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Grace permanecía en la esquina de la habitación, miraba cómo todos se mostraban preocupados por el estado de su mamá y el de los bebés, sentía que le daban demasiada atención a los nuevos integrantes de la familia, no se había acercado para conocerlos, pues según no tenía interés en hacerlo... aunque sí que moría de la curiosidad por saber cómo eran, a quien se parecían, cual era el color de su cabello , sus ojos... quería conocerlos... pero tenía miedo de amarlos tan rápido o que de pronto fuese parte del montón que los mimaba e incluso se olvidara de ella misma. Estaba pensando en muchas cosas y sus ideas se hacían más grandes, ideas que eran incorrectas porque todos seguían amándola.

—¿Quieres venir? —le habló la castaña haciéndole una señal para que se se acercara pero ella negó con la cabeza agachada.

Jason la miró con ternura, sabía que en ocasiones Grace era tan parecida a él que se le hacía tan fácil ayudarla cuando lo necesitaba, porque solo tenía que darle lo que a él no le habían dado y que tanto había deseado.

Se acercó cuidadosamente aprovechando que estaba concentrada en lo interesante que se veía el suelo, llevaba en brazos a uno de los gemelos, así que lo puso frente a ella y le tocó el hombro para que se diera cuenta. Miró al bebé que estaba profundamente dormido, se veía tan adorable, prestó más atención dándose cuenta que tenía el cabello del mismo color que ella, cosa que la sorprendió y llenó de alegría.

—¡Es como yo! —chilló recuperando la felicidad mientras saltaba emocionada—. ¡¿Lo viste?! ¡Su cabello es como el mío!

—Sí, sí lo vi —rió su papá sintiéndose aliviado por ver que empezaba a aceptar la situación—. Es muy lindo, ¿cierto?

—¿Ah? —se mostró confundida, no sabía que decir. A sus ojos era un bebé muy, pero muy bonito, aunque no lo quería decir en voz alta pues se suponía que debía mantenerse firme a su idea de que no les interesaba ni un poco—. Es... es...

—Está bien, tómate tu tiempo —le acarició la cabeza con cariño y luego se fue al lado de su esposa.

Los bebés parecían ser muy tranquilos, punto por eso porque Grace no quería lidiar con llantos. Eran adorables, punto también porque Grace amaba lo adorable. Eran pelirrojos... ¡doble punto! Le fascinaba la idea de que se parecieran a ella.

Jugaba con sus manos, durante toda la tarde esos dos pequeñines habían recibido mucho amor, incluso Mary se mostró feliz con ellos y de inmediato intentó ser su amiga. Todos decían cosas buenas sobre ellos, habían muchos halagos, no es que estuviera muy celosa, solo quería asegurarse de que ellos no eran los favoritos, podía compartir el título pero nunca lo cedería a una sola persona que no fuese ella.



—————***—————



Amber estaba descansando en la habitación que compartía con Jason, los bebés estaban en su propia habitación. Grace no se había acercado a ellos para nada, solo vio a uno porque su papá se lo presentó. Sabía que Jason estaba con su mamá, lo que le hacía pensar que era buena idea ir a cuidar a los bebés pues estaban solos y probablemente tendrían miedo o algo les podría pasar.

—¿Están dormidos? —preguntó alzando un poco la voz, cerró la puerta una vez estuvo adentro, en realidad no lo había hecho bien pues la dejó entreabierta.

Se acercó a las cunas que estaban muy juntas, los miró, estaban con los ojos bien abiertos, se fijó que lo único que compartían era el color de cabello y que uno de ellos tenía el mismo mechón blanco de su papá. Los dos se mostraron curiosos por ella, prestaban toda su atención a la hermana mayor que no pudo resistirse más.

—Hola —los saludó. Les dio un beso en la cabeza a cada uno y tomó sus manos—. No pude ir a saludarlos... es que... no se enojen conmigo pero creí que ustedes no me querían.

Uno de ellos apretó su mano y el otro bostezó.

—Me estoy disculpando y tú estás quedándote dormido —se quejó indignada—. Eres un oso dormilón... oso dormilón —rió por lo último—. Así te diré ahora.

Oso dormilón la miró como si fuese lo más magnífico del mundo, y al parecer de Grace le había sonreído por lo que no pudo evitar amarlos más.

—¿Quieren que les cuente sobre nuestra familia? —preguntó sentándose en medio de las dos cunas—. Bueno, mami se llama Amber y ella nos curará las heridas cuando caigamos de la bicicleta y nos ayudará a prepararnos para la escuela. Papá se llama Jason, él jugará con nosotros a lo que sea y nos enseñará a cómo arreglar el Bati-móvil.... ¿O era descomponerlo?...

Estaba tan entretenida en su labor que no se dio cuenta del como su papá la miraba: orgulloso, lleno de ternura y con una enorme sonrisa. Definitivamente Grace sería una excelente hermana mayor.

Les mencionó que el tío Dick los llevaría siempre al circo y les enseñaría acrobacias, que el tío Tim les leería cuentos y les ayudaría con las tareas... que el tío Damian dejaría que visitaran a su vaca y que les regalaría mascotas, que el tío Roy les enseñaría a lanzar flechas y siempre se reiría de sus chistes. La tía Maryam los defendería de los castigos y les compraría muchos regalos, el abuelo Bruce los dejaría subirse al Bati-móvil y usar la máscara de Batman, el abuelo R los llevaría de vacaciones y los consentiría mucho, la tía Linda les compraría acuarelas y les enseñaría de pintura... les contó sobre cada miembro de la familia y todos los que ella consideraba importante.

—... Alfred cocina muy bien y con él nunca tenemos hambre... —sonrió pensando en las deliciosas galletas con chispas de chocolate—. ¡Ah!  El tío Damian es mío, así que consíganse a su tío favorito —dijo cruzándose de brazos y frunciendo el ceño con recelo. Jason no pudo evitar reírse por su cambio de humor, por lo que Gracie notó su presencia de inmediato—. Papá... ¿qué haces aquí?

—Vine a ver que hacían —respondió sonriendo mientras acariciaba los cabellos rojizos de la menor—. Vamos, ya les contaste de todos, ahora cuéntales de ti.

—¿De mí?

—Sí, diles que eres su hermana mayor y lo que harás por ellos.

—Ah... no sé qué decirles —murmuró apenada jugando con sus manos, pensaba que tal vez no tenía mucho que ofrecerles y que al final podría salir sobrando.

—Entonces lo haré yo —Jason sonrió mirando a sus tres hermosos hijos, quienes fijaron su mirada en él. Se sentó en el suelo, acarició la cabeza de su hija con dulzura y se enterneció al notar la mirada de curiosidad que ella le brindaba—. Ella es Grace, es su hermana mayor... ella va a cuidar de ustedes y como es más grande siempre sabrá cómo ayudarlos con sus problemas... les enseñará muchas cosas, como por ejemplo a no olvidar que debe pedir las acuarelas antes de las 11 de la noche...

—¿A las 10:59 está bien?

Rió con nerviosismo cuando su papá la miró desaprobando su comentario.

—Bueno, olvidemos lo de las acuarelas... Grace les compartirá de sus cosas y ustedes también deben hacerlo, también podrán jugar con ella a cosas muy divertidas, aprenderán de todas las grandes cosas que yo he aprendido con ella —la miró acariciando su mejilla suavemente ganando a cambio la mirada azulada de su pequeña quién siempre lo había visto como la persona más increíble de todo el mundo—. Ustedes tres harán un excelente equipo y siempre estarán para ustedes cuando lo necesiten... si yo o mamá nos vamos... ustedes se tendrán para apoyarse y... solo espero que permanezcan juntos en los mejores y peores momentos. Y una última cosa... Grace es un ángel por lo que no deben temer cuando estén a su lado.

Abrazó a su pequeña pelirroja con amor quien correspondió aferrándose a él con mucha fuerza.

—¿Soy un ángel?

—Por supuesto pequeña pitufa... tú eres mi ángel.

Por ella... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora