Cap 9

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___ Wright.

Me acurruqué junto a Liam en toda la película. Cuando ésta terminó fuimos a su cuarto, nos recostamos en la preciosa y enorme cama, frente a frente. Lo miré un buen rato en silencio, solo admirando su belleza escultural. Su mano derecha se recargó cerca de mis costillas. Nos acercamos más y más. Mi corazón palpitaba a mil por hora y mi sangre bombeaba. Bajó la mano a mi cadera para después bajarla a mi trasero. Subí las manos a su pecho y lo besé mientras sus caricias sobaban tiernamente mis sentidos. Se sentía bien.

- Tus labios saben realmente deliciosos. - Susurro al fin, aún encima de mi rostro.

- Los tuyos son adictivos. Aunque quiera dejar de besarte, me es imposible, no puedo. - Admití a regañadientes.

- Eres una traviesa. -

"Y ni siquiera has visto lo que hago", pensé. Me levanté un poco de la cama y encogí las piernas detrás del trasero, recargué el brazo en el muslo, subiendo la mano para recargar el mentón en esta.

- ¿Esta es nuestra primera cita? - Pregunté ansiosa.

- Pues, sí. No me gusta ir a lugares tremendos en la primera cita. Prefiero que mi chica conozca lo más interno de mí. ¿Sabes? No me gusta entregarle mi corazón a cualquier persona. -

Sonreí. Liam de verdad me quería.

- Déjame conocerte. Juguemos a las 10 preguntas. - Ofrecí.

- Interesante. - Musitó, cambiando de posición; se puso de lado recargando su peso sobre el antebrazo que se situaba en la almohada. - Empieza tú. -

- Bien. - Articulé una pregunta en mi mente mientras me acercaba a él en posición de flor de loto con las piernas. - ¿Cuántos años tienes? -

- Veinticinco y medio. Te llevo siete años. -

- ¿Te afecta la edad de tu pareja en una relación? -

- No. Cuando de verdad la quiero, eso viene sobrando. - Sonrió, acariciandome el cabello con la yema de sus dedos.

- ¿Qué te gustó de mí? -

Esa pregunta de verdad me intrigaba. Sé que soy linda, pero Liam apenas me conocía como alumna, era casi imposible que le gustara como soy, más bien le gustaba lo físico.

- Dios... es una larga lista. -

- Tenemos muchísimo tiempo. - Le recordé.

Tomó un mechón largo de mi cabello y lo acomodó detrás de mi oreja.

- Todo empezó cuando la directora Charlotte dijo que mi primera clase sería con tu grupo. ¡Diablos! Estába realmente nervioso, era mi primera clase impartida así que no sabía cómo iban a reaccionar ante mí. Cuando entré a tu salón, todos estában susurrando cosas de mí o de lo que harían después de clases y había una chica que se encontraba mirando fuera del salón, viendo como las gotas de agua se adherían a la ventana y caían delicadamente, eras tú. Tenías el cabello recogido en una coleta, estábas triste, los ojos llorosos, pero aún así, volteaste para verme y saludar. Supe desde ese instante que eras diferente, no puedo negarlo, muchas chicas se han lanzado a mí intentando algo más, tú nunca lo hiciste, y de todas ellas, solo tú pudiste gustarme. Luchaba contra mi mente en las noches, intentando sacarte de ella leyendo libros o aceptando las invitaciones de otras chicas, pero nunca logré sacarte. Mi mente solo gira en torno a ti en este momento, me gustas mucho, físicamente y emocionalmente. Eres una chica independiente, hermosa, inteligente, provocativa, tienes unos ojos hermosos y tu color de piel hace juego con ellos de una manera espectacular. -

Bajé la mirada, me apenaba mucho lo que me decía. La sangre en mis mejillas hirvió.

Estuvimos hablando de nosotros técnicamente toda la tarde hasta que la noche cayó. Él me pidió que durmiera un rato y descansara, pero no pude hacerlo. Su amigo se pegaba de una manera increíble en medio de mi trasero y sentía como el clítoris palpitaba incesante. Intenté calmar mis ansias de tomarlo entre mis piernas y tener un buen sexo con él, pero no pude. Me di vuelta y empecé a besarlo ferozmente, casi comiéndome su boca.

Sex instructor | Adaptación AG #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora