Cap 10

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___ Wright.

Entré a la cafetería, y como siempre, gran parte de la gente que estába ahí se encontraba acompañada, si no era por un amigo, por su novio o novia y si no solos, disfrutando de un buen libro o simplemente tomando un delicioso café. Me removí en el silloncito mientras el líquido caliente pasaba por mi tráquea y calentaba mi estómago, dándome una sensación de alivio.

- ___, ¿Quieres algún panqué? -

- No, gracias, estoy bien. -

- ¿Quieres ir a tu casa? No te veo muy cómoda aquí. - Arrugó el entrecejo y acarició mis nudillos.

- Siento como si fuera a darme un resfriado, eso es todo. - Mentí.

- Ven, vamos a casa. -

Extendió la mano para que la tomara y fuera con él. Lo hice, mi piel chocó contra la suya, causándome satisfacción. Caminamos hacia la salida mientras Liam en su celular marcaba a un número.

- Hola Charlotte. No, quedamos que el proyecto sería de mi materia. - Empezó a decir.

Me abrió la puerta de la cafetería para que saliera al aire fresco. Mis mejillas y mi nariz casi se congelan. Caminamos hasta el estacionamiento tomados de las manos hasta que estuvimos justo frente al auto de Liam.

Abrió la puerta del copiloto para que pudiera entrar. Entre en el auto mientras él terminaba de hablar con quien quiera que estuviera hablando. Me acomodé en el asiento de la manera más cómoda posible y saqué el celular del bolsillo de los jeans, miré la pantalla de éste y admiré el fondo de pantalla: la foto de mis padres en el baile de navidad. Solté un suspiro y cerré un momento los ojos. Liam seguía en su gran plática del trabajo mientras yo deslizaba de un lado a otro mi dedo por encima de la pantalla.

"Nena, muero por verte. ¿Te parece mañana? Walter".

- ¿Qué mierda? - Gruñí y marqué el número de Eden.

- Hola bonita. ¿Qué hay? -

- Sólo te daré una primicia: Walter quiere coger conmigo. -

- ¡¿Qué?! - Gritó. - ¡No puede ser! -

- Te lo juro. Acaba de mandarme un mensaje a mi celular que dice que quiere verme... ah, casi lo olvido... ¿Recuerdas a Liam? – Pregunté.

- Tú profesor de literatura, sí. -

- Somos novios. -

Colgué antes de que empezara a darme sus discursos de que las niñas de diecisiete años no pueden tener un novio tan grande, digo, no creo que haga tanto daño andar con alguien de unos siete u ocho años mayor que tú. Ahora ya todo es normal aunque para otras personas es cosa del diablo. ¡Demonios! Si mi madre supiera que mantengo una relación con mi profesor de literatura que con obviedad, es más grande que yo y que lo engaño con alguien de la misma edad, empresario y solo teniendo sexo, bueno, me hubiera mandado al loquero a rastras.

- Perdóname, preciosa. El último semestre es el peor. Que bueno que estamos de vacaciones hasta Febrero. -

- No te preocupes, suele suceder. - Sonreí y besé su mejilla.

Él tomó mi rostro entre sus manos y besó mis labios con deseo.

Mientras disfrutaba de su beso empecé a recordarme a mí misma el próximo encuentro con Aidan. Empecé a idear mi escapada. Tosí un poco, alejandome de su rostro para pedirle perdón. No le importo así que opté por "estornudar" en su cara.

- Salud. - Dijo divertido.

- ¡Ay, como lo siento! - Me llevé las manos al rostro, escondiéndolo entre ellas.

Sex instructor | Adaptación AG #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora