Febrero no sólo es el mes del amor y la amistad, sino también el mes con mayor número de rechazos y suicidios al año.
En esta dinámica realizada por "Es de Fanfics" se abordarán 15 días con temáticas no aptas para todos.
Advertencias:
Aparición de O...
Pareja: Gambleshipping Au: Donde las personas nacen con las palabras que le dirá su alma gemela; a uno le brillan mientras que el otro siente calor en ellas. Advertencia: Aparición del Oc Yuriko Mutou que le pertenece a mi querida amiga sharlottesoubirous97 y Heba Mutou que es de mi propiedad, abstenerse de quejarse de su aparición.
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Almas gemelas.
Era un termino demasiado antiguo, algo que llevaba existiendo desde antes siquiera que su tatarabuelo naciera.
Todos tenían un alma gemela (o al menos hasta donde el tenía entendido), alguien que había sido creado especialmente para ti.
Tu alma gemela era quien te amaba más que a nada en el mundo, era quien estaría para ti en las buenas y en las malas.
Un alma gemela era lo que todos buscaban.
Era lo que él buscaba.
Su padre le había dicho cómo había conocido a su madre, como sus palabras brillaron por primera vez en su vida; el como su madre sintió un calor en sus palabras, demostrando que eran almas gemelas.
Su padre había tardado casi treinta años en encontrar a la suya, le había dicho que debía ser paciente, que la suya llegaría y guardo todas y cada una de las palabras que dijo, a la espera de que, prontamente, hallaría a la suya.
Si veía una estrella fugaz, un trébol de cuatro hojas o soplaba un diente de león, su deseo siempre era el mismo: conocer a su alma gemela.
Cuando su madre y hermana murieron en ese accidente automovilístico, sus dedos pasaron por esas siete palabras que había en su brazo, siendo fuerte, porque su alma gemela no querría tener a un niño llorón como él a su lado.
Cuando su padre se concentro totalmente en su trabajo y lo dejo de lado, cuando tenía que dormir solo en ese frío departamento y escuchaba las tormentas, simplemente se aferraba a ese deseo de que, en alguna parte del mundo, su alma gemela lo estaría esperando.
Que, cuando finalmente se vieran, le extendería sus brazos y le abrazaría eliminando todo el dolor que sentía en su pecho.
Entonces su padre lo mando a Japón, a un país desconocido, sin nadie a quien pedirle ayuda, era sólo un chiquillo de quince años que no sabía cómo ubicarse en esa gran ciudad.
Pero fue optimista, si el destino lo había llevado a ese sitio era porque su alma gemela debía estar ahí.
Debía estar ahí.
Pero la vida le trajo a alguien distinto de lo que buscaba en primer lugar.
"Hola, te vi algo solitario y vine a saludar, soy Yugi Mutou, ¿y tú?"
Ese chico bajito le sonrió como si se conocieran de toda la vida y le hizo entrar a su vida sin dejarlo objetar.
Yugi hizo tanto por él, le enseñó a dominar su japonés y lo ayudo a ubicarse por la ciudad.
