Historia paralela. Extra.

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Ya habían pasado 10 años desde la última vez que habían tenido una agradable conversación como equipo en la agencia. Chuuya dejó de ir por su embarazo, cuidó a su hijo después de dar a luz y unos meses después tuvo que prepararse para convertirse en el nuevo jefe de la Port Mafia.

Dazai había aceptado que Chuuya regresara a su antigua organización, ambos ya estaban casados y tenían a 4 hijos hermosos. Sí, Chuuya decidió tener un último hijo después de 3, ya estaban Fumiya, Masaki, siguió Yoshimasa y finalmente Yūko. Dos niños y dos niñas, qué maravilla. Sus dos hijos mayores ya tenían 15 años, Yoshimasa tenía 10 años y la pequeña Yūko ya tenía 7.

Una vida hermosa, aunque había problemas siempre trataban de resolverlas y no entrar en conflicto, ¿quién creería que Chuuya y Osamu terminarían siendo familia?

Ellos se odiaban, Chuuya fue demasiado delicado con Dazai, él lo manipuló sin fin de veces, tuvo varias oportunidades de huir, pero nunca tuvo el valor de hacerlo. Chuuya fue consciente de que era un idiota al perdonar a una persona que lo maltrató, pero... ese idiota cambió.

Chuuya estaba observando las calles, pensando en su vida, desde que conoció a Dazai su mundo se vino de cabeza, que irónico, primero odiaba a ese hombre y ahora lo necesita, no depende de él, pero lo ama.

Les tomó años darse cuenta de que podían ser una pareja normal, sin golpes, sin amenazas, sin engaños ni tortura.

-Chuuya-san -se escuchó aquella voz del otro lado de la puerta.
-Adelante.
-Buenas tardes, vengo a dejarle unos documentos y... su hija Masaki está aquí.
-Deja que entre, ¿qué querrá ahora?
-Le daré el aviso, me retiro -el hombre hace una reverencia y se va.

Pasan un par de minutos y entra aquella chica, era hermosa , tal vez llegaba al 1.40 era bajita, tenía el color de cabello naranja como su madre y los ojos de color café como su padre, ésta pequeña formaba parte de la Port Mafia, su edad era lo de menos.

-Hola madre, hace poco hablé con Fumiya y ¿te parece que vayamos a comer con ellos? -mencionó con una sonrisa aquella chica.
-Podemos ir, aún no tengo tanto trabajo -dijo Chuuya mientras se levantaba.
-Genial -Masaki abre la puerta para que su madre saliera.

Ambos caminan un poco hasta llegar a la agencia.

-Esto es una mala idea -dijo Chuuya mientras retrocedía-, tiene años que no vengo aquí.
-Mamá, todos aceptaron que tomaras el cargo de la Port Mafia, no te preocupes -Masaki agarra a Chuuya y este desaparece.
-¿Dónde está mamá? -pregunta Fumiya mientras abría la puerta.
-No quería entrar así que lo encerré con mi habilidad -respondió.

Ambos entran al lugar y Masaki saluda a todos.

-¿Dónde está Chuuya-san? -Kunikida se sentía curioso por verlo.
-Mamá está aquí -de la nada aparece Chuuya en el suelo-, madre, bienvenido a la agencia.
-Masaki, eres muy mala -dijo Tetsuo.
-Hola a todos, lamento no haber visitado la agencia en 10 años -dijo Chuuya con la cabeza baja.
-Querido, todos estamos felices de que nos visites, no te preocupes -dijo Dazai.
-Chuuya-san, nunca lo odiaremos, la Agencia y la Port Mafia ya están aliados -dijo Atsushi.
-¿Y qué haremos? -Chuuya ya estaba más tranquilo.
-Divertirnos -dijo Kenji.

Todos arreglaron el lugar para poder estar más comodos, tener a Chuuya de visita estaba muy bien. Se divirtieron a lo grande, todo era magnífico.

Después. En la casa de Chuuya y Osamu.

-Gracias por ir a la agencia -dijo Osamu para darle un beso.
-Me sentía incómodo, pero me divertí -confesó Chuuya con una sonrisa.
-Mamá, por favor, visita la agencia más seguido -pidió Yūko.
-Por favor -insistió Yoshimasa.
-Si tengo tiempo libre, iré -dijo Chuuya.

Mientras.

-Ranpo-kun, ¿nos dormimos? -pregunta Edgar.
-Claro -responde.
-Mamá, papá -aparece un niño de la misma edad que Yoshimasa, el pequeño Ryūtarō- ¿puedo quedarme con ustedes?
-Claro que sí -dice Ranpo.
-Ven a dormir con nosotros -dijo Edgar mientras extendía levemente aquella sábana.

Los tres se acuestan a descansar, ellos eran una hermosa familia también.

Con Akiko y Doppo.

-¡Tetsuo! -gritó Akiko.
-Que ocurre mamá -aquel chico se acerca.

Tetsuo Kunikida, tenía 13 años y aún no tenía una habilidad, no era de preocuparse pero...

-¿Cuándo le dirás a tu padre sobre tu habilidad? -Akiko quería que su hijo dijera que ya tenía una habilidad. Era parecida al de su padre, pero él no necesitaba de una libreta, Tetsuo utilizaba la materia a su alrededor para poder hacer aquel objeto que necesitaba.
-Muy pronto le diré.

Con Atsushi y Ryunosuke.

-Hiroshi, Harriet -llamó Atsushi.

Dos niños se acercaron. Iban con una gran sonrisa.

-Lavense las manos, preparé chazuke -dijo Atsushi con una sonrisa.

Los niños se van con prisa, ya querían comer chazuke.

-Nunca te ha dejado de gustar eso -dijo Ryunosuke mientras abrazaba a Atsushi por detrás.
-Es delicioso, pero a ti te gusta más -le da un beso en la mejilla-, a ti te gusta demasiado.
-Es verdad -sonríe-. Hay que comer.

Los cuatro se sientan a cenar y a platicar un poco de temas triviales... a la vez que hablaban de practicar sus habilidades. Era muy divertido.

Datos extras: Kyouka y Kenji se hicieron pareja, con los años tuvieron un hijo al cual llamaron Kyōtarō.

Mori y Fukuzawa vivían muy bien con sus gatos... o mejor dicho: sus hijos.

Kouyou no se casó, solo se preocupaba por Kyouka, se sentía feliz por ella y Chuuya, ella sentía que era tía y abuela.

Al parecer la mayoría fue feliz.

No importaba si los niños al final no tenían una habilidad, iban a ser de ayuda, al igual que lo es Ranpo.

¿Qué tan malo era no tener una habilidad?

No era forzoso tener uno para ser parte de la Agencia Armada de Detectives o la Port Mafia.

Tener la capacidad de trabajar en ambos era más que necesario, tendría trabajos diferentes, pero podía ser parte de la organización a la que quieran formar parte.

Me has manipuladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora