Que ganas de dormir y despertar en 10 años más con la vida resuelta y con todo lo que he soñado.
Limpiar los baños sin duda no era mi actividad favorita para realizar un fin de semana, sin embargo, estaba aquí un sábado a primera hora del día limpiando los inodoros del colegio.
¿Por qué?
Porque era el excelente castigo que el director se le ocurrió para los tres, según él un poco de ayuda social nos ayudaría a amistarnos y ser mejores personas.
Que alguien me explique cómo limpiar inodoros me hará mejor persona.
Y por supuesto no me creyó cuando le dije que fue Jackson quien empezó todo, por supuesto que no. Para él todos éramos los culpables de que esta situación se haya dado. No es justo, si el cavernícola no hubiera abierto la boca ninguno de los tres estaríamos aquí y probablemente es que yo siga durmiendo.
Por mi lado tuve que ponerle una muy buena excusa a mi madre para que no sospeche absolutamente nada, si ella se enterara de lo que había sucedido me castigaría.
Y cuando digo castigar me refiero a que me quitaría mis videojuegos, ¿Cómo viviría sin ellos?
Una vez desee que me inviten a más fiestas.
*Me invitaron a una*
Terminé siendo gay al día siguiente.
Así es mi vida.
Tan monótona, nada fuera de lo normal.
¿A quién quiero engañar?
Ahora por culpa de esa fiesta estoy sufriendo las consecuencias.
No sé qué me pasaba cuando era pequeño. ¿Que era esa emoción de querer crecer? Porque crecí y mucho, y lo único que hago es valer en la vida.
—Que ese inodoro quede blanco Nikolai— habla Jackson desde el inodoro del costado.
—Si me prestas tu mano quizás hasta le saque brillo— respondo sin ganas.
—Bien podría estar en estos momentos en alguna cita, pero no— se queja fregando el inodoro—. Estoy aquí limpiando un maldito baño todo por tu culpa.
—A mí no me vengas a echar la culpa por tus estupideces.
La puerta del baño se abre y entra Rhea con una botella en la mano.
—Encontré este producto— sacude el envase— Creo que es algún tipo de blanqueador.
—Me hacía falta, gracias— me acerco a ella para coger la botella, pero Jackson me empuja con el hombro y lo agarra primero.
Él me mira y me da una sonrisa triunfante ante su cometido, Rhea lo mira con cólera y rueda los ojos.
—¿Estás bien? — pregunta ella.
—Sí, nada grave como verás— Rhea suelta una risilla.
—¡¿Qué mierda es esto?! — grita Jackson haciendo que volteemos a ver el inodoro que estaba limpiando.
Rhea y yo nos miramos confundidos.
El chico se acerca furioso hacia nosotros, traía las manos de color azul y entre ellas la botella que Rhea había encontrado.
¿En qué momento se pintó las manos?
—¿Qué mierda es esto? — vuelve a preguntar.
—Blanqueador— dice Rhea.
—¡Esto es pintura maldita sea y está por todo el inodoro! — grita furioso.
A eso solo lo puedo llamar de una sola manera.
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Maravillosa Propuesta
RomanceCuando Nikolai asistió a esa fiesta nunca pensó que al día siguiente lo estarían tachando de gay, mucho menos cuándo le gustan las mujeres. Y está conciente de ello. Y muy claro de su sexualidad. Puede ser la persona más torpe y extrovertida cuando...