Primera Navidad

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Las nevadas en la extensa villa de la hoja no se hacían esperar, llevaba días nevando sin parar. Una joven de ojos perlas se encontraba recorriendo la villa en busca de sus últimas compras antes de navidad, no eran regalos, eso  lo tenía controlado, pero Ino le había pedido que comprase algunas botellas de sake, así que eso era lo que estaba buscando, una tienda que  tuviese botellas, había conseguido tres de dos tiendas distintas, pero para todos los que iban a estar le parecía realmente poco. 

Ni siquiera era el día de la cena de navidad, ya que era al día siguiente, pero no abrían las tiendas, así que tenía que encontrarlo ese mismo día. Después iría a casa de Ino a dejar los regalos bajo el árbol, ya que era lo que iban a hacer todos. Así tambien dejaría las botellas que  encontrase a su paso por las tiendas. Aquellas navidades no le hacían especial ilusión, pero debía aparentar como que si le hacía. 

Al final, después de que todas las tiendas ya estuviesen cerradas había conseguido reunir solo cinco botellas, por lo que con su bolsa de regalos y con la bolsa de Sake se dirigió hacia la casa de la rubia. Según le dijo Ino cuando llegó, todos los demas ya habían ido a dejar los regalos y efectivamente cuando ella fue a colocar sus regalos el arbol estaba lleno de regalos. Todos tenían etiquetas con los nombres puestos, pero con el rápido vistazo que les hecho a todos, no vio ninguno con su nombre. Aquello no le molestaba ni entristecía.

Al marcharse le comunicó a Ino que al día siguiente iría por la tarde para ayudarla ha preparar cosas  para la cena y ayudarla en todo lo que necesitase. La rubia aceptó su ofrecimiento y la rubia aceptó sin pensarselo, diciendole que se llevase las cosas para cambiarse y para bañarse para cuando terminasen de cocinar arreglarse. Hinata agradeció a su amiga y después se marchó  de nuevo a casa, ya que era bastante tarde, el apartamento en el que vivía no estaba lejos, pero si estaría solo, estaba acostumbrada a que siempre se encontrase su amado en él y no era lo mismo cuando no estaba.

¿Por qué vivía en el apartamento? Había renunciado por completo al liderazgo del clan, por supuesto su padre se había enfurecido y le había dicho que se marchase del clan, con el fín de  que volviese arrepentida. En un principio había pensado en pedir ayuda a sus amigas, incluso a su pareja desde hacía un año, pero no quería aprovecharse de ellos. Fue a su lugar secreto, aquel campo en el que entrenaba cuando no quería que nadie la encontrase, solo una persona sabía de su existencía y porque la había pillado allí entrenando. No llegó a dormir en la calle ni un solo día, ya que su pareja la encontró en el claro, ya que al ir a buscarla para invitarla a cenar el padre de la joven le había dicho en tono molesto que ella ya no vivía ahí. Preocupado por donde estaría la había ido a buscar al primer lugar que se le había ocurrido. Enseguida el le había ofrecido vivir con él, pero diciendole que no tendría que volver al clan Hyuga si ella no quería, que podían vivir juntos.

Debía reconocer que se había acostumbrado demasiado rápido a la compañia en casa, ya que ella normalmente en la mansión nunca podía disfrutar de tiempo en familia y era tan grande que el único rato que pasaban juntos era el de la hora de comer. Por eso notaba tanto la ausencia de su pareja, ya que, no era que estuviesen siempre pegados el uno al otro, sino que podían estar los dos en la misma m

habitación disfrutando de diferentes actividades y no se sentía soledad. Aquello le gustaba mucho, por fín sabía cual era la sensación que dejaba un hogar.





El día siguiente había llegado, era Navidad y por lo tanto debia de preparar sus cosas para ir  después de comer a casa de Ino. Hinata estaba intentando entretenerse lo mas posible hasta que llegase el momento de irse. Se entretuvo en el jardín y en hacer algo de comida para ella, era la primera Navidad que su pareja y ella iban a pasar siempre y habían tenido la mala suerte de que la iban a pasar separados. 

Cuando terminó de comer, agarró la pequeña bolsa que había preparado con las cosas para arreglarse después de prepararlo todos los alimentos que adornarían la mesa. Pese a que no estaba lejos, ella se tomó su tiempo para llegar a casa de Ino. Al llegar se dio cuenta de lo estresada que se encontraba su amiga en esos momentos, así que nada mas llegar se colocó el mandil y la ayudó en la cocina.

Se pasaron toda la tarde cocinado y antes de ir a darse una ducha y arreglarse, decoraron la mesa de manera perfecta y exquisita. Ambas se ducharon, Ino ya vivía con Sai, pero desgraciadamente todo el equipo 7 a excepción de Sakura, estaban en una misión. Ambas se maquillaron y se peinaron ayudandose cuando lo necesitaban, se ayudaron a abrocharse los vestido y antes de que se diesen cuenta los invitados estaban en la puerta. 

Ino era su mejor amiga, por eso siempre que se necesitaban ahí estaban. Quizás cuando eran niñas ni siquiera se dirigiesen la palabra, pero cuando tuvieron la oportunidad de conocerse mejor fueron confiando poco a poco la una en la otra y eso las llevo a donde se encontraban en ese momento. 

Una vez que estuvieron todos, debían tomar asiento en el sitio que estaba indicado en las tarjetas. Habían puesto tambien sitios para los integrantes del equipo 7 que estaban ausentes, para que así estuviesen de forma simbólica, debía reconocer que aquello hacía que la espinita en su corazón se clavase aun más, ya que a su lado veía el sitio de el vacío, de todas formas debia aceptar porque era lo que Ino quería. Hinata, después de que casi todo lo que habian  preparado estuviese en la mesa, Hinata se ofreció  para colocar lo último que quedaba en la cocina, asi que fue a por ello. Cuando salió estaba tan concentrada en que no se cayese que no se dio cuenta de que estaba sola en el salón. 

-Ino, ya esta todo servido - pronunció la muchacha intentando centrar la fuente-. 

-Vaya ya ni  te acuerdas de mi - pronunció una voz tras ella -. 

Al escuchar esa voz no pudo creerselo y al darse la vuelta aun menos, estaba ahí. Debia de ser un espejismo o se había dado en la cabeza  y había quedado inconsciente. Estaba completa y absolutamente paralizada sin saber que hacer, hasta que sintio los labios de su amado sobre los suyos y no era un sueño porque era demasiado real. Los minutos no parecían pasar para ellos en absoluto.

-Teme, que la vas a devorar - pronunció un rubio al otro lado de la sala-.

-Es lo que debería de estar haciendo tu en vez de andar jodiendo, dobe - contestó el azabache haciendo sonrojar a su novia, la cual estaba en la misma posición solo que mirando a alguna parte de su pecho-. 

-Hoy no es día de discutir  - comentó Ino en un tono normal, aunque algo duro-.

Hinata y él llevaban como un mes sin verse y verlo allí para pasar su primera navidad juntos la hacía sentir como en un cuento de hadas. Sabía que no sería la última Navidad que pasasen juntos. Cenaron y después abrieron todos los regalos, tal y como esperaba no había ninguno bajo el árbol así que no le sorprendió en absoluto. Todos se sintieron fatal porque no se habian acordado de ella, pero con una gran sonrisa dijo que todo estaba bien. 

Bastante mas tarde, el Uchiha y ella se fueron a casa y ambos jóvenes, ya era  día 25 de diciembre. Como ambos estaban bastante cansados, simplemente se fueron a dormir. Habian pasado a oscuras por toda la casa. 

Por la mañana, ella se despertó primero, encendió el árbol, el cual tenia abajo los regalos de Sasuke y  comenzó a preparar té para el desayuno. Sasuke salió de la habitación y después de ir al baño salió al salón cocina y besó a su novia. 

-Buenos días - pronunció el azabache mirandola-. 

-Buenos días - contesto la muchacha sonriendo-, tienes cositas bajo el árbol - pronunció ilusionada-. 

Sasuke se quedó algo extrañado, ya que sabia que para ella era importante celebrarlo, nunca la había celebrado con su familia y ella lo veia como su familia. Agarró los dos regalos y los llevó a la mesa del comedor para así poder abrirlos. Mientras que él abría los regalos, ella se sentó mirando como los abría. El primero era un juego completo de distintos Kunais  y había pedido que todos los mangos de cuero tuviesen grabados el simbolo Uchiha. Al abrir el siguiente le resultó bastante familiar, era la Katana de su época de renegado, pero se  notaba que estaba restaurada. 

-Yo no tengo nada para ti - expresó el muchacho mirandola directamente a los ojos-. 

-Con estar aquí, ya me lo has dado todo. 

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