DÍA 2

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Día 2

Sergio

No pudimos hacer nada, nos obligaron a subir al avión, todos estaban armados y tuvimos que hacer lo que nos pidieron, pude darme cuenta que el avión era pequeño y para nada nos dirigiríamos a nuestro verdadero destino, antes de cubrirnos los ojos, pude ver por última vez a Max, ambos nos miramos con gran preocupación.

El vuelo fue corto, de no más de dos horas por lo que pude calcular, no podía ver nada al salir del avión y sentí las esposas en mis manos y un piquete en mi cuello, no supe más de mi, cuando recobré el conocimiento me levanté con un mareo y miré a mi alrededor, estaba en un cuarto gris y vacío además de la cama donde me encontraba recostado y un baño, aún me sentía enfermo pero también muy preocupado por Max, no tenía sentido que nos separaran si finalmente no podemos escapar de este lugar, me preguntaba que querían de nosotros, podría ser dinero, pero también podían querer otra cosa.

Sentí que las horas pasaban y pasaban, me estaba comenzando a desesperar, pese a la desesperación y preocupación que sentía, moría de hambre, imaginaba que ya era el segundo día, por más que lo pensaba no podía imaginar que querían de nosotros dos, jamás pensé que algo así me pudiese pasar, hace apenas unas horas estaba deseando un poco de emoción en mi vida, que inquietante era pensar en eso ahora.

Después de lo que me pareció una eternidad, alguien llegó, eran cuatro hombres con el rostro cubierto, no hablaron entre ellos, pero uno me habló en un inglés muy extraño, no pude identificar de dónde podría ser, me volvieron a tapar la cabeza y me dirigieron a otro sitio, lo más extraño era que no estaba asustado aún, estaba más preocupado por Max y por el sufrimiento de mi familia si algo me pasaba, por abandonar a mis hijos.

Max

Al despertar me sentía muy mareado por lo que no me levanté de la pequeña cama en la que me encontraba, daba vueltas y vueltas sobre quién o porque nos había pasado esto, estaba muy enojado a decir verdad, quería golpear a alguien de preferencia a quien nos había hecho esto, pensaba en Checo y para que nos separaban, no es que juntos lográramos mucho, pero juntos sería menos horrible.

No sé qué me pasó de pronto y comencé a golpear todo y patear la cama y el horrible colchón, cuando unos hombres entraron y me dieron una descarga eléctrica que me tiró al instante, me gritaron que me tranquilizara o sería peor, el dolor del brazo me punzó y solo asentí con la cabeza, si hablaba los mandaría al demonio, me taparon la cabeza y me llevaron a otro sitio.

Cuando finalmente me hicieron sentarme en una silla y quitaron el saco de mi cabeza vi de frente a Checo, verlo me tranquilizó, no sólo por saber que estaba bien, de alguna manera me dio seguridad, su expresión y su postura que no mostraba miedo ya que aunque yo trataba de no mostrarlo estaba asustado y enojado, por lo que su mirada me relajó un poco, el lugar en el que estábamos lucía desprolijo, Checo y yo estábamos uno frente al otro con dos hombres a cada lado, de pronto una voz se escuchó.

?

? -Sergio Pérez, mexicano, casado con dos hijos y Max Verstappen, holandés con una novia, compañeros de equipo en fórmula 1, se preguntarán porque están aquí, hay muchos intereses económicos detrás, no deben ganar por lo que estarán aquí por un tiempo, sin embargo nos han dejado divertirnos con ustedes en el proceso.

? -Nos pareció una buena idea ver hasta dónde pueden llegar dos hombres heterosexuales que lo tienen todo para conseguir lo más básico para sobrevivir.

? -¿Cuándo se termina esto? Es su decisión.

? -Hoy es el segundo día que están aquí, como pudieron ver, sólo cuentan con una cama, a un lado pueden ver una mesa con diversas cosas y comida, pero claro, nada es gratis así que deben ganárselo, los van a soltar en este momento, si intentan algo será peor, Max te lo puede decir Sergio.

? -¡Desátenlos! Ustedes elijan algo de la mesa que deseen y lean el pago.

Sergio -¿Cuándo nos podremos ir?

? -Eso dependerá de las instrucciones que recibamos, de ustedes y de su cooperación, no nos hagan esperar más y decidan.

Checo y Max se miraron con preocupación, pero decidieron hacer lo que les pedían, Checo se acercó a la mesa a un plato de comida que lucía muy apetitoso, pero cuando leyó la tarjeta de pago decía darle un golpe muy fuerte a Max en el rostro, de inmediato busco algo más, vio una manzana y el pago era un beso en los labios, buscó otras cosas pero los pagos eran tan malos que no podía ni nombrarlos, así que regreso a la manzana.

Sergio le enseñó el papel a Max con la pregunta en el aire y este asintió, en cambio Max se dirigió al cepillo y pasta dental, el pago era darle a Checo una mordida fuerte en el cuello, ambos se preguntaban porque querían que ellos hiciesen esas cosas.

? -Veo que se han decidido, así que paguen y podrán disfrutar de su premio.

Max -Lo haré- dijo Max mientras se acercaba con cautela a Checo que lo miraba con extrañeza, Max decidió que quería desde un principio sin dudar sobre el pago y Checo no supo que era, así que estaba un poco a la expectativa de recibir un golpe.

Sin embargo, Max se fue acercando cada vez más a él, hasta que sintió la cálida respiración en su cuello, sintió un ligero toque de labios hasta que de pronto sintió una muy pero muy fuerte mordida que lo hizo gritar y retorcerse pero Max no lo soltó hasta dejar una gran marca, Checo se había sentido muy extraño al final al sentir la lengua de Max chupar su cuello, le hizo tener un escalofrío recorriéndolo todo.

? -Muy bien Max, es tu turno Sergio .

Checo no contestó y simplemente se acercó a Max con cautela, ya sentía su cuerpo en un extraño estado de agitación, por lo que sus manos temblaban de anticipación, besaría a Max y eso era lo más inverosímil que hubiese imaginado en su vida, pero tenía mucha hambre y era lo menos horrible que vio, tomó a Max del cuello y lo hizo bajar un poco la cabeza mientras posaba sus labios cerrados sobre los de Max igualmente cerrados, los unió por unos segundos y se separó de inmediato.

? -Bravo, bravo pilotos, pueden elegir más cosas, no tienen que detenerse. ¿Max no tomarás algo de comer?

Max -Véte al demonio, váyanse todos al demonio- gritó Max y en ese segundo volvieron a darle descargas eléctricas tan fuertes que perdió el conocimiento.

Sergio -No, no, déjenlo, no lo lastimen.

? -Llévenlos a su celdas.

Sergio -Llévenos juntos por favor.

? -No, Max está inconsciente y eso también tiene un costo, tendrás que esperar a mañana.

Checo

Se llevaron inconsciente a Max y juro que no me había preocupado tanto por alguien en mucho tiempo, a mi me volvieron a cubrir la cabeza mientras me dirigían a mi celda, no podía llamarle de ninguna otra forma, cuando me dejaron ahí, también dejaron la manzana y un paquete igual al que Max había elegido.

Sergio y Max ¡Perstappen!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora