Capítulo 6.

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ELISABETH.

El misterio que traía Mark Vólkov estaba a punto de volverme loca. No entendía a que se refería con que eligiera mejor mi compañía. ¿Se refería a Adam Brown? Él era policía y estaba haciendo su trabajo. Aiden tampoco entendía nada y ambos sabíamos que conforme pasaran los días, menos íbamos a entender porque nuestra familia no iba a contarnos nada. Solo teníamos una opción y no estaba completamente segura de que fuera a salir bien.

—No sé que decirte, Liz.

—Solo nos queda intentar una cosa.

Aiden alzó una ceja. Sabía lo que estaba pensando y sabía que podía salir mal.

—Tenemos que hablar con Alix.—Finalicé.—Él es el único que puede contarnos algo sin que los demás se enteren.

Aiden negó con la cabeza.—No creo que hable.

Me encogí de hombros.—Debemos intentarlo.

(...)

Al día siguiente seguía pensando en hablar con Alix. Aproveché que estaba sola en casa ya que mis padres estaban en el Nightmare y Aiden había salido con Dylan. Allí en Nueva York eran tres horas más que aquí así que iba a ser fácil que Alix me respondiera.

Cogí la tablet y le llamé por videollamada.

Un pitido. Dos pitidos.

Sonreí cuando apareció Alix en la pantalla. Siempre me respondía súper rápido.

—Mi hermana favorita.

—¿Qué tal todo por allí?

Alix sonrió.—Muy bien, aunque estamos hasta arriba de trabajo, pero bueno.

—¿Cómo está Grace?

—Está bien. Ahora ha tenido que salir un momento.

Sonreí. Sabía que Grace lo había pasado muy mal y había sido muy duro para ella dejar el FBI, pero decidió que era lo mejor para ella y todos la apoyamos en su decisión.

—¿Tú qué tal estás?

Me pasé un mechón por detrás de la oreja.—Bien. Haciendo lo de siempre y poco más.

No sabía como meterle en la conversación a aquel ruso que tantos problemas le había dado en el pasado porque sabía que podía salir mal.

Él sonrió.—Venga, dispara. Sé que estás deseando preguntarme algo.

Su afirmación no me pilló por sorpresa porque Alix era una de las personas que más me conocía.

—No quiero que lo malinterpretes, pero necesito saber por qué dejáis que Mark Vólkov esté en la ciudad como si nada.

Alix soltó un suspiro pesado.—Sabía que este momento llegaría. Nadie te cuenta nada y acudes a mi porque sabes que eres mi hermanita pequeña y tengo cierta debilidad. ¿Me equivoco?

Sonreí inocentemente. Teníamos un relación muy especial porque cuando Alix aún vivía con nosotros, siempre me cubría las espaldas cuando hacía alguna que otra trastada.

—¿Has tenido contacto con él?

Asentí.

El rostro de Alix se tornó serio.—Lo voy a matar. Le dije expresamente que no se acercara a vosotros.—Pausó unos segundos.—Especialmente a ti.

Fruncí el ceño porque no estaba entendiendo nada.

Alix negó con la cabeza y respiró profundamente.—Pero bueno, esta bien. Te responderé solo una pregunta así que piénsala bien.

EL LEGADO. Saga H3 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora