Como cada noche, él y Sara, se encontraban en el sillón de la sala dispuestos a ver una película. Esta vez le tocaba a Sara elegir la película, así que él se dedicó a matar el tiempo revisando su Twitter, la mayor para de su timeline estaba llena de despedidas por el término de su stream y varios fan arts que no hacían más que sorprenderlo y enorgullecerse por el talento que tenían sus fans. Repartió un par de likes, retweets y comentó una que otra publicación hasta que llegó a una que le llamó mucho la atención; al parecer, Greft estaba organizando unas premiaciones y él estaba nominado a "Streamer del año" .
—Sara, ¿ya viste?— preguntó colocando el móvil en el campo de visión de su amiga.
—Oh, sí— respondió ella, mirando de reojo el móvil antes de volver a centrar su atención en el televisor. — Yo también estoy nominada— agregó— Streamer revelación.
Raúl soltó un silbido. Estaba feliz por la rubia, sabía lo difícil que había sido para ella acostumbrarse a los comentarios, tanto positivos como negativos, de las personas así como el constante acoso y preguntas sobre su relación, la cual había terminado hace ya bastantes meses. Si seguían viviendo juntos era por el simple hecho de tener compañía.
—¿Sabes quien mas también está nominado?— la mirada que le dedicó lo dejó confundido. Sin embargo, esta confusión pasó a ser molestia cuando en su cabeza sólo resonó un nombre, Reborn.
—No tengo idea— mintió, desviando la mirada hacia el lugar donde descansaban los gatos.
Sara, por supuesto, no le creyó.
—Pues he visto que también está nominado Reborn— dijo ella de forma alegre— Roleador del año, ¿No te parece genial?— Para este punto sabía que Sara lo único que quería hacer era joderlo. Y vaya que lo estaba consiguiendo.
—¿Ah, si?, que bien— a pesar de encontrarse fastidiado no se dejaría en evidencia en frente de su amiga. A parte no es como si le importara, para nada, cero importancia, nada de nada.
No sirves para mentir, Raúl.
Ella suelta un suspiro de frustración, había intentado muchas veces hacer entrar en razón a Raúl pero todas habían terminado en el mismo resultado, nada; su orgullo era cada vez más duro de roer. Después de lo que pasó, nunca quiso hablar del tema; aunque lo había escuchado hablar consigo mismo, cuando se lo preguntaba, él negaba todo alegando que de seguro había escuchado mal.
Negó con la cabeza, eligiendo por fin una película y dandole play; no quería rendirse y hablar con Reborn dejó de ser una opción desde que se alejó de él, llegar y hablarle de la nada y con la misma confianza de siempre solo levantaría las sospechas del menor.
Pasaron varios días en los que Auron las pasó entre molesto y nostálgico, prestando poca atención a sus amigos y sintiendo más como un peso el hacer streams en lugar de disfrutarlos. Se sentía como en los primeros meses después de la pelea: perdido, nadando en un mar emociones que no podía controlar, solo quería gritar hasta que se quedara sin voz; se había esmerado tanto en reprimir todo lo que sentía, en simplemente seguir adelante como había visto que el menor lo estaba haciendo pero le dolía, le dolía el pensar que no lo extrañaba ni un poquito, ¿tan insignificante había sido en su vida?
— Joder, que tengo 33 años, se supone que debo saber como manejar esta mierda
— se dejó caer en su cama, haciendo una pequeña rabieta. Patético.Su mirada se desvió a la mesita que estaba al costado de su cama, en ella había una pulsera tejida con los colores favoritos del castaño, Reb también tenía una pero con los colores favoritos de Raúl. Las habían comprado durante el viaje que tuvieron, al mayor le había parecido una tontería, de hecho tenía un pequeño sonrojo cuando se lo comento al más alto pero este solo le dedico una sonrisa y asintió. Auron se removió al recordar el cosquilleo que sintió cuando este le sonrió, fue algo momentáneo pero intenso, algo que lo asustó pero al mismo tiempo le dio felicidad, algo que solo podía ser comparado con…