Querido espejo: Te odio.

Capítulo 11

Los siguientes días fueron de lo más confusos. En ocasiones estaba ilusionada, con ganas de comerme el mundo, pero por otro lado tenía momentos en los que lo único que me apetecía era colocarme los cascos y quedarme en la cama echa una bola escuchando canciones de Twenty One Pilots. 

El día que tuve la cita con Oliver decidí que no volvería a meterme más en la cuenta de twitter, aquella en la que la gente era tan tóxica. Pero al volver de la cita y acabar mi llamada de teléfono con Lau, a mi móvil de repente de pareció bien empezar a mandar todas aquella notificaciones que no me habían llegado en aquellas 2 semanas, y sí, entre ellas todos los comentarios repulsivos hacía mi cuerpo. Tuve que leerlos nuevamente, y parecía masoquista, ¿para qué volvía a leerlos pudiendo darle al botón de : eliminar todas las notificaciones?, pues sinceramente, no lo sé.

Volví a meterme en aquella cuenta, y esta vez el tema de conversación de las chicas de EDTWITTER era el siguiente:

<<Mañana es la cena de noche vieja con la familia, ¿Qué voy a hacer? no quiero comer nada o arruinarán mi ayuno intermitente.>>

Se me había olvidado por completo, ya era 30 de diciembre, mañana sería el gran día, "fin de año". Realmente para mi seria como otra noche cualquiera, la única diferencia al resto de noches es que me tendría que esperar despierta hasta las 00:00 para tomarme las uvas, sola, porque así era la vida cuando vives con una camarera a la que explotan en el trabajo, ya que obviamente ella pasaría la noche sirviendo champán a los adolescentes que ese día decidiesen ir allí a pasar año nuevo.

Las chicas de twitter empezaron a darse <<tips>> para esconder la comida en la cena familiar o hacer artimañas para que ni si quiera se diesen cuenta de que no estaban comiendo. Joder, ¿por qué hacen eso? Esa chica acabe de decir que lleva 1 o 2 días sin comer y tu la apoyas para que siga sin comer, me parece flipante.

Sonó mi teléfono, era un mensaje de Oliver:

"¿Ocupada señorita Monter?"

"Siempre disponible para ti señorito... , ahora que lo pienso, tu sabes mi apellido pero yo no el tuyo"

"Ahí tienes toda la razón, te iba a decir si te apetecía que nos viésemos hoy, supongo que si quieres saber mis apellidos tendrás que quedar conmigo hoy sí o sí para poder saberlo"

"¿No tengo otra alternativa? Como por ejemplo... que me la digas por mensaje, creo yo"

"¿A caso no quieres verme?"

"¿Cuándo he dicho eso?"

"En ese caso, paso a buscarte en 1 hora, te llevaré a la capital a ver las luces. Te iba a decir que te pusieras guapa, pero creo que incluso con un saco de patatas estarías preciosa."

"De acuerdo, en 1 hora donde las flores, voy a ir buscando el saco de patatas."

¿Cómo era posible que Oliver consiguiese sacarme una sonrisa incluso cuando llevaba días echa una mierda?. No os dejéis engañar por mi actitud. Estoy acojonada; sí, acojonada. Va todo muy rápido, y me he dado muchos porrazos en la vida y sintiéndolo mucho confiar ahora mismo en alguien tan de golpe no es que entre precisamente en mis planes. Oliver me estaba demostrando que era un caballero como aquellos que ya no hay, pero las personas nunca son siempre como se muestran a primera hora, y me da miedo que su actitud vaya cambiando conforme pase el tiempo. 

Ojalá y espero que él me demuestre que no todos somos seres humanos de doble cara.

Me levanté de la cama y a toda prisa busqué algo en el armario y fue directa a la ducha: Un vestido que me llegaba un poco más arriba de las rodillas de lana color rojo oscuro con un cinturón negro ancho y unos botines negros de tacón.

Me hice un maquillaje bastante natural porque cuando salí de la ducha solo quedaban 20 minutos para que llegase Oliver y no quería hacerlo esperar mucho ya que estaba claro que era un hombre muy puntual.

Cuando terminé de arreglarme aún quedaban 10 minutos para que Oliver llegase y me di cuenta que llevaba mucho sin ver a Laura así que llamé a Oliver:

-Estoy de camino  a tu casa, ¿ya te has arrepentido de la cita?- De fondo podía oírse como estaba en el coche conduciendo .

-Más quisieras tú. Te llamaba por si no te importa que avise a mi amiga Laura para que venga, hace mucho que no la veo.

-¿La que estaba en la tienda el día que intentaste robarme?.-Dijo entre risas.

-Ja,ja,ja. Que gracioso. ¿Puede venir o no?

-Claro que sí, luego cuando te recoja tu me guías hasta su casa y la pasamos a buscar.

-Gracias Oliver, ahora la llamo.

-Venga, en 5 minutos estoy allí.

Colgué a Oliver y rápido llamé a Laura.

-Al habla la mejor amiga del mundo mundial de Rebeca, ¿en que puedo ayudarla?- Dijo Laura con voz de chica de atención al cliente.

-Que imbécil eres, oye, ¿haces algo ahora?

-Pues la verdad es que me pillas muy ocupada cepillando el cielo.- Era una forma que tenía ella de decirme que se aburría como una mona.

-En ese caso vístete que en 10 minutos Oliver y yo vamos a recogerte.

-¿Oliver? Mira Rebeca yo paso de ir a sujetar velas o algo así.

-Vamos a ir a capi a ver las luces de navidad, y no vas a tener que sujetar nada porque Oliver y yo no somos ni si quiera amigos, nos estamos conociendo, venga, en 10 minutos en tu portal.

Colgué a Laura para que no pudiese reprocharme nada y fui al parque de flores porque ya habían pasado 5 minutos y seguro que Don Chico de Seguridad estaría allí esperándome.

No me equivoqué, ahí estaba, de pie junto a la puerta del copiloto abierta, en cuanto me vio se puso recto como uno de esos guardias de seguridad de la reina de Inglaterra.

Me acerqué a él y no me dijo nada, solo hizo una reverencia y señaló con la mano que debía entrar al coche, al hacerlo me cerró la puerta y fue a su asiento.

-Como se nota que eres personal de seguridad.-Dije mientras me abrochaba el cinturón de seguridad.

Comenzó a reírse y seguido me miró:

-Bueno Monter, ahora dime, ¿ dónde está nuestra siguiente parada?

Extendí la mano con una sonrisa en señal para que me diese su teléfono móvil y poder poner en su google maps la dirección de casa de Lau.

"Localización puesta, nos espera un buen día...Pensé."