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-¿A qué te refieres con hacer?, supongo que estofado de ternera, tengo la receta que me dio tu madre.

-Jimin rió leve ante mi respuesta.

-No me refería a eso. -dijo mientras trataba de reprimir una carcajada, yo en cambio me limitaba a mirarlo con cara de pocos amigos.-Me refería a nosotros, necesitamos parecer una pareja feliz ante nuestros padres, especialmente a mi madre, ya has visto como es ¿o quieres que cancelen el matrimonio?

-No sería tan malo de todas formas.

-¿Estas seguro?. Me apuesto un riñón a que tus padres no tardarían en buscarte otro pretendiente.

Lo pensé cuidadosamente, por mucho que me costase admitirlo este tipo tenía razón, mis padres sin duda no perderían el tiempo. Y en realidad no quería pasar por el mismo rollo de la cena, la mudanza,... Todo esto había pasado muy rápido para mi, eso no podía negarlo, pero el hecho de tener que experimentarlo otra vez me horrorizaba.

-Esta bien... -dije entredientes. -¿Y cuál es tu plan exactamente? -él frunció una sonrisa al instante. El mismo tipo de sonrisa que advertía intenciones ocultas.

-En primer lugar deberíamos trabajar el contacto físico. -dijo y me tensé.

-¿Para qué? -pregunté extrañado y Jimin tan solo suspiró.

-¿Crees que si actuamos como lo hacemos delante de nuestras madres no se darán cuenta?

-Yo no le veo ningún problema a como estamos ahora.

-¿Estás seguro? -dijo alazando una ceja mientras extendía un brazo hacia mi, me encogí por instinto. -¿Ves?, no parecemos una pareja de verdad, ni siquiera prometidos.

-Está bien -suspiré abatido. -¿qué quieres que hagamos? -dije y su mirada pareció oscurecerse.

-Ven aquí.-dijo mientras señalaba su regazo. Rodé los ojos e hice lo que me dijo. Él sonrió satisfecho.

-Muy bien, envuelve tus piernas en mi cintura.

-¿Q-que?, no voy a hacer eso. -dije nervioso, no estaba acostumbrado al contacto físico. Traté de irme pero Jimin me cargó y me volvió a colocar otra vez en su regazo, quedando cara a cara con él.

-¿Me dejas tocarte? -dijo esta vez cauteloso. Yo solo asentí avergonzado.

-Pero no te pases. -le advertí y este sonrió. Joder, ¿acaso no se cansaba de sonreír?

Empezó a tocarme por mi espalda, pasando sus dedos lentamente por toda mi espina dorsal. Estremeciendome al instante.

-Estas demasiado tenso, necesitas relajarte.
-susurró en mi oreja mientras rozaba uno de mis pezones.

-Mhg! -gemí. Inmediatamente me sonrojé de la vergüenza y el shook, ¿que acababa de hacer? -No toques ahí. -me removí en mi sitio serio y un tanto avergonzado.

-Joder Jungkook no hagas eso. -dijo con voz ronca, estremeciendome hasta temblar. Jimin tan solo observaba cautivado a Jungkook sonrojado y tembloroso encima suya. Le encantaba tener ese impacto en el menor. Y mentiría si el gemido de Jungkook no le había excitado.

Jungkook por el contrario se derretía encima del mayor ante las sensaciones extrañas que le provocaba el tacto del contrario. Porque claro, era imposible sentirse excitado ante los toques de otro alfa. Sintió un bulto en su trasero y al instante se alarmó mirando con ojos muy abiertos a Jimin quien le sonrió con burla y cierta lujuria.

-V-voy al baño. -dijo Jungkook para correr tan rápido como nunca.

Era la hora de la cena y ninguno de los dos hablaba, Jungkook se encontraba demasiado avergonzado como para mirarle a la cara, mientras que Jimin se encontraba encantado con la situación, mentiría si dijera lo contrario. Después de todo las reacciones del menor eran jodidamente lindas, hasta el punto de querer molestarlo.

Una vez terminado de cenar recogieron todo Y Jungkook se disponía a fregar, siendo parado casi al instante por Jimin.

-¿Qué quieres? -dijo serio Jungkook. Jimin sonrió amplio ante la idea traviesa que se le había venido a la mente.

-No hemos terminado con lo de antes. -dijo al momento que acorralaba al pelinegro, que desvió la mirada al instante.

-No se a que te refieres.

-A qué no nos hemos besado todavía. -bromeó pero Jungkook lo medito bastante.

-Vale esta bien, pero esta vez yo tomo el mando. -contesto serio, esta vez Jungkook no se dejaría dominar por los toques del mayor, y menuda fue la sorpresa de Jimin cuando Jungkook en un movimiento ágil lo empujó hacia la encimera, liberandose del agarre del más alto y estampó sus labios con los suyos, demasiado rápido como para que el mayor le pudiera corresponder.

Jungkook se separó rápidamente y se fue en dirección hacia su habitación sin mirar a su mayor. Éste lo miró perplejo aún tratando de procesar lo que acaba de hacer el pelinegro.

-Dios, este chico me va a matar. -Suspiró mientras tapaba su cara, dejando escapar una amplia sonrisa que dejaba ver parte de sus colmillos afilados, como alfa que era.

-Buenas tardes mamá, buenas tardes señora Park. -dijo amable Jungkook mientras dejaba entrar a las señoras en su ahora hogar. Jimin tan sólo se limitó a hacer una reverencia educado.

-Oh cielo, te lo he dicho muchas veces, no me llames señora Park, me hace sentir vieja, ¡llámame mamá!, claro que con el permiso de tu madre como no. -comentó amistosamente. Jimin se limitó a hacer una reverencia educada.

-¡Por dios Jungkook! , ¿que es eso? -exclamó alarmada su madre, señanalando sus perforaciones. Jungkook se mantuvo sereno, si su madre quería pasar por esto actuaría con madurez.

-Madre no hace falta que grites, respondiendo a su pregunta son perforaciones. -dijo lo más calmado que pudo. Jimin y la señora Park solo observaban la situación en un segundo plano.

-Querida, creo que Jungkook es lo suficientemente mayor como para tomar sus propias decisiones. -intervino la señora Park tratando de disipar la tensión del ambiente.

-Después de todo voy a casarme, ¿no, madre? -dijo con mirada desafíante. La señora Park abrió los ojos tensa pidiendo ayuda con la mirada a su hijo, este aún reprimiendo una carcajada decidió intervenir finalmente en el pequeño enfrentamiento madre-hijo.

-¿Alguien tiene hambre?

-¡Claro!, ¡me muero de hambre! , ¿usted no señora Jeon? -comentó tratando de cambiar de tema, mi madre tan solo asintió para dirigirse al salón comedor seguida de la otra alfa.

Jungkook por otro lado se sentía más vivo que nunca, era la primera vez que enfrentaba a su madre de esa manera, la primera vez que se expresaba tal y como era, porque si había una cosa que Jungkook odiaba en el mundo era someterse al deseo de los demás. Y este no sería el único enfrentamiento que tendría con su madre... Oh no...

Una vez en la mesa, empezaron a comer el estofado de ternera que había preparado Jungkook.

-¡Dios mío Jungkook esto esta exquisito! ¿siguiste la receta que te dije? -Jungkook asintió con una tímida sonrisa.

-Jungkook no es propio de un alfa cocinar. -comentó su madre severa y la sonrisa de Jungkook se borró al instante. Jimin lo notó y por un momento estuvo maquinando formas para acabar con su propia suegra. Y digo acabar porque tirarla desde la altura a la que se sencontraban no se consideraba como un asesinato, ¿no?

-¿Y ya tenéis pensado el día de la boda? -preguntó inocentemente la señora Park, tratando de cambiar de tema. Jungkook se tensó al instante.






Chocolate&VanillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora