mi buen amor.

O5

eran las 2 de la madrugada.

estabas en tu cama dormida cómodamente, como por tu quinto sueño.

unos ruidos agudos interrumpieron tu siesta pacífica. abriste un poco los ojos, ignoraste el ruido y te volviste a acomodar para dormir.

pero antes de pegar los ojos, otra vez el ruido se hizo presente.

maldiciendo en voz baja, te sentaste en tu cama. tallas te sus ojos y se golpeaste un poco tu rostro para despertar. escuchaste con atención tratando de descifrar de que se trataba.

era el sonido de una piedra estrellando con el cristal de su ventana. te pusiste de pie y caminaste hacia el lugar, apartaste la cortina para ver de quién se trataba, pero una piedra estrello contra el vidrio.

te asustó aquello, así que miraste bien en el exterior y encontraste al responsable de tanto escándalo.

baji keisuke.

abriste la ventana y baji saltó feliz el pequeño muro que había. para su fortuna, vivías en el primer piso del departamento.

apenas estuvo dentro de la habitación se tiró a la cama.

cerraste la ventana y dejaste todo cómo estaba, un poco confundida, camino hacía el intruso- ¿qué haces aquí a esta hora? -susurraste, sentándose en la cama.

- vine a verte. -habló también en susurros.

- nos vimos en la mañana, estuvimos todo el día juntos. -le reclamaste aún en tono bajo.

- no estoy satisfecho. -abre sus brazos.

rodaste los ojos y te acostaste al lado del azabache, rodeando su cuerpo con tus brazos.

baji corresponde el abrazo y se acomodó recostado su cabeza en tu pecho, ríeste en voz baja y acaricias su cabello, desenredando unos cuantos mechones y tirando suavemente de ellos.

el azabache luchaba para no dormirse, pero las caricias lo relajaban demasiado. moviste una de tus manos a su espalda dibujando figuras con sus dedos.

te separaste un poco del contrario y tomaste su rostro entre tus manos- eres igual a un gatito. -sonríse acariciando sus mejillas.

- ¿eres un ángel? -hizo un puchero.

acercaste tu rostro al del contrario e hiciste un camino de besos por todo su rostro. mordiste con suavidad su mejilla y depósitaste un beso ahí. acomodas te su cabello despejando su frente, diste un pequeño beso en su frente y en la punta de su nariz.

nuevamente, acomodaste a baji en tu pecho y reposas tu mentón en su cabeza- te amo. -murmuró baji.

- ¿cómo lo sabes? -contestó.

- mi corazón palpita cómo loco.

era la primera vez que te decía "te amo" y estaba más que feliz.

- yo también te amo, kei. -susurraste en su oído con una sonrisa.

planteaste un beso en la cabeza del azabache, esté sonrió con los ojos cerrados. en cuestión de segundos, ambos se quedaron dormidos aún acurrucados.

ola