Capítulo 3.

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AIDEN.

El Nightmare solía estar más concurrido por la noche, pero por la mañana también solían ir algunos clientes. Liz y yo nos dirigimos allí al ver que no había nadie en casa.

Una vez dentro saludamos a Allan y fuimos al despacho de mi padre. Allí se encontraban los dos.

—¿Qué tal ayer?—Preguntó mi madre.

Liz y yo nos miramos. Habíamos impreso los papeles de aquel chico. Mi hermana tiró la carpeta encima de la mesa.

—¿Qué es esto?—Mi padre frunció el ceño.

—El chico nuevo que apareció ayer en las carreras.

Mi padre abrió la carpeta y la ojeó detenidamente.

—¿Estamos en un lío?

Mi madre negó con la cabeza.—Alix ya nos había avisado de que la policía está detrás de Los Cobra. Sabíamos que iba a haber alguien de los suyos y queríamos poneros a prueba para ver si erais capaces.—Nos quedamos sorprendidos ante su confesión.—Habéis hecho un buen trabajo.

—No lo entiendo.—Dije.—Creía que el caso era del FBI.

—Así es.—Habló mi padre.—Pero eso no quita que haya policías haciendo su trabajo.

Liz rodó los ojos. Sabía perfectamente lo que estaba pensando. No le gustaba que todo el mundo estuviera metiendo las narices en el asunto. Así iba a ser mucho más complicado.

—Es lo que hay, Liz.—Le contestó mi padre.

                                      • ——— ꕥ ——— •

Ambos estábamos estudiando derecho. Yo quería unirme al bufete de abogados de mi madre y trabajar con ella, mientras que Liz quería entrar al FBI y seguir los pasos de nuestro hermano mayor.

Físicamente, todo el mundo decía que me parecía muchísimo a Alix. Sin embargo, en el carácter era igual que mi madre. Por eso, quizás, encajaba mejor en un bufete. Por el contrario, Liz era una bomba de relojería. Aunque ella lo negara, era una copia exacta de mi padre y, por su carácter, encajaba a la perfección en el FBI.

Los Lodge estudiaban derecho también. Su familia era una de las más prestigiosas del país ya que eran los dueños de la cadena de hoteles más lujosa.

Era sábado y, como todos los sábados, el Nightmare estaba abierto hasta altas horas de la madrugada. Como era de esperar, nuestros padres no nos dejaban pisar el club los días de fiestas ya que el tipo de personas que lo frecuentaban no eran nada parecidos a nosotros. Así que necesitábamos otro pasatiempo. Así fue como empezamos a ir a las carreras. Normalmente había carreras dos días a la semana, aunque a veces podía variar. Por ejemplo, hoy no había carreras. Y, justamente hoy, nuestros padres iban a hacer una excepción. Necesitaban ayuda con la seguridad del Nightmare ya que se iba a celebrar un evento muy exclusivo y cuantos más de los nuestros estuvieran vigilando, mejor.

Me puse la camisa blanca y el traje negro para pasar lo más desapercibido posible. Mientras que Liz se puso un vestido de color negro y se recogió el cabello en una trenza de espiga.

Estaban abajo esperándonos en la entrada. Mi padre llevaba un traje igual que el mío y mi madre llevaba un vestido rojo precioso.

Los ojos de ambos se iluminaron cuando nos vieron bajar por las escaleras.

Una vez abajo, mi padre colocó la mano en la espalda de mi madre y pusimos rumbo al Nightmare.

(***)

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