★Cuatro.

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Días después, estabas en la casa familiar, habías mandado a construir una casa en la finca que te heredó tu abuela con tus "pocos" ahorros, y bueno, estaba en proceso, pero ¿Por qué lo habías hecho?, tus sospechas fueron confirmadas, esos cosquilleos en el estómago no eran de un parásito, era amor el que tanto anhelaste toda tu vida había llegado, pero lamentablemente con alguien con pareja.
Después de muchos dilemas morales tuyos, lo aceptaste, te habías enamorado de un hombre, ¿Qué más da?, pero sabías que esa noticia no le iba a caer bien a tu padre y bueno, preferias tener un lugar a donde huir cuando este te eche de la casa.

Pero ese no es el tema ahora, estabas revisando el álbum familiar, querías confirmar tus sospechas de por qué tu tío era el tabú de la casa, y lo confirmaste, era gay. Y no solo gay, tenía una relación poliamorosa con dos hombres, así que supiste que a tu padre no le agrada mucho lo que se sale de su percepción de correcto.

—___—la dulce voz de tu madre se escuchó del otro lado de la puerta—¿Puedo pasar?.

Claro—cerraste el álbum y lo escondiste antes de que tu madre lo viera.

Entró y se acomodó aquel aparato que le permitía escuchar—Ya lo sé—cerró la puerta detrás de ella, dejando a ambos en un silencio, ambos esperando una respuesta.

¿Qué sabes?—tenías miedo de que supiera que te robaste los pasteles de la alacena la semana pasada, eran muy tentadores y estaban a la vista.

—Te gusta un hombre—aquellas palabras las repetiste en velocidad máxima por tu cabeza y empezaron a hacer eco, unos escalofríos pasaron por tu cuerpo y le sonreiste.

Felicidades madre, soy gay—hiciste una leve reverencia sabiendo que no eras el único—Cómo mi tío.

Tu mamá abrió los ojos como platos, no esperaba que lo supieras, y no lo quería en lo más mínimo, no por ella, por tu padre, aquel hombre que le ofreció dinero a esta bella mujer para que no hablaran del tema, pero la curiosidad mató al gato, no al gato que lo descubrió, si no el que había sido descubierto.
Jean, tu padre estaba escuchando del otro lado de la puerta, este tuvo la misma reacción de tu madre, no por nada escondió aquellos álbumes y cortó la comunicación de tu tío contigo. Y bueno, al parecer eso no funcionó, por su mente pasaron distintas posibilidades rápidamente por su cabeza, pero ninguna parecía tener sentido. Simplemente para él su hijo no podía ser gay. Pero todo empezó a cobrar sentido, miles de citas con chicas y meses conociendo chicas, pero expresaba que no sentía nada con ellas, pero justamente, con este hombre si pasó.

—Luz..—el señor abrió la puerta cuidadosamente, dejándose ver atrás de la puerta, viendo que la expresión del chico cambió, ahora se veía miedo en sus ojos, como si de algún asesino se tratara.

La nombrada lo volteó a mirar—¿Sí, cariño?—preguntó en voz baja mientras mirabas a ambos con una mezcla de miedo y enojo, ¿Todo esto había sido un plan?, la casa que mandaste a construir ni siquiera había sido terminada.

—Lo arruinamos, nuestro legado se arruinó, ¡Ahora nuestra familia será condenada!—gritaba lleno de pánico y terror ante las anteriores declaraciones, dejando confundidos a los otros dos—¡Ya no vamos a entrar al cielo, todo por culpa de este inútil!—te señaló.

Ahora estaban lidiando con un tipo loco aficionado a la biblia, quién además era homofóbico, estaba saltando y gritando por toda la casa, como si de un poseído se tratara, generandote un poco de miedo, pero tu madre te dijo que era mejor que te fueras de la casa, ese hombre no iba a dejar de gritar hasta que estés fuera de su campo de visión. Aceptaste, pues era tu querida madre y no querías verla sufrir por ese loco, antes de irte, ella te deseó lo mejor y te mudaste oficialmente.

Afortunadamente la finca de tu abuela quedaba dentro de la ciudad, no tardaste en llegar con tus pocas pertenencias y te instalaste, tu madre te ayudó para que terminaran la construcción más rápido y te dió un poco de dinero para comprar las cosas básicas. Ahora tenías que hacerte cargo de todo lo que un adulto se encargaba, más la universidad, claro. Y tu amor platónico.

—Ya.. Tu padre es un loco—comentó Lu, lo habías invitado a tomar un café en tu nueva casa—Sabes que te apoyo bro.. Pero Monty tiene novia.

Reíste y díste unas palmadas en su espalda—Lo sé.. Pero bueno, solo quería decirlo.

—¿Ya le dijiste a los demás?—asentiste—¿Que tal reaccionaron?.

Normal, pues dijeron algo como, "te apoyo, eres un grande, etc.."—tomaste otro sorbo de café—El único que reaccionó mal fue mi padre.

—¿Y lo de tu tío?, ¿Piensas hablarle?.

Supongo que más tarde, mi madre ya le habrá dicho, creo..

—Espero te vaya bien con eso, yo ya me temgo que ir, tengo una cita.

Suerte con eso—te despediste con la mano mientras él cerraba la puerta.

Suspiraste y sacaste el álbum de fotos, lo habías traído contigo, pues nadie en tu casa lo quería en realidad y tu aprovechaste la oportunidad para llevarlo, viste las fotos de tu tío, era casi igual a tí, solo un poco más moreno y ojimarrón, pero era realmente hermoso, definitivamente no como tú, pensabas mientras veías a aquel señor con sus dos parejas, parecía ser muy feliz.

Nunca tuviste muchas oportunidades de hablar con él, pues la última vez que lo viste fue cuando tenías cuatro años, y después no le permitían las visitas a la casa ni las conversaciones contigo, no te diste cuenta de su ausencia hasta tus diez años, cuando empezaste a recordar a aquel hombre. Te entristecia por una parte la acción de tus padres, pero debías respetarlos, por que son adultos y ellos merecen respeto, así te criaron.

¡Espero hayan disfrutado del capítulo!

Estrellas| Monty × male!readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora