Después de pasar toda la noche en comisaría ayudando a Greco con el turno, recibí un aviso de personas grafiteando las instalaciones del monte Chiliad, por lo que acudí de inmediato, después de todo no había nada interesante por hacer y ya me comenzaba a aburrir.Recorrí las frías calles de Los Santos con calma en mi patrulla, el cálido silencio reinaba en aquellos terrenos... la ciudad aún se encontraba dormida y a las 6, casi 7 de la mañana muy pocos vehículos transitaban
Manejé lentamente tratando de hacer tiempo durante el camino pues las temperaturas me recordaban a mi hermosa ciudad natal...
Observé el paisaje mientras escuchaba música y poco a poco me fui acercando al lugar pero algo interrumpió mi calma, escuché gritos así que disminuí el volumen de la radio...
¿Había algo ahí?Frené en seco cuando visualicé un sujeto en el camino al costado de un puente, vestía ropa muy ligera en comparación al clima frío que hacía
Bajé de inmediato del vehículo cuando le miré lanzar una botella contra las vigas y posteriormente pararse en el borde... corrí lo más rápido que pude y cuando estuve lo suficientemente cerca le escuché susurrar "Supongo que este es el final que merezco, no?" Para después dejar caer su cuerpo hacia el vacío
Le alcancé a tomar de la mano en el aire evitando su caida, golpeando mi abdomen contra el barandal ejerciendo la fuerza suficiente para sujetar mi cuerpo
Me volteó a ver y ahí pude distinguir aquel rostro tan conocido
— ¿G-gustabo?— pregunté exaltado, pues qué hacía ese chico aquí en medio de la nada intentando terminar con su vida
Comenzó a rasguñar mi mano buscando soltarse pero inutil fue su intento, le subí de nuevo al puente sin problema alguno
— ¿Qué coño cree que hace, Gustabo?
No me contestó pero pude observarlo de cerca... sus ojos estaban completamente hinchados y rojos, sus labios secos y morados a causa del frío, sus mejillas sonrojadas al igual que su nariz y esa mirada perdida me causaba incomodidad
Verifiqué que no se encontrara herido y al comprobar que todo estaba bien tiré de su mano para subirlo al patrulla
— Suéltame, Volkov— contestó finalmente y con enfado
— No, usted se viene conmigo
Comenzó a forcejear tratando de safarse de mi agarre pero mi fuerza es mucho mayor a la de aquel omega así que por más que intentase era una pérdida de tiempo
Sentí un fuerte dolor en mi mano que me hizo voltear a ver qué estaba pansando... me había mordido con tal fuerza que causó una herida
Controlando mi impulso por gritarle y regañarlo evité soltar su brazo para nuevamente intentar llevarlo hasta el vehículo, sorpresa fue la mía cuando sentí un fuerte puño sobre la comisura de mi labio
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Un nuevo comienzo /// Volkabo | Intenabo
RomanceAlguna vez te preguntaste, ¿cuál es la melodía más triste? Si piensas que es aquella producto de un gran compositor, entonces déjame decirte que estás en un error... La melodía más triste es la que produce un alma destrozada envuelta en agonía bajo...