01. ¿Terminé siendo gay?

216 22 313
                                    

Después de un día de tortura donde me la había pasado llorando porque no me salía una maldita ecuación, que por cierto dependía si aprobaba la prueba o no, llegó la noche tan esperada.

El colegio era por sí para mí una prisión, aquella donde solo te dará dos opciones para sobresalir; o ser el social que todos aman y los glorifican o el antisocial al que todos agarran como punto fijo para desquitarse. Yo no era ni el popular ni el antisocial de la escuela. Era como el promedio medio, donde se encuentran la mayoría de las personas. Creo. Una cosa que odiaba y me daba ganas de desmayarme ahí mismo era cuando había pruebas, como la de hoy, mis neuronas explotaban y cada vez me quedaba con menos. Definitivamente «inteligencia» no estaba dentro de mi perfil psicológico.

Me creerían si les digo que en la clase de matemáticas tengo que hacer constantemente competencia con la pizarra para ver quien no pestañea primero porque si parpadeo salen 198469 letras, fórmulas y operaciones que no tengo ni idea de donde salieron.

Pes - ta - ñeaste

Siempre he creído que hay tres tipos de personas en una prueba.

Los que estudiaron y no tienen preocupaciones. Y pueden hasta dormir mientras esperaban a que empiece la prueba. ¿Acaso les regalaron 2 litros de inteligencia cuando nacieron?

Los que tienen un plagio seguro. Y no necesitan sacar un libro para repasar y se la pasan jugando por el celular, o viendo videos —que solo Cristo sabrá qué tipos de videos serán—, por supuesto que no creo que sea sobre la misa del día, más bien todo lo contrario, o sino por último se la pasan conversando por no decir chismoseando o hablando de la vida de otros. No quiero ser hipócrita con lo último así que admito que algunas veces yo también hago eso.

Y, para finalizar, los que no sabían que había una prueba, y tenían que depender de la fe de los dioses.

La fe del altísimo

Y claramente yo me encontraba en la tercera opción. Tenía los dos libros de matemáticas sobre mi carpeta y pasaba página tras página pensando que en dos segundos me iba a entrar toda la información de más de 1000 palabras en una hoja. Y todas las fórmulas. Si no entendí ni el primer tema el primer día de clases que me haría entenderlo ahora. Y mi diminuto cerebro de pasa no ayuda.

Ni le encuentro el valor a mi vida y el profesor quiere que le encuentre el valor de "x".

Es el karma,

Pero que yo sepa soy un santo.

Y si no lo creen que alguien tire la primera piedra como dijo mi hermano Jesús.

En estos momentos no me hubiera quejado ser inteligente y no tener este tipo de preocupación sobre mis hombros.

Pero que se puede hacer. Así es la vida.

Mamá, tu hijo salió bruto.

Debiste abortarme.

Mentira.

No se lo crean. Es una broma.

Pero si quieren no es broma.

Jamás trabajo bien bajo presión, sería bueno que todos los profesores sepan eso y no pongan tan solo 20 minutos para resolver diez problemas, yo primero necesito procesar que estoy en una prueba de matemática, luego procesar todos los problemas y tratar de recordar las formulas, por ultimo empezaré a hacerlo y en todo ese transcurso me queda nomás 5 minutos. ¿Quién puede resolver 10 problemas en 5 minutos? Estoy seguro que ni Einstein podría hacerlo. Si no llego a aprobar la prueba me pueden visitar mañana en mi funeral, me dejan girasoles. Pero estoy seguro que solo irán por la comida y a lucir sus outfits.

Maravillosa PropuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora