—¡Harry! Baja ya, tenemos que estar en la iglesia dentro de 30 minutos— tu pequeño hijo de cinco años aún no bajaba y presentías que Raquel te matará si no llegabas a su boda a tiempo
—¡Ya voy mami!— exclamó para luego bajar corriendo las escaleras
—Te dije que no corrieras en las escaleras, te puedes caer— acomodaste su traje para luego besar su frente—. Ahora si, al auto.
—Si señora— habló haciendo un saludo militar, por lo que reíste
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Una vez que se encontraban en la iglesia, fueron hacia unas de las sillas de hasta enfrente y se sentaron. La misa comenzó después de unos 2 minutos de esperar. Viste entrar a tu hermana con un hermoso vestido blanco. Te entraron tremendas ganas de llorar, al verla ahí, apunto de casarse con el hombre de su vida, el chico que tanto la hizo sufrir y al último terminaron juntos.
Después de las mismas palabras que dicen en las bodas, el padre dijo que el novio podía besar a la novia. Ares tomó a tu hermana de la cadera con una mano y la otra la coloco en su mejilla, dándole por fin, un tierno beso.
—¡Que asco!— exclamó Harry asqueado
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Horas después, ya estaban en la fiesta. Harry jugaba con sus primos un poco alejado de ti pero aún así, lo supervisabas dándole pequeñas miradas de vez en cuando.
—Hola pequeña Mendoza— habló Apolo sentándose a tu lado
—Hey Apolo— sonreíste levemente para luego tomar de tu cerveza
