{02}

11.6K 788 846
                                    

Los pájaros cantan, el sol brilla en lo alto y la suave brisa estaba presente.

El día anterior el joven Tomioka reveló su identidad como omega, y hasta ahora algunas cosas han cambiado.

Ahora él tendrá que disminuir su dosis de supresores, el inicio de una gran relación con los hermanos Kamado y sus amigos, volvió a ver a Murata y sorpresivamente Kyojuro se le ha declarado.

Y tan solo había pasado medio día desde ese suceso.

Soltó un suspiro, intentando olvidar por un momento esos asuntos. El día era hermoso, no había nada que lo arruinara, tendría que aprovechar este instante mientras pudiera. No todo puede ser paz y tranquilidad en la vida de un cazador.

Aunque, había otra cosa en la que el pilar del agua tenía que pensar. Aún no sabía que usar para su salida con Rengoku.

No tenía ganas de levantarse, se encontraba en el patio de su finca, frente a un lago pequeño junto a una fuente, árboles gigantescos rodeándolo, unas cuantas flores y arbustos, mientras los pájaros cantaban con alegría. Ese era su lugar de relajación. Muy pocas veces podía admirarlo.

Realmente es un paisaje bello y tranquilo, que la sola idea de levantarse para buscar un Yukata lindo que ponerse le daba pereza.

Recostó su cuerpo en el suave pasto, aún portando su pijama, observando las nubes y el cielo azulado. ¿Que hora era? No lo sabía, probablemente las 9 de la mañana. No tenía ninguna misión y su único compromiso de ese día era ir con Rengoku y en la noche hacer su trabajo como pilar.

De repente, Kanzaburo, su fiel cuervo, llegó con una carta doblada amarrada en su pata. Probablemente sea una carta de Murata.

— ¡Caw! ¡Caw! ¡Una carta de la pilar del amor para Giyuu! ¡Una carta de la pilar del amor para Giyuu! — Exclamó el viejo cuervo, parándose encima del cabello del muchacho.

— ¿De Mitsuri? — Preguntó para sí mismo. Tomo con delicadeza al cuervo y se sentó. — Gracias por la entrega, Kanzaburo. Te dejé algo de comida a lado de mi futon. Anda, ve por ella. — Quitó la carta de la pequeña pata del cuervo y acarició con cariño la cabezita del animal.

Kanzaburo junto su cabeza contra la mejilla del pilar, en una forma de demostrar cariño y salió volando hacia el interior de la finca.

— ¿Que necesitará Mitsuri? — Preguntó a lo bajo. Abrió la carta rosada con un sello de cera rojiza con forma de corazón, que ternura.

Sacó con cuidado la hoja, desdoblándolas hasta poder leer la caligrafía perfecta de la chica.

— "Querido Tomioka Giyuu:

Buen día, Tomioka-San. ¿Como se encuentra? Espero que excelente. Yo me encuentro bien, es un día hermoso.

Le escribo esta carta para invitarle a una pequeña reunión el día de hoy en mi finca aproximadamente a las 12. El día es perfecto por lo que tomar una taza de té y  unos aperitivos junto a usted no me sonó una mala idea. Le explicaré el motivo de la invitación una vez llegue.

Espero con ansias su llegada. Por favor acepte, me pondría triste sino llegase. Le deseo salud y felicidad.

Con cariño

Mitsuri Kanroji, pilar del amor♡" —

El pelinegro volvió a leer la carta incrédulo. Dirigió su mirada nuevamente al cielo, pensando en su respuesta.

Si respondía afirmativamente, Iguro podría descubrir que estará con Mitsuri y lo insultará como suele hacer.

Aunque había probabilidad de que haya más personas además de ellos dos, la chica no aclaró esa parte en su carta.

Omega - Tomioka GiyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora