Prólogo

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- ¡Pow! Te quiero dar esto. - Dije con entusiasmo -

Extendí mi mano para brindarle a Powder un anillo de oro pintado y modificado por mí. Sus ojos brillaron como nunca y su sonrisa se expandió de tal forma que imaginé que no entraría en su rostro.

Al pasar de unos segundos, Pow se levantó de la cama en donde se encontraba sentada y me dió un abrazo acompañado de un pequeño beso en la mejilla, uno que jamás olvidaré.

Aún logro sentir la felicidad de aquel momento. Las pequeñas descargas eléctricas que sentía en las zonas de tacto y la alegría de saber que al fin había alegrado a alguien. Alguien que me gustaba.

Nunca tuve esa sensación mínimamente comparable con otro humano. Ella fue la única que logró hacerme feliz.

Lamentablemente, todo lo bueno tiene un fin.

El más reciente recuerdo sobre mi niñez es posterior al incidente del muelle. Y el último uso de razón fue al momento que esa bola de fuego golpeó parte de mi rostro.

Nunca dejé de buscar al resto de la "pandilla", y menos a Powder.

Pero yo no soy el mismo. Y dudo que ella tampoco.

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Como el autor, solo les puedo pedir una cosa: lean hasta el final, por favor. ¡Gracias!

Además: cualquier crítica constructiva es bienvenida. No los interrumpo más 😅.

Tantos Años... (1er Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora