—Papá —llamó Grace bajando las escaleras de su nueva casa con mucho cuidado.
Era más de medianoche, estaba lloviendo fuertemente, Amber estaba acostada en la habitación que compartía junto a Jason, pero este había salido para vigilar un rato la ciudad.
—Pequeña pitufa, ¿qué haces despierta? —habló el de mechón blanco, acababa de llegar y aún tenía puesto el traje, incluso espantó un poco a su hija gracias a la voz robótica del casco.
—Papá —repitió corriendo a sus brazos mientras lloraba, cosa que lo preocupó.
—¿Qué sucede? ¿Por qué lloras?
Antes de contestar, sus grandes ojos azules lo observaron atentamente, con un poco de timidez tomó su casco y se lo quitó lentamente, así era más fácil para ella hablar. El petirrojo le sonrió, dejó que le quitara el caso y que lo pusiera sobre el sofá.
—Pensé que me habías dejado —susurró aferrándose fuertemente al cuello de su papá.
—Gracie, ya hemos hablado sobre eso, nunca te dejaré.
—¿Y entonces en dónde estabas?
—Sabes que tengo trabajo, ¿verdad? —ella asintió—. En eso estaba.
—Es que... y-yo tuve un sueño... tú me habías dejado —explicó mirándolo con un poco de miedo por lo que había soñado.
Jason acarició los cabellos rojizos de su pequeña con amor, dejó que ella se acurrucara y calmara su llanto, sabía lo que estaba sintiendo, la entendía... la diferencia entre ellos dos era que ella tenía a quien la cuidara, porque él no permitiría que un mal sueño la atormentara.
—Está bien, princesa, yo estoy aquí, no me voy a ir a ninguna parte... —habló con mucha calma para hacerla sentir mejor—... si me voy me llevaré a tu mamá y a ti, a veces tengo que salir para trabajar pero eso no significa que no voy a volver... siempre regresaré a ti, ¿lo entiendes?
—Sí —murmuró limpiando las lágrimas que cayeron sobre sus mejillas.
—¿Cómo me atrevería dejar a este angelito?
—¿Soy tu ángel? —le preguntó sonriendo y tomando confianza.
—Sí, eres mi dulce angelito —besó su cabeza tiernamente—. Solo tuviste una pesadilla, solo eso... y no tienes que preocuparte porque nunca dejaré que tus pesadillas se vuelvan realidad.
La abrazó con fuerza, Grace ya estaba calmada, a pesar de que se había repetido muchas veces que solo había sido un mal sueño algo le decía que debía cerciorarse de que su papá seguía en casa, por eso fue primero a la habitación grande y haciendo el menor ruido abrió la puerta pero no lo encontró, bajó las escaleras y descubrió que él iba entrando a la casa, eso la hizo aliviar un poco.
—¿Ya estás mejor? —le preguntó Jason a su hija, quien asintió mientras miraba el casco en el sillón. La menor se sentó y tomó el casco, lo examinó un rato, rió de forma traviesa y se lo colocó haciendo sonreír a su papá—. ¿Qué estás haciendo pequeña pitufa?
—Soy Red Hood —habló y volvió a reír porque le sorprendió como cambió su voz—. ¡Y soy una princesa!
—¡Oye! Eres una pequeña impostora.
—¡Yo soy el Red Hood de verdad, tú eres el impostor!
—¿Ah sí? ¡Ya verás pequeña impostora! —corrió hacia ella haciéndola carcajear, así empezaron una persecución por toda la casa logrando despertar a Amber.
—¿Qué rayos? ¿Por qué... ? —se quedó a medias cuando sintió que Grace se escondía detrás suyo—. ¿Qué hacen?
—¡Él dice que es el Red Hood de verdad!
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Por ella...
FanfictionAmber va en busca del padre de su hija, para salvarle la vida de una enfermedad que la aqueja. Jason debe aprender a ser padre y tal vez, dejar a un lado su vida nocturna. Hará todo por ella; ser su donante y salvarle la vida, contarle cuentos inf...