Té de rosas con queso crema II

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Una semana después de mi encuentro con Scott, había comenzado a recaer en una sin fin de pensamientos en donde no podía volver a parar de pensar en él, lo soñaba con recurrencia, lo cual me hacía extrañarlo, querer saber más de él, pero por alguna razón Scott no se había dignado a escribirme desde ese entonces.

Tomé mi celular y observé un mensaje de Austin con una propuesta para encontrarnos hoy a la hora de almuerzo.

- ¿Y dónde quieres ir? – escribí como respuesta.

- Quizás tú departamento.

- Está lejos de mi trabajo, y no alcanzaría a llegar a las clases que tengo agendadas en la tarde. ¿Qué tal el tuyo?

- Difícil, ¿te parece ir a comer a un restaurante? – preguntó.

- Está bien, reservaré un lugar que está cerca de acá.

- Pasaré por ti, nos vemos.

Abrí mi notebook y comencé a hacer la reserva, Austin lograba sacarme de las rutinas cada vez que era necesario, era como un ángel que estaba para guardar mis peores momentos y aceptarlos, sin cuestionar las distancias o la poca comunicación que yo le brindaba.

Miré el horario y me fui a los salones que debía dirigir, hoy me tocaba iniciar a un grupo con respiraciones y relajación, así que debía prepararme mentalmente para estar apta para dicho momento y para luego alistarme y huir unas horas con Austin.

Una vez acabada la sesión con el grupo, me dispuse a encontrarme con Austin. Caminamos hasta el lugar charlando de cómo habían estado nuestros días, una vez en el restaurante y con nuestra comida en mano, comencé a comentarle sobre mi encuentro con Peter y Scott el mismo día.

- ¿Y tú los buscaste? – preguntó confuso.

- Te digo no, que fue mera casualidad y exactamente el mismo día, de maneras muy extrañas, he trabajado aquí durante años y jamás me los tope antes.

- No sé qué decir, creo que eres bruja – dijo riendo.

- Quizás, no hay que descartarlo – respondí riendo. A lo cual seguimos charlando mientras él me daba uno de sus besos de vez en cuando.

Una vez terminada la comida, Austin se dirigió a buscar la cuenta, dejándome con plena confianza junto a sus cosas. Sin embargo, un mensaje activo los sentidos de mi curiosidad y sin búsqueda de algo en particular tome su celular y opte por leer el encabezado.

- Amor, cuando vuelvas de tu trabajo recuerda traer algo para que cenemos.

Existían tres posibilidades para dar respuesta a aquel mensaje que acababa de leer, habla así con su madre, es un mensaje equivocado o tiene novia. Y obviamente la última era la más probable. Por ende, me dispuse a esperar su regreso y salir de dudas, esperando su verdad con toda calma.

- Listo Colette, ya cancelé la cuenta para no hacer la fila otra vez.

- Gracias, si quieres me pides después y te transfiero.

- No te preocupes.

- ¿Austin, que le dijiste a tu novia para poder venir acá conmigo? – pregunté tranquilamente.

- ¿Cómo sabes de ella?

- Te está hablando por celular, creo que es primordial la confianza en toda relación.

- Esto no es como parece Colette, enserio déjame explicarte.

- Descuida, solo lamento que no me hayas preguntado si quería acostarme con alguien con pareja.

Un té para Colette  - [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora