—¡No pongas la harina ahí! — exclama mi mamá.
¿Ahora que hice?
Aparte de nacer.
—¡Tú me dijiste que lo ponga ahí señora! — chillo indignado.
—Te dije que lo pongas en el tazón azul no en el celeste— declara a punto de perder la paciencia.
Ella me mira con desaprobación.
Azul y celeste.
Los colores de esos tazones están más desgastados que mi vida y los dos parecían del mismo color, no es mi culpa haber puesto la harina en el tazón con agua.
Agarro lo que sobra de la harina y lo pongo esta vez en el tazón correcto, alzo mi cabeza sacudiendo los cabellos que se querían meter por mi ojo y mi mirada choca con el espejo, haciendo que me espante.
Virgencita de Guadalupe, ¿Qué es eso?
Creo que la palabra para describir nuestras apariencias en estos momentos no era "cochinos".
Era puercos.
Porque así estábamos, yo estoy en chancletas, que por cierto están rotas en una parte.
Dios mío, ya me tengo que deshacer de estas sandalias, pero son tan bonitas que me niego a botarlas. Y las sigo usando a pesar de tener varias sandalias más.
¿No les pasa que tienen algún polo o ropa favorita y por más de que esté desgastado lo siguen usando porque les gusta mucho?
Me pasa lo mismo con mis chancletas.
Mamá, por el contrario, está con la cara de harina y su vestido está de igual manera o peor.
Yo no estoy con la cara de harina, pero si con el pelo lleno de harina.
Estoy seguro que si mi madre y yo salimos a la calle a comprar algo nos confundirían con los mendigos.
Me urge un baño. Pero no con jabón sino con detergente.
—Esta es la masa— me pasa algo pegajoso— Expándela con el rodillo formando un círculo.
¿Qué?
Más lento señora que mi cabeza no procesa nada.
Estoy en modo: Error.
La experta en la cocina es ella no yo.
Una vez quería prepararme limonada así que cogí un limón y un cuchillo, lo empecé a cortar y el limón no cortaba nada. Luego de varios minutos caí en cuenta que estaba cortando con el cuchillo volteado.
—Te urge un baño Nikolai— dice mi mamá cortando algunas frutas.
Chasquéo la lengua y ruedo los ojos mientras que con el rodillo hago el molde en forma de círculo.
—A tí también te urge, mamá— musito.
Y pensé que solo lo había escuchado yo, pero no porque a los segundos se voltea en modo el exorcista y tiene la mano alzada agarrando el cuchillo.
Juro que ví pasar mi vida en segundos y mis piernas empezaron a temblar.
—Digo, a todos nos urge un baño, no solo a tí, a mí también, no digo que estés cochina, de echo ha Carlitos también le urge un baño de espumas— trato de arreglarlo, pero de mi boca salían puras estupideces. Y me tambalea la voz.
¿No les pasa que quieren explicar algo o dar su opinión y sienten que su voz tambalea y tienen ganas de llorar?
Así estaba, pero auméntele el miedo.
ESTÁS LEYENDO
Maravillosa Propuesta
RomanceCuando Nikolai asistió a esa fiesta nunca pensó que al día siguiente lo estarían tachando de gay, mucho menos cuándo le gustan las mujeres. Y está conciente de ello. Y muy claro de su sexualidad. Puede ser la persona más torpe y extrovertida cuando...