First sense

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Ahí me encontraba yo; mirando por la ventanilla del auto el paisaje de la calle hasta llegar al dormitorio. Por lo que, varios suspiros salían inevitablemente de mi boca ante el cansancio después de haber hecho la presentación musical, en aquel programa de música. Casi todos estaban durmiendo, mirando por el espejo retrovisor o simplemente escuchando su lista de reproducción hundidos en los pensamientos.

 Esos días yo estaba realmente cansado y sin muchas ganas de pasar tiempo con alguna otra persona que no fuera yo. Sin embargo, no pude evitar sonreír (Para mis adentros) al notar que cierta persona me miraba desde el asiento trasero, recostando la cabeza, en la cabecera de mi asiento, como si de alguna forma el mirarme de manera  ''secreta'', fuese a aclararle cualquier duda de lo que pasara en su mente, en lo que me encontraba haciendo en mi celular. Fue entonces que le escuché carraspear, y al segundo yo rodee los ojos al saber que comenzaría a hablar.

Hyung... ¿Qué es lo que tanto hace? —Sonreí victorioso en mi interior al conocerle tan bien. Relamiéndome los labios antes de hablar tras quitarme el audífono correspondiente para escucharle mejor.

Hago notas sobre la canción que pienso componer, pensé que sería algo obvio —Contesté casi de inmediato con el típico tono de voz en mi, notando con el menor solo dejaba salir una risita antes de empezar la discusión eterna entre los dos.

Pero entonces... habría que darle más créditos a su celular que a usted en los discos. Porque usted, solo apunta las ideas mientras el aparato las une —Asintió sonriendo con cierta superioridad claramente fingida, mirándome fijamente. 

Si ese fuera el caso, Park Jimin, entonces no sería integrante de este grupo junto contigo —Murmuré regresando a lo que realizaba, sintiendo en mi hombro el peso del mentón ajeno.

No le diré al manager que haga que le den los créditos al aparato —Susurró directamente en mi oído. Lo que causó un leve estremecimiento; que, para mi suerte: logré disimular perfectamente. Volteando a mirarle con atención.

Incluso si le dijeras, él no te haría caso. —Contesté maldiciendo en mi interior, haberle volteado a mirar. Cruzando mi mirada con la del menor de piel ligeramente acanelada y ojos pequeños, el cual me miraba como un niño pequeño.

Nada te asegura que no lo hiciera. —Intentó defenderse de manera bastante mediocre, sabiendo que lo que yo decía era cierto. Optando por hundir el rostro en mi cuello, lo que creó que mi piel recibiera directamente su cálido aliento al respirar. Haciendo que mis ojos se cerrarán en señal de relajación.

Los últimos dos meses siempre terminábamos así, nos molestábamos y a los pocos minutos; él simplemente me abrazaba por la espalda o recostaba su rostro en mi hombro para así ambos relajarnos, haciendo todo esto; obviamente detrás de cámaras y en secreto de los fans pues aún así, pensarían en lo extraño entre nosotros. Sin embargo, no tardamos mucho en llegar a los dormitorios, haciéndome caer en cuenta que ambos nos habíamos quedado dormidos en la mitad del camino.

Jimin-ah...—Susurré en su oído al mismo tiempo que acariciaba suavemente el sedoso cabello del menor, mirándole en espera de su reacción tras habernos quedado dormidos.

Uhm... —Recibí por respuesta antes de reír, picando sus mejillas al mismo tiempo que me iba pasando a su asiento para despertarle mejor. Sin poder imaginarme que el contrario se había el dormido. Aprovechando cuando me pasé a su lado para poder abrazarme como si yo fuese un peluche. Momento en que maldije el ser de una estatura tan pequeña.

Yah, Jimin suéltame... —Fue lo único que pude decir al notar mi cuerpo comenzar a tensarse tras el abrazo que el menor me propinaba desde la espalda.

Hyung... no te vayas...—Murmuró haciéndome soltar un ligero suspiro a causa de las palabras ajenas, razón por la que volteé a mirarle y de esta forma, logré notar que se hallaba aun dormido. Acercándome de manera casi inmediata —E, inconscientemente.- al rostro del contrario, observando de mejor forma el rostro de mi menor en un mejor detalle, delineando con la mirada cada parte de su rostro. Los ojos pequeños cerrados, los labios levemente delgados y sus mejillas que le daban un toque completamente infantil a sus rasgos. Sin embargo sabía que si, continuaba de aquella forma con el, despertaría y me miraría extrañado. 

Realmente no era una persona muy cálida con los demás, no lo era. Para mi el socializar era algo completamente secundario en lo que respectaba cómo un modo de supervivencia importante en mi vida. 

La música, la escritura de canciones y raps eran todo lo que conformaban mi universo y vida personal desde hacía unos años atrás. Pero, ¿qué era lo que hacía a Park Jimin tan atrayente para mi? —Fue todo lo que pasaba por la mente de Yoon Gi en aquel momento. Mirando a su compañero de grupo de reojo tras haberle hecho despertar para guiarle al interior del dormitorio que compartían con los demás miembros del grupo. 

Min Yoon Gi, era el tipo de chico que cualquiera podría mirar en la calle y no sólo por su apariencia tan llamativa pese a la baja estatura que le correspondía cómo rasgo único. Si no, también, por su personalidad tan única. Era un chico especialmente concentrado en la mente propia así cómo el hecho de que, preferia estar a solas más que pasar tiempo con las personas o el conocer a chicas (o chicos) con los que la plática no parecía tener un futuro muy fructuoso. Haciendo que en su rostro apareciera una muy clara señal del aburrimiento que la otra persona podría estar ocasionándole. Era extraño que dijera algo dulce a cualquier persona y más aún, que se portara de alguna forma demasiado diferente a cómo era. Lo cuál, podía reducirse a una sola persona la que apareciera seguido en acciones bastante cariñosas para la forma de ser del segundo mayor del grupo. ¿Su nombre? Park Jimin, el menor de estatura de apenas 19 años y vocalista del grupo de hip hop/kpop en el que ambos chicos coreanos formaban parte.

Le había conocido una tarde fría y lluviosa en la empresa en la que ambos debutarían un año después. Yoon Gi, estaba bastante ocupado escuchando su nueva creación musical cuando, sin darse cuenta. Se topó con un muy pequeño y dulce de aspecto; Jimin, el cuál, lucía bastante perdido en comparación con los demás trainees. 
Al parecer, buscaba la sala de reunión de personas de nuevo ingreso para recibir el pequeño curso introductorio a la empresa y compañeros.  

¿Buscas algún sitio? —Preguntó una voz ligeramente ronca al pequeño Jimin de 16 años. El cuál, subió la mirada con las mejillas levemente ruborizadas. 

A decir verdad... soy nuevo, así que busco el salón de introducción —Susurró de forma tímida el pequeño al mismo tiempo que mordía ligeramente su labio inferior al toparse con aquella mirada felina por parte del que, aún no sabía, era mayor que él por dos años. 

Oh, debes ser el chico que tiene un asombroso talento para el baile —Comentó para si mismo Min Yoon Gi, tomándole de la muñeca por reflejo antes de percatarse lo bien que encajaban estas. 

¿Lo soy? -Murmuró en un tono bajo el pequeño Minnie antes de dejarse guiar por el contrario. Y así, habían pasado semanas, días, horas, segundos al lado de aquel chico menor de edad. 

Momentos que, Min Yoon Gi o Suga, cómo era conocido ahora, no podía dejar de recapitular al pensar en él, al verle dormir o verle practicar fervientemente el baile para el siguiente comeback mientras fingía "escribir" una nueva melodía desde un rincón apartado del salón de baile antes de ser levantado por el mismo motivo de sus pensamientos platónicos para poder bailar aquella canción. 

¿Sería muy loco pensar que quizá, Jimin podría corresponderle en secreto? Y si... al ayudarle con los pasos que se le dificultaran ¿le estaba dando pequeñas señales? ¿si todos esos tratos cariñosos eran muestra de algo más? ¿acaso el chico duro de Daegu debería abrir un poco su corazón a ese chico que no dejaba de estar en su mente? 


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