Independiente

Capítulo 11

- Hola-saludo a Camille y a Verónica- ¿Cómo estás Vero?-ahora la pregunta va para mi casi amiga, supongo.

- Todo bien, adita-tose y casi que me rio- un poco de dolor de costillas, pero nada que no me permita venir-sonríe y me guiña un ojo.

- Lo sé, no esperaba que te quedaras en casa.-mis ojos se desvían a Camille que está hablando muy animadamente con Hayden.

Y eso es muy raro, ella siempre está con cara de enojada y no quiere hablar con nadie. Él parece contarle algo y ella lo mira con una gran sonrisa. Ahora si parece una persona sociable.

Vero mira hacia donde yo lo estaba haciendo- Oh, Camille... es una gran militar y una gran estratega.-me cuenta algo que no pregunte.

- Mmm...-poco me importaba lo que me acababa de decir.

- Bueno, entonces cuéntame el plan-me pidió.

La llevo hasta la mesa- Entraremos por aquí-le señalo- saldremos con la información e ingresaremos por allí, justo en los conductos de ventilación para pasar por encima de lo más peligroso. En donde se escuche algún ruido, nos vuelan la cabeza a balazos, así que hay que ser sigilosos.

Ella asiente para que siga.

- Bien...-miro que más decirle- los invitados y los clientes siempre se encuentran justo aquí-le muestro el gran cuadrado que hay en el plano que tenemos del lugar- por lo tanto, si no llamamos la atención de ninguno, podremos pasar sin necesidad de armar una batalla campal.

Ella me mira preocupada, seguramente por la palabra "batalla".

- Lo que pasa es que si nosotros atacamos, se armaría una guerra entre las mafias y contra nosotros ¿Sabes por qué? Porque ellos tienen un acuerdo, el cual consiste en que entre mafias se cuiden y comuniquen todo, pero, ellos sé vienen ocultando que se han robado un millón de dólares entre todos. Por lo cual son estafadores. Apenas nosotros entremos y dejemos todo dado vuelta, la otra mafia deberá ir e investigar todo.

Ella sigue mirándome, incitando ha que siga.

Así que lo hago- Esta misión es demasiado peligrosa, si hacemos algo mal se nos viene algo muy grande. Por eso les dije que practiquen, perfeccionen, entrenen y usen armas toda la semana, para poder ser perfectos.-agarro aire y trato de mojar mis labios con saliva, hablé mucho.

Para cuando me giro veo a Hayden y Camille mirándome atentamente y muy cerca de la mesa. Camille se rie de mi.

- Claro, y yo confiaría en una estupida adolescente teniendo años de entrenamiento. En tus sueños.-se me acerca y apoya un dedo en mi pecho para susurrarme- eres una idiota que solo trata de encajar en este mundo, no sabes ni la mitad. Eres tan ilusa...-pasa la lengua por una parte de mi mandíbula y se me queda viendo.

Me quedo callada un rato por lo impresionante que fue eso. Además, que puto asco, quién le ha dicho que eso intimidaba

Tomo aire, me voy de su lado y me pongo firme- ¿No aguantas que sea mejor?-me acerco con los brazos cruzados quedando enfrente de ella- desde que llegaste me tienes un recelo demasiado grande, me miras mal y tratas de hacerme sentir menos-sonrio- ¿Qué estará pasando?-le pregunto, aunque se la respuesta- oh, ya se. Te quieres follar a Hayden y como...-finjo pensar- no siente el mismo deseo te enojas conmigo, ¿No es así?-colmo su paciencia y salta sobre mí, cayendo ambas al suelo.

Mete golpizas que esquivo, por algo practique doce horas al día toda la semana. Pero mierda que era buena.

Esquivo, esquivo, esquivo y esquivo. Cuando veo que se cansa le doy la vuelta, quedando encima, agarro su pelo y lo sujeto, busco con mis dedos la kambarit de mi muslo y la apoyo justo en su linda yugular.