Cap 18

3.4K 184 91
                                    

___ Wright.

- ¿Qué viste? - Preguntó algo preocupado.

- Lo suficiente como para saber que eso de que nunca has amado, es mentira. -

Agachó la cabeza y se acercó a mí.

- Linda, no quiero que lo mal pienses. -

- ¿Eso? Para nada. - Dije sarcástica. - Solo pude darme cuenta que sí has amado, que aunque no lo quieras aceptar, sabes qué es el amor. No puedes negármelo, Aidan. -

- Está bien, lo acepto. Sí lo hice, pero no la quiero tanto como quiero ahora a otra persona. - Aceptó algo enojado.

- No tienes por qué engañarte a ti mismo, Aidan. Sabes que puedes confiar en mí, no tienes por qué ocultar eso. -

- No quería ocultarlo de nadie, solo de ti. -

- ¿Por qué? - Pregunté, acercándome a él para acariciar la línea de su abdomen.

- Eres muy pequeña para entenderlo. -

- Tengo dieciocho. - Enarqué la ceja. - Y a decir verdad, supongo que soy más sexy que cualquiera de tus otras clientas. -

Sonrió levemente y me abrazó por la cintura.

- Vamos a la cama y terminemos con esto. Tendremos más tiempo para platicar por la madrugada. -

Le sonreí y besé sus labios. No me separé de ellos hasta que Aidan soltó un gemido doloroso dentro de nuestras bocas.

- Si sigues haciendo eso, no podré controlarme y podría lastimarte. -

- ¿Físicamente? -

- No me gustaría ser agresivo. Eres como una caja de cristal, no me gustaría ser duro contigo. - Admitió.

Su aliento chocaba gentilmente contra mi rostro.

- Entonces no lo hagas. - Susurre.

Sus labios volvieron a chocar contra los míos de una manera perfecta. Los movía lentamente sobre los míos sin separarlos ni un milímetro.

- Me encantan tus labios. - Susurro aún sobre ellos.

Abrí los ojos y admiré los suyos. Color verdes, alrededor de ellos unas pestañas largas y chinas, tan perfecto. Volví a besarlo y lo empujé a la puerta para empezar a caminar hacia el cuarto. Descubrió mi indirecta y me adentró a su recamara. Me recosté sobre la cama y Aidan lo hizo también, pero encima de mí. Empezó a hacer movimientos circulares con su cintura, haciendo que su miembro chocara contra mi feminidad de una manera realmente sensual. Tomé una bocanada de aire y me aferré a sus brazos. Los tomé con tanta fuerza que podía sentir el correr de la sangre por sus venas.

- ¿Quieres que lo meta ya? - Preguntó.

- Por favor. - Pedí casi a gritos.

Sentí como su miembro se iba resbalando poco a poco dentro de mí, como tocaba las paredes de mi sexo y poco a poco me iba dando más y más disfrute. Gemí tan fuerte que Aidan solo me tapó la boca con su mano y sonrió.

- ¿Quieres que alguien nos escuche o qué? - Rio bajito.

- Es tu culpa por tenerlo tan grande. - Susurre.

Aidan rio aún más. De repente sus embestidas ya no fueron calmadas sino realmente duras. Sus caricias eran más apasionadas que nunca y sus besos mojados me recorrían desde los senos hasta la frente. Su respiración comenzaba a ser más y más rápida junto con sus movimientos dentro de mí, que me hacían estremecer de una manera casi imposible.

Sex instructor | Adaptación AG #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora