2

89 14 4
                                    

Narra ibai

Habían pasado dos días ya desde mi llegada a la montaña, me sentía algo solo cuando Heberon no estaba pero entendía que el tuviera cosas que hacer durante el día en el pueblo, y ya por la noche me visitaba y yo le invitaba la cena aunque no la necesitara, claramente porque era un dios y no sentía hambre o incluso sueño, levanté la vista y mire el atardecer, ya había algo de frío en la montaña así que me levanté y me acerque a casa para entrar en esta, si una casa bastante grande para dos días ¿No? Pues hay una explicación...Heberon se había aferrado a hacer la casa con su magia de dios y ese fue el resultado, ya ni me dejó hacer algo, que horrible...

Ib—Me duelen los pies...Me acostaré un rato en el sofá...Maldito Heberon

Me quite los zapatos mientras me acercaba a el sofá, ya estando a un lado de este me senté unos minutos y después me deje caer sientiendo mi cuerpo descansar, estaba claro que no iba a durar mucho despierto...y dicho y echo, al poco tiempo me quedé dormido.

(……)

Desperté por algunos suaves empujones, en cuanto abrí los ojos mire a Heberon con una sonrisa socarrona en el rostro que me hizo molestar un poco, me removi en el sofa y escondí mi rostro entre mis propios brazos.

Ib—¿Hace cuánto llegaste?...¿Mm?...

He—Hace no mucho, tal vez media hora...Debí mantenerte informado cómo tú dios ¿No? Pues siendo así, te tengo que decir lo que está pasando en el pueblo, está de locos...Auron se está volviendo muy violento desde que te fuiste, algunos pueblerinos se comportan con mucho enojo y ya a habido dos asesinatos a sangre fría...¿Tu que crees que sea?

Ib—....El puto diablo...Aunque no me interesa...Ahora me levantare para darte algo de cenar, ya que estás aquí...

He—No hace falta...Pero debo decirte algo muy importante...Es de mucha seriedad...Escucha bien...

Ib—Habla ya...

He—...Tienes que volver a el pueblo para investigar junto a el pueblo dos lo que está pasando con el pueblo uno...Ya sabes, ellos están enterados del incidente pero no les importo mucho a decir verdad...Así que no hab-

Ib—Me niego a regresar a el pueblo...No tengo las más mínimas ganas...

He—No es si quieres...Estas siendo obligado por mi desde ahora...

Ib—Desgraciado...

Hablé por último de forma baja, el silencio se hizo en la habitación y entonces levanté la vista notando la sería mirada de Heberon...¿Me había metido en problemas? Y la respuesta a mi pregunta se hizo saber con un fuerte estruendo respectivo de un rayo impactar con el suelo.

Ib—....Que jodido...¡Pues no! Ni con tus berrinches y tus rayos me llevaras de regreso a ese pueblo...Yo ya no pertenezco a ahí, además aquí si que se lleva una vida tranquila...No como en el pueblo...

He—¿Tan poco te importa ahora?....

Ib—Si.... Bastante poco, así que cállate y déjame descansar...

He—Pero si no has echo nada...Incluso la casa te la hice yo...

Bufé algo fuerte y después me rei bajito, era verdad que el me hizo la casa pero ¿Acaso aún no había visto los huertos que habían debajo de la montaña?

Ib—No has visto mis huertos...Son muy grandes y no sabes cuánto tuve que caminar ya que no tenía las herramientas necesarias como para trabajar la tierra...

He—No e visto nada...Aunque iré a verlo mañana por la mañana...Ibai...No te voy a obligar...No irás a el pueblo...Pero te diré algo...

Ib—Heberon realmente te has estado haciendo algo fastidioso....

He—Calla y escucha...¿Recuerdas todas las misiones que habían en el pueblo? Ya sabes, las hacían y ganaban algunas cosas....Pues te tengo una propuesta...Que te parece si comienzo a dejarte algunas misiones...Fáciles claro, para que comiences a conocer tus alrededores y demás...¿Mm? ¿Que opinas?

Ib—Opino que me da flojera....Pero acepto...Va...¿Cuál será mi primera misión?...

He—Aun no lo sé....Pero sabes...Deberías hacer un pozo...Yo me encargaré de encontrar una vena de agua...Y tú te harás cargo de lo demás...¿Aceptás?...Ya sabes...Lo nesecitaras para tus cultivos y demás cosas.

Ib—Acepto....

(……)

Hacia un calor del demonio y Heberon no se apiadaba de mi, tan solo me miraba desde debajo de la sombra de un árbol mientras yo hacía un hoyo profundo donde el Dios me indicó, notaba su mirada en mi espalda, me hacía enojar de sobre manera a decir verdad, pero era mi misión y tenía que cumplirla.

Ib—Heberon tengo un poco de se- ¡Ahhh!

Maldito susto que me había dado Heberon, en cuanto iba a terminar la frase iba a voltear a verlo pero ese hombre ya estaba a mi lado con un vaso con agua y algunos hielos, me confundía en veces.

He—Toma...La tenía preparada para ti...

Ib—...Gra...Gracias... (Puto raro...)

He—¿¡Como que puto raro?!...¡Puedo leer tus pensamientos ibai...!...

Ib—Perdon Heberon, no era mi intención!...Mierda perdón....

Volte hacia otro lado nervioso, incluso sentía la mirada del contrario taladrando mi nuca, demonios, la había cagado de sobre manera...

Misión (Hebai)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora