♡᭄ꦿ 35 ♡᭄ꦿ

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Nuestros cuerpos desnudos compartían el agua tibia del jacuzzi, por debajo del agua podía sentir cómo nuestras pieles rozaban

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Nuestros cuerpos desnudos compartían el agua tibia del jacuzzi, por debajo del agua podía sentir cómo nuestras pieles rozaban. 

Eren metió su mano por debajo y comenzó a darme sueves caricias en mi pierna derecha. La volvió a sacar para regarse un poco de jabón líquido y volvió a meterla. Esta vez su mano se sentía como una perla dando un viaje por mis piernas.

Sonreí echándo mi cabeza para atrás y disfrutando sus caricias.

— Sabías que las mejores almohadas que he probado en mi vida son estas bellezas, ¿no? — emitió, su voz  comenzaba a sonar más grave de lo normal.

— ¿Es un halago?

— Yep, estoy halagando tus piernas, mi amor. — sacó una de sus manos y las pasó por mi mejilla, humedeciéndola con el agua.

En respuesta sonreí de manera coqueta.

Se enderezó un poco de forma que quedaba apoyado en sus rodillas. Alzó mis piernas y cada una la puso en cada uno de sus hombros. Me alzó también un poco y a los segundos pude sentir su miembro rozar en mi zona.

Se agachó a la altura de mi rostro, una de sus manos detenía mi cabeza agarrada de mi cabello, abrí mi boca esperando un beso, sin en cambio, solo pasó su lengua por mis labios, y después escupió dentro.

— Me encantas. — dije.

— Y tú a mí.

Cargó mis piernas en sus caderas y salimos del jacuzzi, derramando un caminito de agua hacia la habitación.

Dejó caer mi cuerpo en la cama bruscamente y después me pidió que me pusiera en posición de "perrito".
Sin reproches, obedecí.

Sin más entró en mí. Su primera embestida fue fuerte, a tal punto que hizo que la cabecera de la cama rebotara contra la pared.

— No vayamos a romper la cama de nuevo. — dije riendo, él negó divertido.

— Muévete como lo sabes hacer. — ordenó.

Mis caderas bailaban satisfactoriamente.

— Mírate ahí.

Giré mi cabeza. Mi mirada se posó en uno de los muchos espejos que habían, pudiendo apreciar nuestros sucios actos.

Sus embestidas iban acelerando, mis manos las pasó por detrás de mi espalda. El hecho de poder verlo todo desde los espejos era algo excitante.

Sus manos palmeaban mis glúteos, dejándolos rojos.

— Ah... — gemia.

Nuestras respiraciones disparejas sonaban por toda la habitación.

Mi zona cada vez más húmeda ocasionaba que, al chocar su piel con la mía, fuese más ruidoso.

❝Sadismo❞ || 𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫 (+¹⁸)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora