14. Tal vez era mejor así.

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Katherine's POV.

Maldición.

Esa fue la primera palabra que me vino a la mente al sentir como mi cabeza chocaba una y otra vez contra algo.

Lo peor de todo: no podía hacer nada para detenerlo.

Mis ojos no se abrían, mis brazos parecían pegados a la camilla y el resto de mi cuerpo no estaba mucho mejor.

Sólo podía confiar en mis oídos y en mi sentido común.

Tomé una bocanada de aire para tratar de calmarme. Al sentir que mi cuerpo se relajaba y mi mente dejaba de darme teorías terroríficas de lo que me sucedía, concentré toda mi atención en lo que escuchaba.

Supuse que estaba en un lugar lleno de gente, por tantas voces. Todas sonaban preocupadas y apagadas.

Entonces lo recordé; me encontraba en el hospital.

Pero, ¿por qué demonios la camilla iba tan rápido? No me estaría pasando nada grave... ¿Cierto?

Genial, ahora me estoy espantando yo sola.

Ninguno de mis recuerdos me dio alguna pista de lo que podría estar pasando. Nada.

Hasta que la mujer parecida a Vicky llegó a mi mente.

¿Cómo pude olvidarme de ella? Me inyectó una cosa que no debió beneficiarme y rió de manera malvada.

No tenía sentido, ¿qué querría ella de mí? Había muchas posibilidades y ninguna me parecía lógica.

¿Por qué no podía tener la inteligencia de Alex justo ahora?

De repente, todos los murmullos y lamentos se detuvieron; en su lugar, se oyó un ruido de elevador.

¿A dónde me llevaba esta mujer?

Seguramente, ella creía que todavía me encontraba bajo los efectos de lo que me inyectó -que probablemente era algo para calmarme- y debía de usar eso a mi favor.

¿Qué podía hacer? Era una pésima idea tratar de levantarme y huir, ya que ni siquiera podía sentir mis piernas.

La frustración de no poder hacer nada me hacía perder la cabeza y hacía que me llenara de rabia.

No entendía por qué me alteraba tanto; supuse que era porque me sentía inútil y tonta, porque no llegaba a la categoría de estúpida.

Mordí mi lengua para no decir groserías entre dientes y apretar mis puños con rabia.

Mi ataque de furia se esfumó cuando oí como las puertas del elevador se abrían y cuando sentí como mi cabeza volvía a chocar.

Si no hacía nada en ese momento, no había salida para mí.

Quién sabe que era lo que Vicky quería de mí y no estaba dispuesta a averiguarlo.

Que se quedara con las ganas.

¿Pero cómo? Nada se me ocurría y comenzaba a desesperarme.

Había una probabilidad mínima de que no fuera Vicky y que yo estuviera paranoica, pero había algo que no me olía bien acerca de esto.

El tiempo se me acababa, sentía como nos alejábamos de mi elevador hacia quién sabe dónde.

No quería averiguar a dónde nos dirigíamos.

Contuve dar un brinco al oír un teléfono sonando, ya que me hubiera delatado.

Vicky paró la camilla y contestó, mientras yo suspiraba silenciosamente de alivio.

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⏰ Última actualización: Feb 10, 2016 ⏰

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