Camine por las amplias calles hasta llegar a una casa lujosa hecha con piedra con grandes puertas de madera oscura. Me acerco ignorando a los guardias y pico con fuerza. Una de las sirvientes abre la puerta, al verme se quedó sorprendida, no sé si me reconocía, pero sí que estaba perpleja.
-¿Me dejas pasar?- Le dije.
-Disculpe... pero no debería de estar aquí.- Se veía notablemente nerviosa.- Por favor, márchese.
-Supongo que sabrás quien soy. Así que hagámoslo simple, si no me dejas entrar, entraré yo por mi cuenta. No creo que hayan taponado todos los pasadizos, no será problema entrar. Solo quiero hablar con mi padre, nada más.
-Él.. No está. Tenía una reunión, llegará más tarde.
-Entonces esperaré dentro.
Me adentré en la casa. Empujando leventemente a la sirvienta. Me dirigí hacía el salón, sentándome en uno de los grandes sofás individuales. Pasaban los minutos lentamente y como andaba aburrido, fui hasta la estantería donde se encontraban libros de todo tipo. Mirando que me podía encontrar, vi uno que con un título que me llamo la atención, "La verdad del mundo". Lo cogí y me volví a sentar en el mismo sitio. Dos horas más tarde, leyendo el libro, mi padre entró por la puerta del salón mirándome sin expresión alguna.
-¿Es posible que nuestros poderes estén conectados, formando como una especie de hilo del destino, que nos estén guiando por el camino del bien o del mal?- Le pregunte sin mirarlo.
-Apareces en mi casa ¿y lo primero que me dices es un fragmento del libro?
-Tienes razón. Vengo por la desapareciendo de una mujer, una mujer que tu visitabas a menudo por lo que sé.
-¿Qué era tu pareja o qué? ¿Qué más te da a ti?
-Una niña llorando y dándome lo poco que tiene para que encuentre a su madre es suficiente. ¿No crees?
-Yo no sé donde está esa mujer, ni a quien te refieres.
-Mira, no le voy a decir nada a madre. La verdad me da exactamente igual que hagáis con vuestra vida. Hace mucho que me dejó de importar. Solo quiero saber donde está, decírselo a la niña y seguir mi camino.
-Te pareces demasiado a tu hermana. Sois exactamente iguales. ¿Qué hicimos mal con vosotros?
-Ya me cansé de tu chachara.- Me levante dejando el libro en la mesita que se encontraba al lado. Use mi poder para hacer aparecer unos rayos en mis manos y me acerque peligrosamente.- Dime que sabes, me da igual quien seas mi padre o algún dios supremo, nadie me impide hacer mi trabajo.
-Ella tenía otro cliente, una mujer que vive unas tres casas más arriba.
-Bien. Adiós.
Salí de esa maldita casa y empecé a caminar en la dirección que me dijo. Llegue a una casa blanca, tenía una gran puerta y muchos ventanales. Me acerque lentamente a la casa y pique con fuerza. Una mujer joven, alta y realmente hermosa apareció por la puerta.
-¿Qué necesita?
-Vengo buscando una mujer, parecida a está.- Le enseñe la imagen maltrecha y su rostro mostró una mueca de desagrado.
-No sé quien es.- Intento cerrar la puerta, pero la detuve.
-Mientes.
Abrí lo que quedaba de la puerta con fuerza, haciendo retroceder la puerta. Busqué por toda la casa hasta encontrar el sótano, entré lentamente, seguido por la mujer. Llegamos al final de las escaleras y allí estaba la mujer perdida...
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Contratos mágicos
Science FictionEskol un extraño mago con muchos secretos a sus espaldas, vive al día sin importarle los demás. Pero Aila aparece en su vida para ofrecerle otro estilo de vida completamente diferente. ¿Conseguirá Aila cambiar la caótica vida de Eskol?