Capítulo 9

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Fuimos rápidamente a por nuestras cosas y salimos de la ciudad. No tuvimos ningún problema, ya que nos alegamos rápidamente de la zona. Pasamos un par de días caminando hacia la ciudad más próxima, algunas veces tenía que cargar con la niña ya que ella se cansaba más rápido y no aguantaba estar la mayor parte del día caminando. A un día de distancia una carroza paró a nuestro lado y se ofreció a llevarnos. Era un hombre anciano con su mujer muy amables, los únicos que habían parado de tantos que pasaron. Nos subimos a la parte trasera, mirando hacia atrás. Hope iba observando a todas las personas, todas diferentes en aspecto, solo con eso se entretuvo, hasta que vio a una mujer que le llamó mucho la atención.

-Mira Eskol, esa mujer es muy bonita.- Dijo señalando a la nombrada.

-No se señala a las personas.- Mire en la dirección que me señalaba. La última persona que quería ver en estos momentos, se encontraba ante mí. Por suerte tenía la capucha puesta y no se me veía del todo bien.- Nos quedan unas pocas horas para llegar así que no seas impaciente.

-Nunca había salido de la parte baja de la ciudad... y es todo tan asombroso, hay tanta gente diferente y no todos tienen mala cara...

-Es normal, no todos son unos amargados. La gente es feliz con pocas cosas y no les importa tanto los demás.

-Me alegro estar fuera y ver tantas cosas diferentes....

Solo asentí y la conversación se quedó ahí. A las pocas horas llegamos a la ciudad. Le agradecimos a la pareja y les di unas monedas de plata, al principio no aceptaban el dinero, pero los conseguí convencer. La ciudad era muy diferente a la otra, sin tener en cuenta las grandes murallas, nada más entrar no se veía a la gente más pobre, parecían gente con un nivel monetario medio. Avanzamos hasta encontrar una posada. Encontramos una con una elegante fachada mezclada con madera y piedra, al entrar se encontraba un lugar muy elegante, con sus lámparas de araña y sus mesas oscuras. Nos acercamos a la barra, un hombre alto y fornido nos atendió rápidamente.

-Bienvenido, ¿Qué es lo que necesitan?

-Quisiéramos una habitación. También algo para comer.

-Les prepararemos una habitación mientras comen. Síganme por favor.- El camarero nos guio hasta una mesa que se encontraba contra una de las paredes. Hope se sentó en el sillón, mientras que yo me senté en una de las bancas.- ¿Qué es lo que queréis para comer?

-Yo quisiera un filete de kurmon.- Hope se quedó mirándome, sin saber que decir.- Lo mismo para ella, por favor. Para beber agua.

-¿EL kurmon es ese animal enorme con cuernos y que es negro?

-Si, aunque no todos son negros, tienen más colores.

-Nunca comí carne de ellos. Tengo ganas de probarla- Dijo emocionada.

La comida llego unos quince minutos después de haberla pedido. Comimos y charlamos tranquilamente mientras le explicaba a Hope un poco sobre lo que hacía. La niña era bastante inteligente, pillaba las cosas rápidamente. Una vez terminamos fuimos hasta un tablón que se encontraba en esa misma taberna. Mire los trabajos, había unos cuantos de ellos bastante peligrosos o bien eran de atrapar a criminales buscados o de bestias que están asediando campamentos de agricultores. Ya que estaba Hope conmigo tendría que buscar uno menos peligroso, aunque claro por ellos pagan menos.

-¿Este está bien?- Preguntó Hope señalando uno que se encontraba mas o menos a su altura.

-Busca a su esposa y además parece que tiene buena recompensa. ¿Quieres hacerlo?

-Se que puede ser peligroso, pero tú eres muy poderoso, seguro que podrás.

-Bien.- Arranque el papel y se lo entregue al tabernero.- Haremos este trabajo.

-La mujer fue vista por última vez fuera de las murallas, al este. Dicen que es posible que este con los rebeldes y por eso huyó.

-Entendido. Pues nos vamos. 

Contratos mágicosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora