4. Homofobia (RenGiyuu)

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N a n s h o k u*



El sol amenazaba con esconderse bajo el horizonte, silbidos de un viento otoñal en los terrenos de la Organización de cazadores, es la era taisho y no hay tiempo para enamorarse, flores blancas de iberis se contonean con cada ráfaga, los frágiles pétalos transmiten un olor dulce a vainilla,  se desprenden y viajan hasta colgarse del haori bicolor del Pilar del Agua.

Cada que observaba ese atardecer de colores cálidos, fulgurosos, intensos, su mente reproducía la imagen del apuesto Pilar de la Flama. En un intento vano para convencerse, que eso jamás debia concretarse, se alejaba de el, de la camaradería con los demás de su rango, aunque este no se considere parte de ellos, se desacreditaba asimismo de su magnifica capacidad para manejar el estilo del Agua.

Lastimosamente para el, Rengoku no le es indiferente y eso hace mas difícil de caminar la ruta bifurcada que ha trazado para no ser parte de su vida. Cantidad de deseos lascivos se mezclaban en sus pensamientos, en sus sueños y el Pilar de honesta amabilidad era el dueño de todos ellos.

Uno de los blancos pétalos se estampo en su ojo izquierdo, lo que le regreso a la realidad. Con mucho cuidado tomo la traviesa hojuela y lo retiro, siguió su andar, queria expiar la culpa de sentirse atraído por otro hombre, siempre pedia a las deidades del templo ser alguien "normal".

 Al ingresar a ese lugar, se lavo las manos, era poco aquel ritual para el, porque se sentía inmensamente sucio, de nada servía apartarse de ese hombre si  el Pilar de la Flama no daba su brazo a torcer y a pesar de que Giyuu lo viera con cara de "no fastidies", el rubio, cual perrito querendón, regresaba una y otra vez a el, con la mas bella de las sonrisas a ofrecerle su amistad.

 Para frenar ese pecado, el azabache se castigaba cada vez que pensaba románticamente en el.

Volvió del templo después de rezar a los dioses, perdón para su alma corrupta la cual cometió la tremenda osadía de amar a Rengoku.

" Es vergonzoso tener sentimientos por el"

Aquel pensamiento adormecía y frenaba su sentir. No queria verlo, pero el destino los juntaba, trabajaban en el mismo lugar.

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Al finalizar una de las reuniones oficiales de los Pilares, un chico de ojos dorados como el sol naciente, se quedo apartado de los demás, quienes iban saliendo del recinto, el Pilar de ojos azules se vendaba la pierna, fue dificultoso al tener la mano derecha herida. Rengoku miraba de reojo, el conocía perfectamente los cortes o heridas que produce manipular una katana y no relaciono tales lesiones con eso.

El salón fue deshabitado, solo quedaron ellos dos.

- ¿Me permite algo de su tiempo? Pilar del Agua- Hablo con leve ansiedad en su rostro- Por favor.

El de haori bicolor, que estaba a pasos de salir de la sala, se detuvo pensativo.

"¿El quiere hablar conmigo?"

Se pregunto y entreabrio los labios, manteniendo al margen el gran desconcierto. 

¡¿Qué clase de sueño es es este?!

Se quedo sin habla, aunque era habitual en el , esta vez se debía a ese hombre, quien interpretaba ese mutismo como luz verde para avanzar.

- El estado de su herida me tiene preocupado- Menciono con tono serio- ¿Quién lo ha lastimado?¿Hay algo que pueda hacer por ti?

Iberis ( RenGiyuu- Angs)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora