. Carlo era un seductor, era difícil resistirse a él. Pero de haber sabido cómo iba a acabar todo , se habría mantenido lejos. Camille era una buena amiga, conocerla a ella, a Maiqi y a Emily era lo mejor que le había pasado en mucho tiempo. Y no iba a arriesgar su amistad por alguien como Carlo.
Mientras, en la agencia de publicidad en la que trabajaba Camille, estaban de celebración. A primera hora de la mañana habían convocado una reunión interna para anunciar que habían ganado un nuevo cliente, una cuenta que suponía varios millones de euros de ingresos anuales. Camille estaba radiante. Después del anuncio, su jefa la había llamado a parte y le había hecho una oferta. Pasaría de ser becaria, a tener un contrato que incluía un buen salario y mucha más responsabilidad. Además, su jefa había dejado por las nubes el trabajo de Camille y le había dijo que esperaban mucho de ella.
Por la tarde, Camille llegó feliz a la oficina de turismo, no podía esperar a explicar a sus amigas las buenas noticias.
A las nueve, salieron a celebrarlo. En el bar, empezó a llegar gente porque Camille y las chicas habían explicado la noticia del ascenso a todos sus amigos. Carlo fue de los primeros en llegar. Camille llevaba días sin hablar con él, le había estado evitando, pero se alegró de verle. Al principio se le hizo un poco molesto que estuviera también Didi, pero en seguida hablaron y rieron como siempre y la situación se volvió más cómoda. Además, Didi no estuvo cerca de Carlo ni un momento y no parecía que tuviera ganas de estar con él, más bien todo lo contrario.
Pero lo que más le gustó a Camille de esa noche fue que de repente apareció Connor en el bar. En cuanto él la vio, se acercó deprisa hacia ella con una gran sonrisa.
- No me diste tu teléfono - le dijo - quería haberte llamado. He venido aquí a ver si te veía. De no haberlo hecho, me habría acercado mañana a la oficina de turismo. -
A Camille se le iluminó la cara.
- Bueno, pues aquí estoy, ya me has encontrado. -Fue una noche mágica. Hacía tiempo que Camille no se sentía tan bien. Apenas conocía a Connor pero cada vez le gustaba más. Fueron a cenar a un restaurante italiano y él se sentó a su lado. Estuvieron hablando y riendo todo el tiempo. De vez en cuando, se fijaba en Carlo, que parecía más serio de lo habitual. En un momento dado, se lo comentó a Emily.
- Carlo está muy raro ¿no?
- No sé, yo le veo bien ¿has hablado con él?
- No mucho, la verdad.Al salir del restaurante, Connor y Camille se separaron del grupo.
- Nosotros nos marchamos. Nos vemos mañana - se despidió Camille, poniéndose de pie y llevándose a Connor de la mano. Pararon un taxi y se fueron a casa de Camille.Connor resultó ser un gran amante. Camille no tenía mucha experiencia más allá de un par de novios con quienes había tenido largos noviazgos y a los que nunca había engañado. Así que su lista sexual era muy corta. Camille envidiaba a Didi, tan atrevida y lanzada con cualquiera. Ella en cambio, pensaba que se pondría nerviosa pero no fue así. Fue como si conociera a Connor muy bien, como si los dos hubieran sido pareja desde siempre, cuando uno ya está relajado y no tiene que preocuparse todo el rato por lo que pensará el otro.
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4 amigas
Romance"No sabes cuánto tiempo hacía que soñaba con tenerte aquí" le susurró Carlo. Didi cerró los ojos y suspiró. Nunca era una buena idea acostarse con el compañero de piso de una amiga pero ya era tarde. "Camille va a matarme", pensó. Esta es la histori...