Nadie sabía que ocurrió
De un momento a otro, el Joven de cabellera negra se encontraba en frente de los hermanos Kamado, colocando su espada nichirinto en el cuello de Sanemi, mirándole con furia.
— ¡¿Que crees qué haces, Tomioka?! ¡Haste a un lado! — Gritó el albino, intentando controlarse para no lastimar de gravedad a su contrario. Después de todo no estaba permitido que los cazadores se atacaran entre ellos.
— Será mejor que te apartes, cara de rata. Todavía tenemos que encontrar un buen castigo para ti, no lo hagas peor. Dejar vivo a un demonio, no lo puedo creer. — Dijo Iguro.
El chico de mirada azulada no emitió ningún sonido, se limitó a mirar con cólera a sus compañeros e intentando proteger a los pequeños Kamado.
— Iguro-San, Shinazugawa-San, por favor cálmense, debemos esperar a Oyakata-Sama. —Pidió amablemente la dulce Mitsuri.
Sin embargo, fue ignorada por el albino. El pilar de la serpiente mantuvo la mirada baja avergonzado por hacer tales acciones frente a su amor platónico.
— ¡No me das órdenes! ¡Este imbecil se cree mejor que nosotros y ahora protege a un sucio demonio! ¡Me repugna! — Tomioka recibió un golpe en el abdomen por parte del albino. De un momento a otro, Sanemi ya tenia en sus manos la caja donde la pequeña Nezuko descansaba.
Shinazugawa apuñaló la caja con su espada con una sonrisa espeluznante en su rostro. Eso solo fue el detonante...
Una ola de feromonas llenas de enojo inundaron el lugar, abrumando levemente a los alfas presentes.
— ¿Pero que-? — Murmuró Sanemi al ser derribado mientras le arrebataban la caja y espada de las manos.
Todos miraron atónitos a Tomioka. Había tirado a Shinazugawa al suelo, le quitó la espada junto a Nezuko, y lo más importante... Las feromonas provenían de su cuerpo.
— No los vuelvas a tocar. — Dijo el pelinegro con ira. A pesar de su neutro rostro, sus palabras y ojos mostraban la furia que contenía en este instante.
Giyuu Dejó que el lastimado Tanjiro sostuviera la caja donde estaba su hermana y los abrazó con un solo brazo mientras apuntaba a los demás pilares con su katana.
— Ara Ara, Tomioka-San~ ¿Quién lo diría? Es un omega — Dijo la pilar del insecto mirándolo con su particular sonrisa.
El de ojos azules les ignoró mientras acercaba más a los hermanos hacia su cuerpo.
— Tomioka-San, debería tranquilizarse un poco — Dijo Mitsuri con nerviosismo, mirando con preocupación a su amigo.
— ¡Que extravagante! ¡Un omega pilar! ¡Eso no se ve todos los días! —Exclamó con una sonrisa Tengen, cruzando sus brazos mientras observaba con entretenimiento todo lo sucedido.
— ¡Concuerdo con Uzui! — Gritó Rengoku con su usual sonrisa.
— Rezaré por estas pobres almas — Murmuró Himejima juntando sus manos
— Oyakata-Sama ha llegado — Dijeron en alto dos pequeños con una sonrisa. Una niña de cabellera blanca y un niño de cabellera negra.
Los pilares se hincaron haciendo una reverencia en forma de respeto.
— Tanjiro, inclínate— Le susurro Tomioka al muchacho, quien de inmediato acató la orden.
— Mis pequeños, ¿podrían decirme que es lo que sucedió?— Pidió amablemente el patrón con su cálida sonrisa.
— Tal parece que hubo una pelea entre el pilar del viento y el pilar del agua. No obstante, el pilar del agua accidentalmente reveló su casta omega a causa del enojo al estar protegiendo a los hermanos Kamado. — Explicaron los hijos del mayor.
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Omega - Tomioka Giyuu
ФанфикSer un omega no es incorrecto. Lo que están incorrectas son las mentes arraigadas de la sociedad. Nadie espera mucho de los omegas, son seres hermosos y delicados, considerados debiles por muchos, por lo que ver un omega dentro de la organización d...