Rompiendo ideales

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Kunikida x Yosano

Un hombre como yo debe seguir sus ideales al pie de la letra, sin faltar a ninguna y debo seguir mis ideales de la mujer perfecta para mí.

Pero...

«Yosano-san es tan... linda, hermosa, pero no me siento a su altura, ella es demasiado para mí, no debería hacerme la idea de tener una relación con ella.

No puedo dejar que mi corazón me manipule y me haga desobedecer mis ideales; debo obedecer a lo que es correcto. Lo que sienta por Yosano-san no debe importarme tanto...

Entonces porque diablos estoy ansioso, parado frente a ella a punto de pedirle una cita» –Kunikida estaba de pie frente a su puesto de trabajo con Yosano a quien le había pedido unos papeles.

Kunikida estaba sumergido en sus pensamientos, estaba bastante tenso, tenía miedo de que algo le saliera mal.

- Yosano-san -llamó Kunikida mientras ella solo lo miraba, él toma un poco de aire antes de hablar-. Podría hacerme el honor de cenar conmigo esta noche.

- ¿Me estás invitando a una cita? -Dijo para luego reír levemente.

- Si no le parece lo voy a entender -dijo Kunikida ya bastante nervioso a punto de salir corriendo del lugar.

- Sí, me parece muy bien -respondió Yosano-. Si sabes como tratar a una dama ¿verdad? -Le preguntó- hay que beber algo, compite conmigo Kunikida.

- No soy nada bueno bebiendo, usted me ganaría y por ésta vez prefiero estar consistente de todo -respondió con una ligera sonrisa.

- No seas cobarde, te veo esta noche entonces -se va.

Kunikida se quedó en blanco; Yosano había aceptado salir con él, ¿qué podía ser mejor?, él estaba muy feliz.

Kunikida solo podía evitar saltar como una niña hormonal en su primera cita, él ya era un adulto y no tenía porqué tener ese comportamiento, debía permanecer formal aunque por dentro gritaba de emoción.

- Vaya Kunikida-kun, por fin tendrás una cita con Akiko -dijo Ranpo con una sonrisa coqueta.

- ¡Sí, por fin lo logré! -Dijo mientras caminaba en círculos todo alegre y nervioso.

- Quién lo esperaría de ti Kunikida-kun -se burló Dazai-. Nunca creí que pudieras invitar a una mujer a una cita ¿qué hay con tus ideales? -Dazai solo buscaba molestarlo.

- Basta Osamu que te comportas peor que Kunikida-san cuando estamos solos -dijo Chuuya tratando de ofender a Dazai.

- Chuuya, no cuentes nuestras cosas personales -dijo Dazai con un puchero mientras le tapaba la boca a su pareja.

- Entonces cállate o les diré todo lo que haces en casa -amenazó Chuuya.

- Está bien, está bien me callo, por favor no digas nada -rogó Dazai mientras se sentaba como un niño bueno.

- Si que tienes bien dominado a Dazai-san -dijo Atsushi a Chuuya.

- Sí, es obediente si tratas de poner en peligro su "reputación" -dijo Chuuya con una sonrisa maliciosa en su rostro.

- Me das miedo Chuuya -dijo Dazai.

Ya en la noche.

Kunikida se estaba arreglando para la cita, había ideado cada paso y casa acción que se llevaría acabo esa noche para que todo fuera un éxito.

Reservó en un restaurante aceptable, uno que fuera lo suficientemente perfecto sin ser caro y eligió un traje apropiado, se puso la mejor colonia que tenía, se peinó lo mejor que pudo y como siempre: su libreta no podía faltar.

Kunikida salió a la hora apropiada de su departamento, fue por Yosano y ambos llegaron al restaurante; Yosano parecía estar muy tranquila mientras que Kunikida estaba muy nervioso tratando de evitar hacer un comentario absurdo o fuera de lugar.

- No estés nervioso, ya no eres un niño que tiene su primera cita -dijo Yosano mientras le tomaba la mano.

¿Nervioso? Sí estaba
¿Primera cita? Sí lo era, que podía ser peor.

Yosano no parecía ser inexperta con los hombres, era muy hermosa y no seria difícil para ella encadenar a cualquier hombre.

Entraron al restaurante y fueron al lugar que Kunikida había reservado.

Ambos estaban en silencio; Yosano vestía un hermoso vestido rojo dejando a la vista ligeramente sus pechos lo cual incomodaba a Kunikida en cierto modo, que hacía que no mirara directamente a Akiko. Kunikida vestía un traje elegante de color negro lo cual le gustaba a Yosano, se veía tan atractivo cada vez que llevaba un traje formal.

La cena fue casi ideal para Kunikida, solo la tercera parte de sus ideales se cumplieron lo cual fue una decepción para Kunikida, su primera cita no fue ideal pero... ¿qué importaba si pudo hacer feliz a Yosano?

Kunikida ignoró algunos puntos de la cita ideal para mantener feliz a Yosano, lo logró.

- Kunikida este día ha sido maravilloso, nunca creí que me invitarías a una cita romántica -dijo de una manera dulce la doctora.
- Esta vez hice caso omiso a mis ideales acerca de conocer a la mujer que amo -sonrió levemente.
- Eso es agradable -Yosano estaba en cierto modo conmovida, siendo sincera ella creía que no cumpliría ni la mitad de los puntos de la mujer ideal de Kunikida pero al parecer le ganó el corazón.

Después de la cena ambos iban en un auto donde Kunikida iría a dejar a su casa a su cita.

- Gracias por todo Kunikida -sonríe.
- Por nada -dijo algo decepcionado pero manteniendo una sonrisa.

Yosano lo miró por un instante, tomó de la corbata a Kunikida y le dio un dulce beso, Kunikida correspondió y después de unos segundos se separaron.

- Adiós Doppo -sonríe.
- Hasta mañana Akiko -dijo un sonrojado Kunikida.

18 citas después...

- Yosano Akiko -suspira mientras le tomaba las manos temblorosamente- ¿Quieres ser mi novia? -Propuso al fin.
- Claro que si Doppo -lo besa-. Me conquistaste e ignoraste tus ideales por mí... se nota que en verdad me amas -sonríe-. Te amo.

Kunikida se sonroja al ver un lado romántico de Yosano.

- También te amo -«¡Al diablo mis ideales! Yosano-san al fin es mi novia»-. Seré el novio perfecto.
- Ya no pienses en eso y solo bésame -dijo Yosano.

En la actualidad.

- Y así fue como tu padre me pidió una cita y unas cuantas más antes dar inicio a una relación conmigo -dijo Akiko a su hijo.
- Mi papá era un miedoso -dijo Tetsuo.
- Claro que no -negó Akiko- tu padre es un hombre muy valiente, por algo es el líder de la agencia de detectives armados.
- ¿Llegaré a ser como papá? -El pequeño Tetsuo estaba esperanzado.
- Seras idéntico a él -dijo Akiko para darle un beso a su hijo-. Descansa mi pequeño Tetsuo.
- Descansa mamá.

Akiko sale de la habitación.

- Yo no era tan ridículo Akiko -dijo Kunikida muy avergonzado.
- Sí lo eras pero me gusta ese lado tuyo, siempre te veías muy inocente -lo abraza.
- No quiero que nuestro hijo piense que soy un cobarde.
- No lo eres -lo besa-. Si fueras un cobarde jamás hubieras ignorado tus ideales para seguir a tu corazón.
- ¿Lo crees? -Preguntó Kunikida un poco tranquilo.
- Sí -respondió Akiko
- ¡Kunikida-kun! -Dijo Dazai- ¿Qué piensa Tetsuo ahora de su ridículo padre? -Trató de provocar a Kunikida.
- ¿¡Cómo entraste a nuestra casa!? -Dijo la pareja al mismo tiempo
- ¡Dazai! -Gritó un Chuuya muy molesto.
- Solo me escondo de Chuuya, nos vemos -dijo antes de huir.
- ¿Lo ves?, somos una pareja normal a comparación de ellos dos -dijo Akiko mientras reía.
- Tienes razón -dijo Kunikida antes de besarla.
- ¿Te parece tener otro bebé? -Pregunta Akiko de golpe.
- ¿Eh? -Fue lo único que dijo Kunikida.
- No debí preguntarte, vamos a tener otro hijo quieras o no -dijo mientras lo jalaba hacia su habitación.

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Y así fue la breve historia de esta pareja. Un resumen de todo.

Me has manipuladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora