Día 6

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Día 6

Sergio

Había intentado no ceder a los caprichos de ese hombre, le pedí a Max apoyarme y lo hizo, por mi culpa él había salido muy lastimado y me odié por eso, pero también me odiaba por desearlo, porque ya en este punto era innegable y ese mismo deseo había sido el culpable para intentar no ceder, pero cuando miré que esas personas tocaron a Max algo dentro de mi se encendió, una furia desconocida se activó y no permitiría que nadie lo tocara, al final y ver cómo comenzaban a quitar el cinturón de su pantalón fue todo lo que pude resistir, acepté hacer lo que nos pidiese, millones de veces prefería eso, prefería ser yo quien tocara o besara a Max y no esas sucias personas, jamás permitiría que nadie profanara su cuerpo o su boca, aquí y ahora me pertenecía absolutamente, aquí Max era mío.

? -Muy bien Checo, buena decisión.

? ¿Max estás de acuerdo con la decisión de tu compañero?- Max no contestó y sólo asintió con la cabeza, noté lo aliviado que se había sentido al ver mi reacción y mi cambio de opinión, había visto el gran desagrado en su expresión cuando esas personas lo tocaron, también vi el miedo en sus ojos, nunca permitiría que algo así le pasara a Max si podía evitarlo.

? -Como me han hecho enojar mucho me saltaré algunos preámbulos que tenía pensados, los quiero ver correrse a ambos por su compañero.

Sergio -¿Tienen que estar todos esos hombres aquí?- pregunté sin pensarlo, ya no quería hacer enojar más a ese hombre, pero tampoco quería que nos viesen tantas personas.

? -No me digas que te sientes tímido Sergio y les negarás a mis hombres un poco de diversión y sí, todos se quedarán- me frustró su respuesta, pero no podíamos hacer nada más, por unos segundos nos quedamos sin saber que hacer, era una muy horrible situación, teníamos que tocarnos frente a todos ellos y nos verían ser íntimos, demonios era una pesadilla.

? -¡No me hagan esperar más y arrepentirme de sacar a los otros!- gritó furioso el hombre y no lo pensé más, no quería perder la oportunidad y que cambiara de opinión y abusaran de nosotros.

Así que me acerqué a Max que parecía estar clavado en su lugar, miraba con tanto enojo al hombre que creí que iría a atacarlo, en un instante estuve a su lado y lo tomé del brazo haciendo que me mirara, toqué su mejilla y lo miré directamente a los ojos.

Sergio -Max no quiero hacerte nada de lo que nos piden, no quiero dañarte y no quiero obligarte a nada, pero no puedo permitir que nadie más te toque de esa manera, que alguien más te bese en este sitio, sé que no te gustan los hombres, a mi tampoco pero... ¿Estas de acuerdo Max? ¿Estás seguro de esto?- tuve que preguntar, no quería hacer sentirlo aún peor.

Max -Sí Checo, estoy seguro, tampoco quiero que nadie se me acerque, ni a ti- cuando dijo eso él miró hacía otro lado con el rostro un poco rojo -Odio que nos miren.

Sergio -Trata de olvidarlos, como la primera vez que nos besamos, sólo mírame a mi o cierra tus ojos, pero no los veas a ellos- Max asintió con firmeza y finalmente nos fuimos acercando poco a poco hasta sellar nuestros labios en un beso lento, únicamente dando toques de ligeros que si era honesto me estaban enloqueciendo, volví a sentir esa locura de dentro de mi cuerpo.

Tomé a Max por el cuello y lo acerqué más y más a mi boca, esos toques se volvieron de pronto un beso voraz, a ese le siguió otro y otro hasta que comenzamos a besarnos como desesperados, nos separábamos por un poco de aire y continuábamos cada vez más profundo y enloquecidos, se había encendido algo en nuestros cuerpos, Max me atrajo fuerte al suyo y me pegó del todo a él, para mi sorpresa pude sentir su erección a través de su pantalón, él me tomó de las caderas y me pegó a él frotándose en la mía.

Sergio y Max ¡Perstappen!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora